Cansada. Y no me refiero al título del libro de Nuria Varela.
Cansancio físico y mental.
Cansancio de todo y de nada.
Cansancio por nada y por todo.
Cansancio de esperar que llegue algo mejor.
Cansancio de buscar y no encontrar.
Cansancio por la presión y la responsabilidad cuando debe ser compartida.
Cansancio por el trabajo y que venga alguien por detrás y se encargue de tirarlo todo por la borda.
Cansancio por tener que agachar la cabeza y aguantar.
Cansancio porque no sean sinceras las palabras que salen por algunas bocas.
Parar.
Tratar de descansar, pero volver el cansancio nuevamente, con más fuerza.
Lunes sinónimo de cansancio y de pereza.
Y vuelta a empezar.
Es la pescadilla que se muerde la cola.
Es la espiral que te hipnotiza y no te deja salir del laberinto.
Un laberinto que juega a hacerse infinito.
Aunque el cansancio sigue contigo, buscas el centro del laberinto para hallar el traslador que te ayude a ir a un lugar donde la calma gane al cansancio.
Parar. Respirar. Parar. Respirar.
Tomar aire. Soltar. Tomar aire. Soltar.
Dejar que el cansancio abandone el cuerpo y la mente.
Recomendación literaria: Cansadas de Nuria Varela
Recomendación cinematográfica y literaria: ”Come, reza, ama” de Elizabeth Gilbert. Dirigida por Ryan Murphy