José Jerónimo Isidro Rodríguez, comenzó a trabajar en Salamanca en Estudios Goya cuando contaba tan sólo con 14 años y su puesto comenzó con las funciones de aprendiz. Su jefe, en aquel entonces Don Ángel Miranda, confió en sus cualidades, y más tarde lo asciende de aprendiz a empleado para pasar años más tarde a convertirse en encargado de la empresa.
Más adelante, cuando su propietario deja su empresa, José Jerónimo Isidro se hace con la empresa y comienza su andadura como propietario y dueño único de Estudios Goya en 1957. José Jerónimo junto a su querida esposa Pruden, y con la ayuda de varios empleados consiguen que su empresa sea lugar de referencia en la ciudad con enmarcaciones únicas y personalizadas según los gustos y necesidades de cada uno de sus clientes.
Estudios Goya situada en pleno corazón de la ciudad en la conocida calle Pozo Amarillo ha sido uno de los lugares más visitados por futbolistas, toreros, empresarios de todo tipo para enmarcar muchas obras de arte y fantásticos regalos que necesitaban un marco sobresaliente con el resaltar toda la belleza de esas obras.
José J. fallece hace unos meses y aún se recuerda su persona con mucho cariño por ser un señor con un don de gentes muy especial, un hombre afable, simpático, muy educado y a veces se convertía en el psicólogo perfecto con aquellos clientes que necesitan una persona que supiese escuchar. Sacó adelante su negocio con mucho coraje, ayudado en todo momento por su mujer. Fueron el tándem perfecto y consiguieron que sus clientes se fueran siempre satisfechos por la atención recibida y el buen trabajo realizado. A día de hoy, muchos de sus clientes, han seguido apostando por este negocio por recibir una atención única que hace que todas sus necesidades se vean cubiertas con trabajos excelentes en cuanto a enmarcación se refiere.
Sus tres hijos, siempre han estado pendientes de sus padres y su negocio pero es Fátima la que cogerá el mando de Estudios Goya y sus otros dos hermanos estudiarán carreras universitarias y se irán a vivir fuera de la ciudad. Los tres saben del gran esfuerzo de sus padres y por ello siempre los han admirado. Hoy en día Pruden sigue con esa alegría y belleza que la caracteriza y hace que su hija Fátima se contagie de esa felicidad y sapiencia que durante décadas han sido clave para el éxito de su negocio. Con ella al frente, el cliente cuenta con una gran profesional en todo tipo de enmarcaciones, un arte que ya es difícil encontrar en nuestra ciudad.
En la actualidad, su hija Fátima continúa con el negocio, muy orgullosa de lo que sus padres le enseñaron, y de esta manera mantiene el prestigio que tiene Estudios Goya ha mantenido durante décadas.
Hay que destacar a una persona muy importante en la vida de José Jerónimo Isidro, su tío Florencio Isidro Rodríguez, le ayudó y apoyó en momentos muy decisivos en la trayectoria profesional que ha desarrollado durante tantos años.
Fátima te deseo que sigas siempre con esa sonrisa y amabilidad tan importante para el cliente y que sigas aconsejando de manera tan inteligente y efectiva en todos tus trabajos de enmarcación en Estudios Goya.
