Las nubes también lloran

- en Firmas
lluvia

Pintan grises como el día, firmes, con sabiduría, veo sus gotas caer.
Adornando mi cristal con brillos y suavidad; no son lágrimas de pena las que empapan el asfalto, son lágrimas de libertad.

Ellas no tienen cadenas,
ni se ponen colorete,
con cabello alborotado
son bellas sin sonreír.
Salen sin pedir permiso
a esa gente que pasea.
Ellas… Suelen ser así.

Hoy no hay gente por las calles, los paraguas se guardaron al llegar la primavera, pensando que había pasado el tiempo de chubasqueros; los abrigos quedaron colgados en el armario, pero siempre dijo el refrán que “en abril, aguas mil” sabemos que no siempre ocurre, pero bendita el agua que en mayo cae.
A veces incluso a destiempo “las nubes también lloran” pero no debemos sentirnos afligidos por ello. Nos recuerdan la esperanza de la vida del mañana, del reverdecer de las hojas, el perfume de las flores y la jugosidad de los frutos que saciarán nuestra sed de felicidad.

Miradas al cielo.
Ventanas abiertas de par en par.
Lágrimas que empapan mi rostro,
las que yo no secaré.
Sintiendo su deslizar
acariciando mi cuerpo
hasta llegar a los pies.

Abramos nuestras manos para recoger la esencia que la naturaleza nos envía.
Aprovechemos para lavar nuestra mente y corazón de inmundicias recogidas día a día en estas calles llenas de envidias y retorcidas expresiones.
Esos que son muchos, los que creen en lo divino que se aloja en las alturas, llenen hasta rebosar sus almas de bendiciones.

No tengan miedo a empaparse
calándose hasta los huesos.
Disfruten de la frescura
que las nubes nos regalan.
Como siempre dice un “compy”
con su firma C.a.r.l. (España)
No tengan miedo a la lluvia.
Porque son: Lágrimas Blancas.

Autor

Almudena Merino nació en Barcelona. Sin embargo, reside actualmente en Salamanca, ciudad que la vio nacer como escritora. A pesar de su corta andadura literaria, la avalan varios títulos publicados: Reflejos de una sonrisa, Secretos de un alma callada y El escondite de una Rosa.