Llegamos de vacaciones y el mismo día vuelta a las actividades de gimnasia del programa `Depende de ti´ de la Diputación de Salamanca en los distintos pueblos a los que voy. Además aprovechando que en mi trabajo oficial estoy todavía de vacaciones había que recuperar las sesiones que no he dado estas dos semanas que hemos estado fuera.
El martes una buena ruta de bici para probar la potencia nueva que llegó en mi ausencia y me instaló mi hermano. Un par de paradas para dejar regulada la distancia al sillín y contento porque parece que ahora sí ya está definitivamente a mi gusto. Antes de salir había puesto una cámara nueva delante porque resulta que mi hermano se la había encontrado desinflada, la desmontó y estaba pinchada, ¡vaya racha llevo! He aprovechado para poner la cámara de las nuevas que tengo que son TPU y que se supone más modernas y sobre todo cómodas porque abultan menos de la mitad y se pueden llevar mejor en la bolsa de repuestos, iremos viendo qué tal de resultado dan.
Pero todo mi gozo en un pozo cuando al día siguiente la rueda delantera de la bici de carretera de nuevo deshinchada, estaba claro que había algo raro porque ya es casi imposible que pinche tantas veces y la misma rueda en un mes. Así que a desmontarla por completo y revisar con detenimiento tanto la llanta como la cubierta. Antes de ello saqué la cámara y teniendo en cuenta su posición busqué donde estaba el pinchazo para revisar sobre todo esa zona. La llanta nada, no tenía ningún problema y la cubierta, tanto por dentro como por fuera, en un principio tampoco, pero como no era normal tanto pinchazo seguí buscando con muchísimo detenimiento y en uno de los surcos de la cubierta me pareció ver o más bien atisbar un puntito, prácticamente imperceptible, que con ayuda de un destornillador fino poco a poco saqué y era un minúsculo abrojo que supongo, y espero, sea el que me ha estado causando los problemas de estas semanas. A reparar la cámara TPU que resulta es bastante sencillo y por lo que he visto se puede hacer en carretera sin ningún problema y de momento no ha perdido presión y esperemos que esta sea la definitiva.
Eso sí, la quedada del domingo es de bicicleta de montaña, así que esa bici he estado preparándola estos días porque la tenía muy abandonada y he rodado un rato el jueves con ella para probar que todo estuviera bien. Salí con la bici después de haber corrido y es que estar medio de vacaciones es lo que tiene. Esta semana otra pequeña salida con ella y listo para la ruta que nos han preparado los amigos del club de Peñaranda. De todas formas la ruta no sé cómo me saldrá y cual terminaré haciendo, hay tres distancias, pero el resto seguro que genial ya que siempre han preparado las quedadas muy bien.
Y ahora a la actividad del fin de semana porque el domingo fuimos a la primera carrera de Peñarandilla, organizada a favor de la asociación de los niños que tienen la enfermedad de la `piel de mariposa´ que yo ya conocía por Daniel García Mata, gran corredor de distancias y pruebas que a mí ni me entran en la cabeza y que ha hecho también cosas a favor de esa asociación.
Lo primero que he de decir es que había una organización de sobresaliente con mucha gente implicada y que para ser la primera edición han dejado el listón muy alto, yo diría incluso que demasiado alto para las próximas y esta va a ser mi crítica constructiva que estaba deseando que le hiciera Isma, compañero de iniciación a la carrera y que es uno de los que se ha dejado cuerpo y alma para que todo saliera bien en la carrera. Hablé con él el día antes y estaba nervioso a no más, pues ya puedes quedarte tranquilo que lo habéis hecho muy bien.
Una bolsa del corredor de las mejores que hemos disfrutado, con sus lentejas y garbanzos que nosotros además nos llevamos por partida doble porque Ana se inscribió a la prueba de andarines. La animación a tope, el recorrido bonito, un poco pesado en algunas partes porque había llovido bastante la noche anterior, pero así tenía algo más de aliciente ya que la distancia era `corta´, 8 kilómetros.
Buena infraestructura para la entrega de premios y un ágape que probablemente es el mejor que hemos disfrutado en todo lo que llevo en este mundo de pruebas deportivas, vamos, que con toda la gente que había, corredores, andarines y acompañantes, sobró hasta jamón (estaba buenísimo) y con eso no hay que decir más.
Y por cierto, entre recaudación por inscripciones y papeletas para el sorteo de camisetas de equipos deportivos firmadas (hasta una del Avenida) entregaron a la asociación casi cuatro mil euros. Ya me diréis en que pruebas benéficas hemos visto ese nivel de participación. Lo dicho, habéis dejado el nivel de la prueba con respecto a la siguiente edición y a otras muy muy alto.