Golpe encima de la mesa

- en Firmas

Un golpe encima de la mesa que hace tambalear todo.

El cuerpo temblando, no de frío extremo, sino de rabia mezclada con ira.

Ojos inyectados en sangre que muestran la furia que va creciendo sin tregua en el interior de ese menudo cuerpo.

Mirada puesta en un punto fijo lejano que le permite mantenerse centrada después del seísmo.

Se ha levantado de la silla como si ésta quemara.

En realidad, todo quema en este mísero mundo cuando son sólo unos pocos quienes viven “sin apenas” preocupaciones mundanas.

La mitad de la población, aunque se puede hacer la fuerte detrás de esa sabiduría que da la experiencia de los años vividos por las compañeras antepasadas, en realidad, en un rincón de su ser mezcla el miedo con la rabia.

Ganas de salir a la calle a quemar todo lo que hay alrededor, más allá de los contenedores y sujetadores.

Ganas de gritar como si se rompiera el mundo en mil pedazos, porque se rompe.

Ganas de sacar por la boca una llamarada para llamar la atención de toda la población.

¡Somos las nietas de las brujas que quemasteis en las hogueras de la ignorancia y el miedo!

¡Somos el fruto de esas semillas que se sembraron hace siglos y que ahora germinan!

La paciencia es una virtud que, si se conserva y se trabaja, da buenos frutos.

Un golpe en la mesa para hacer temblar los cimientos de una sociedad que no cuida por igual a quienes la pueblan.

Un fuerte golpe que hace que el foco de luz se encienda sobre aquellos que han campado a sus anchas durante siglos; que han hecho y deshecho a su antojo; que han gobernado bajo el yugo del miedo y la dominación que ocultaba su inferioridad, inseguridad y temor porque descubrieran sus puntos débiles.

La era del terror tiene que acabar para dar paso a una época más justa y equitativa.

Un golpe encima de la mesa que da comienzo a la guerra sin violencia donde todas se unen siendo una sola voz y actuando a una.

Porque tocan a una y tocan a todas.

Un golpe en la mesa que se siente en las mansiones de los Ken del mundo y que provoca la aparición de múltiples grietas que, poco a poco, se irán haciendo más grandes, abriendo un gran surco en las paredes pintadas con materiales de antaño.

La vergüenza tiene que cambiar de lado.

Ellos deben desinflarse para recuperar su forma real y encontrarnos en igualdad de oportunidades.

La vergüenza debe posicionarse en el lado de lo realmente reprobable.

Debe cambiar de lado porque ya es hora de dejar de empequeñecernos.

Un golpe encima de la mesa para dar comienzo a la acción.

Arderán las calles figuradamente.

El miedo ha dado paso a la guerra sin cuartel, pero sin violencia, con mucha acción y reivindicación.

El silencio da paso a las voces sin tregua, al discurso de apoyo, de denuncia, de exigencia.

Un golpe en la mesa que lo cambiará todo.

 

Recomendación musical: “Las mujeres” de Julieta Venegas

Autor

Doctora en Derecho y Ciencias Sociales por la UNED, Licenciada en Derecho por la USAL, Máster en Derechos Humanos y Máster en Malos Tratos y Violencia de Género por la UNED. Técnica de proyectos en prevención y sensibilización en materia de igualdad, violencia de género y sexual.