“Y yo caí, enamorado de la moda juvenil, de los precios y rebajas que yo vi, enamorado de tiiii”

- en Firmas

Vivimos al hilo de la moda.

Nos dirigen como a marionetas con solo levantar el dedo y nos convertimos en rebaños temporada tras temporada.

Debe ser divertido para quien lo maquina.

Pues este otoño, se va a llevar el lila…¡EL LILA!, y todos pallá.

Da igual que te quede como el culo, que te haga cara de acelga, o que no te pegue nada con tu estilo.

La moda manda, y nos convertimos en fanáticos del lila, solo porque nos lo dicen.

¿Qué se lleva este año?

Y nos joden vivas si los pantalones son de cintura baja, y nos dan un alegrón si se lleva el estilo boy friend que es como ponerse unos pantalones de tu padre, que nos liberan de meter tripa o disimular un culo caído.

¿Hombreras? Pues palante, ¿Faldas tubo? Pues venga, ¿jerséis diminutos que te quedan por debajo del sujetador? Pues me cago en la puta pero alguno cae.

Pero ¿por qué?

Y el año de la pandemia, todos en chándal, y da igual tu personalidad, tu estilo, tu manera de vivir, que como no hay otra opción, no te queda otra que caer en las redes.

Basta con mirar dos o tres cuentas de Instagram, donde las influencers nos van marcando el caminito a seguir.

Que si animal print, que si estilo marinero, que si todo al rojo o que las botas de mosquetero por las inglés no pueden faltar en tu fondo de armario.

Y palla vamos, a ciegas,  siendo conscientes la mayoría de las veces de que no nos sienta bien,  pero es que se lleva, y si no lo llevas es como estar fuera de la ley.

La falta de estilo en realidad es la falta de pasta o la imposibilidad de temporada tras temporada, seguir las directrices de la mano negra que nos controla .

O tener un par de huevos y no pasar por el aro.

Porque no te gusta, porque no te vale, y porque no te da la gana.

¡Y los chicos con pitillos enseñando los tobillos! ¿Se hubiera puesto mi padre un pitillo si viviera?.

Y plumíferos por los pies con camisetas de tirantes, y el estilo vintage, y recuperar vestidos de tu abuela que hace unos años ni te lo hubieras imaginado, y sobre todo, rescatar álbum de fotos donde te ves con el flequillo cardado, con looks imposibles, y piensas vaya pintas llevaba.

Pues las mismas que ahora.

Porque en el momento en el que cuatro tíos maquiavélicos decidan que lo que llevas esta pasado de moda, estas jodid@.

Y el Lila a la basura, o al armario, bien al fondo,  casi oculto, porque lo que se va a llevar está temporada¡ es el flúor! ¡EL PUTO FLÚOR!.

Y las melenas midi, o el long Bob,  o estas jodida si se llevan las melenas ultra lisas y tu tienes el pelo como un estropajo.

Y esos chicos con el flequillo como pegao p’alante, o tupé hasta el cielo, y el que no puede porque tiene tres pelos ya está jodido.

Pobriños.

Y ahora taconazos, y ahora deportivas, y hasta zapatillas de estar en casa nos plantamos si un Andrea Cassiraghi se las pone.

¿Pero qué coño?

Los pitillo, los campana, minifaldas imposibles o túnicas por los pies, solo hay que esperar a que nos digan, que es lo que nos tenemos que poner.

Y da igual que tengas lorzas,  que midas 1.60 o qué tus piernas sean demasiado delgadas, si no estás dentro estas fuera.

Y fuera es mal.

Fuera, es muy mal.

Y si los labios mate…p’alante.

Y si en tirantes en enero….p’alante.

Y si somos gilipollas ¿bueno y qué?

Pues bueno, y qué.

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