El Faro de Alejandría: “La felicidad es cuando lo que piensas, lo que dices y lo que haces están en armonía.”

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“La felicidad es cuando lo que piensas, lo que dices y lo que haces están en armonía.” (Mahatma Gandhi)

Vaya pensamiento del más grande pacifista de la historia. Vamos a ir desgranarlo porque vale la pena que en los días alocados en los que vivimos nos demos, aunque pueda parecer un lujo, unos minutos de reflexión. ¡Detente un minuto que el mundo no se parará por eso!

Cuando Gandhi afirma que tiene que haber una armonía entre lo que piensas y lo que haces para que seas feliz, sin duda es así, ya que estamos demasiado encorsetados por una cantidad de cosas en la vida, sea en el trabajo o en cuestiones personales, que por aquello de “qué pensarán si digo esto” o “si hago aquello”, siempre nos retraemos y no hacemos o decimos las cosas cómo nos gustaría. Nos auto-limitamos y censuramos.

En principio esto está bien, porque si no hubiera normas de educación, pautas éticas y morales para conducirnos en la vida, seguramente cometeríamos más excesos de los que de por sí ya cometemos, o expresaríamos palabras y/o comentarios muy inconvenientes que provocarían dolor a otras personas, o conflictos en ámbitos más allá del personal.

Por tanto, Gandhi pretendía con su expresión dar su enfoque de lo que entendía por felicidad, quizás un poco idealista, pero en ese idealismo él quería representar lo que era su sueño para una sociedad, tanto en su India natal como en cualquier otra nación. Sabía Gandhi perfectamente que, con la paz y la estabilidad, fuera de la barbarie de la guerra, dicha aproximación entre lo que se quiere y desea junto a lo que se hace (nuestras acciones), es mucho más factible entonces que sean convergentes. Digamos que, el camino de la felicidad, entre otras cosas que necesita, es una armonía entre pensamientos y acciones sin cortapisas.

Aprender a ser felices en el trabajo y en la vida

Las personas felices en términos generales son más exitosas que aquellas que no lo son. ¿Se puede empezar ya mismo a intentarlo? ¡Pues claro que sí! A veces no nos damos cuentas de cosas que en realidad son obvias. Las tenemos delante y no las valoramos. La felicidad es una de ellas.

Es evidente que las personas felices sienten menos estrés. Pero una cosa importante en las relaciones interpersonales: a todo el mundo le encanta relacionarse con personas alegres, positivas, que transmiten algo, aunque sea una charla informal mientras se toman un café. Producen atracción en vez de rechazo.

El optimismo se contagia cada vez que se canalicen las energías positivas para darle más fuerza a nuestras acciones. Existe un efecto viral tanto de las energías positivas como de las negativas. De ahí que la gente se “arrime” a personas que se sabe son alegres y desbordan felicidad.

Las personas felices saben disfrutar de la vida más que las personas que no están conformes, que siempre se están quejando de algo. ¿No le suena familiar esto en su lugar de trabajo?

Si piensas que la felicidad es una parte de tu vida que la tienes vedada, estoy seguro que después de leer “El Faro de Alejandría” de hoy cambiarás de opinión y seguirás estos consejos.

Algunas reglas para abrir el camino hacia la felicidad en el trabajo y en la vida

 

1º) Respetar a los demás y evitar los prejuicios y tópicos

Las personas que por naturaleza son felices, tienen la tendencia natural a hablar bien de las otras que les rodean, no alimentar las “usinas del rumor” ni hacer juicios de valor. Es más, le perturban aquellos comentarios negativos y prejuicios que los demás hacen sobre algún miembro del equipo o de otras áreas de la empresa.

Esto se debe a que tienen una virtud fundamental: saben qué cosas son importantes y cuáles no, para priorizar preocupaciones y responsabilidades, sea en las tareas o en las relaciones personales. Son las primeras que alientan a un compañero o un amigo a que olvide determinada situación y le instan a seguir adelante indicándole que no tienen nada de qué avergonzarse y que es el momento de ser firmes en el carácter.

En general, las personas felices son menos proclives a derrumbarse ante un problema, no porque no les afecte, sino porque cuentan con más energía que el resto para afrontarlo.

Justamente la actitud de estas personas felices, se apoya en su capacidad para saber filtrar perfectamente la opinión que los demás tienen de ellas. No se preocupan demasiado por lo que los demás piensan, sino por lo que ellas piensan sobre determinadas cosas, acciones, etc. Su juicio es el que les importa y no el de los demás.

Hay que aclarar, que no es que las personas felices “pasen” absolutamente de las opiniones de compañeros de equipo, jefes, etc. ¡No! Lo que sucede, es que tienen la virtud de saber interpretar cuando una información, opinión, rumor, etc. es dañino o formulado con mala intención, de aquellos comentarios que sí van a tener en cuenta porque tienen directa relación con sus trabajos y responsabilidades, sabiendo que ese comentario (consejo) es positivo, para su beneficio y el de su equipo.

En el ámbito personal, tres cuartos de lo mismo. El consejo de un padre, madre o hermano, saben mirarlo no como una crítica sin fundamento, sino por la preocupación que los seres más próximos tienen sobre determinadas conductas, acciones, etc. de un miembro de la familia. Cuánto más abierta sea tu mente, tu nivel de optimismo y esa felicidad que te acompaña en todos los actos de tu vida, mejor será la aceptación de los comentarios familiares porque sabes que son en tu beneficio.

2º) Tener consciencia de las limitaciones

Ninguna persona que conozcamos y sea relativamente feliz, cree que es perfecta y por supuesto no pretende serlo. Es algo que lo tiene asumido.

Las personas felices no se obsesionan con la perfección, ni si estar con determinados compañeros (en el trabajo) o parejas (en la vida) le incrementará su nivel de felicidad. Son felices desde el vamos, aunque obviamente, podrá contribuir más a su bienestar emocional que el nivel de compañerismo o la relación con su pareja sean muy buenos. Relaciones estimulantes que hacen disfrutar de la compañía de la otra persona.

Las personas felices creen en sí mismas, pero a su vez ayudan a sus amigos, parejas, compañeras a incrementar su nivel de confianza en ellos mismos. Porque la felicidad dentro de un comportamiento equilibrado de la persona, potencian sin duda alguna, la confianza. Y ésta es vital para el largo camino en la búsqueda del éxito en nuestras vidas.

Por ello no dudan en rodearse de gente también feliz. No implica que expulsen de su vida a los “infelices”, sino que como polos que se atraen, estarán más proclives (de manera casi inconsciente) a vincularse con personas como ellos.

3) Les caracteriza el desinterés

Su honestidad e integridad va más allá de una sonrisa, de un buen diálogo entre amigos y de transmitir esa confianza. Son genuinos, saben vivir el presente y no viven obsesionados por el pasado ni por el futuro. No es que no sepan hacer planes ni tampoco aprender de las experiencias del pasado. Lo que sí saben hacer muy bien, es tener una consciencia plena del presente a tal punto, que dedican tiempo a los demás de manera desinteresada, como también que el dinero no lo es todo en la vida. Que no es lo más importante.

4º) Les gusta saber qué cosas controlan en su vida

Tienen la tendencia a centrarse en aquellas cosas que realmente controlan, tanto en el trabajo como en su vida personal. Esto les lleva a valorar en su justa medida lo que poseen. El tener no significa un activo de valor material, sino otro tipo de activos “morales” -sencillamente una relación de amistad o familiar- que les hace sentir bien, que son su respaldo emocional ante los desafíos de la vida.

Su agradecimiento es parte de su felicidad. Ser agradecidos es su característica. Pero ven el final del camino porque saben que la vida en todos los planos que la miremos, es un proceso. Son optimistas que viven el presente y también están pendientes de un futuro mejor, aunque sin que éste llegue a generales tensión, estrés e incertidumbre exageradas. Saben convivir con sus arrepentimientos, así como con sus defectos.

5º) Corazón que habla y cabeza que piensa

Las personas felices tienen la virtud de que, frente a un tropiezo, ya están pensando en cómo levantarse, no compadecerse demasiado y piensan en que la próxima vez que intenten de nuevo lo que no ha salido bien (incluso fracasado), tendrán éxito.

Su corazón es el que manda y dicta su conducta. Porque además tienen una ventaja sobre la gente que no es feliz y que se agobia ante situaciones adversas: son muy buenas en la liberación de las cosas que ya no ayudan o no les sirven. Saben descartar lo negativo. No se apegan a nada que pueda perturbarles. No pierden el tiempo comparándose con los demás. Menos aún, si esas otras personas han tenido éxito en algo similar que hayan emprendido.

Pero sus cabezas también actúan de manera racional cuando las cosas se ponen difíciles. Es una lucha compartida entre corazón y mente, pero muy bien equilibrado.

Son indulgentes y también resisten mucho. Se ayudan a sí mismas focalizando siempre cómo hacer para que ese pensamiento y acción vayan de la mano, sean convergentes, que formen parte simultánea de sus actos, que estén en armonía como decía Gandhi.

6º) Un problema una oportunidad

Las personas felices saben disfrutar de la vida, les encanta la estética, la belleza de las personas y de los paisajes, la armonía entre gente y naturaleza. Su forma de enfocar cada día les ayuda a que cuando surge el problema, no desatan la ira, sino que consideran que es un desafío que tienen delante para demostrar su capacidad. El problema deja de serlo para convertirse en oportunidad.

Saben que después de resolver ese problema, les vuelve a esperar la felicidad. Para ellos siempre está a vuelta de la esquina.

Volvamos al planteo de “El Faro de Alejandría de hoy”: “La felicidad es cuando lo que piensas, lo que dices y lo que haces están en armonía”, y te aseguro que puedes empezar ya mismo a intentarlo. Creo firmemente que los que me han leído…al menos lo intentarán.

 

Autor

Vicepresidente del FORO Ecofin y director de www.ecofin.es , CEO de www.demuestra.com, Presidente del Instituto Ecofin de Liderazgo, coordinador académico de la Red e Latam del grupo Media-TICS. Puedes enviarme comentarios y consultas a jzunni@telefonica.net