Lo que tu quieras, no hay prejuicios, ni malas ideas, solo espacio para la libre reflexión:
No es demasiado alto, ni fuerte. Incluso me atrevería a decir que tampoco de gran calidad. Sus colores no son llamativos sino sobrios.
Es un gran compañero de viaje. Te acompaña hasta que tú quieras. Tu decides en todo momento si viajar junto a el o cambiarte y no volverlo a ver. Compartes con él tus pensamientos, tus sueños o pesadillas. El comparte contigo sus sueños.
En un primer momento, cuando lo conoces, puedes pensar que es alguien seco con el que no puedes mantener una conversación. Alguien sin ambición ni encanto. Pero todo lo contrario. Cuando participas de su tiempo, comienzas a descubrir su ambición, la misma que la de aquellas personas sencillas que no necesitan muchos lujos pero son impecables en sus trabajos, como un relojero con precisión milimétrica o como un alfarero creando belleza.
Desde fuera pueden parecer trabajos sencillos, que cualquiera puede hacer. Pero si te fijas más y profundizas en ellos, puedes apreciar que son verdaderos maestros, que dominan a las mil maravillas su disciplina, y además van más allá… la aman con toda su alma. También deja ver parte de sus aspiraciones en la gran exigencia que tiene consigo mismo, aunque sea una práctica sencilla siempre tiene que ofrecer la máxima comodidad. Lo triste es que cuanto mejor hecho está su trabajo, menos se hablará de él, y esto, lejos de molestarle, le gusta.
Os preguntaréis… ¿qué importancia tiene alguien como él? ¿qué podemos aprender de eso? Pues sorprendentemente tiene muchas lecciones que enseñarnos, entre ellas a saber escuchar… Pero la que realmente llama la atención y deberíamos adquirir es que en su trabajo solo tiene una persona a la que ayudar y escuchar. Pero no se queda ahí, demostrándonos su grandeza sutilmente, como sin querer… Tiende su mano a las demás personas de su alrededor, aunque alguna de ellas no lo eligiera a él, no importa, el cumple su función con quien sea.
Pero realmente donde se refleja su grandeza es en que lo hace con la pureza de un riachuelo cristalino bajando por la montaña entre las piedras blancas. No pretende aleccionar a quien no lo eligió. Es mucho más sencillo como para pensar en eso, simplemente tiende su mano por si la necesitas. Creo que esa forma de ser es la que te hace fijarte en él. Es una especie de paradoja ya que su sencilla y tranquila forma de actuar lo hace resaltar como un rascacielos de reluciente cristal entre casas en ruinas.
Esa sencillez muchas veces se vuelve en su contra, ya que sus emociones pasan a ser simples o incluso inexistentes. Da igual el tiempo que hayas pasado a su lado, lo que hayas compartido, lo que te haya ayudado… que cuando llegue el momento de que nuestros caminos se separen, será igual que cuando os visteis por primera vez, como si no hubiera pasado nada. En ese momento no lo entiendes, te sientes engañado. ¿Cómo puede ser que alguien que te aprecia, tan puro, pueda cambiar tan de repente? Cuando pasa un tiempo te acabas dando cuenta que él no te ha engañado, que lo que pretende es que todos esos pensamientos, sueños, ambiciones a los que llegaste con él sea lo que te lleves. Para él lo más importante es hacerte crecer y pensar, ni más ni menos.
A veces vivimos muy rápido, con la mente fija en nuestro objetivo, y no está mal, pero en ocasiones nos obsesionamos y nos perdemos todo lo que pasa a nuestro alrededor. Este es el sentido de este texto, incitar a quien lo lea a que no se pierda nada de lo que pasa a su alrededor. Nuestro tiempo es limitado y sería una pena perderse cosas tan interesantes que nos rodean como…la butaca del autobús…