Hay años que callan,
pasan en silencio de puntillas,
¡mira que son canallas!.
Hay pausas que se creyeron pasajeras,
pero hoy se han hecho eternas.
Hay besos y abrazos,
celebrando que llegaste a las cinco de la tarde
y entraste por la puerta grande.
Hay velas de cera,
que iluminan pequeñas recordando tu espera.
Hay esperanza en el soplido,
de poder recuperar y encontrar aquello que ya diste por perdido.
Hay un ciprés a lo lejos,
espérame más tarde,
que aún me queda por arreglar algún desperfecto que en la vida he hecho.