No es una guerra

- en Firmas

No se trata de una guerra entre hombres y mujeres o una guerra de sexos.

No hay que responder con un #NotAllMen cuando os sintáis atacados por algo que decimos las mujeres que nos sucede como consecuencia de algo que hace un hombre.

Ni todas las mujeres somos unas santas, ni todas las mujeres somos unas brujas en el sentido negativo del concepto.

Porque cuando nos tildan a las mujeres de brujas (en el sentido negativo) yo no me ofendo, sino que me siento orgullosa porque “si vuelve el medievo, yo estaré del lado de las brujas”.

Queridas y queridos míos, de lo que se trata es que desde siempre nos han pisoteado, ninguneado, zarandeado, ocultado, violentado, atosigado, acosado, agredido, callado, sometido… Todo ello en contra de nuestra voluntad, porque, a pesar de lo que quieran muchos, tenemos voz, conciencia, opiniones, pensamientos, deseos, sentimos placer, tenemos voz, tenemos pasiones…

Nuestras predecesoras lucharon en su época para allanarnos algo el camino, pero nosotras tenemos que seguir trabajando para nuestras compañeras del presente y del futuro.

Lo que sucede es que ahora hacemos que nuestra voz se oiga, porque nos hacemos hueco, salimos a la calle, tenemos altavoz en la política, en la sociedad y lo empleamos.

Nos empezamos a valorar y ayudamos a nuestras compañeras para que se valoren, para que adquieran más fuerza, más confianza, para que luchen por sus derechos y ocupen el lugar que les corresponde y se merecen.

No pasa nada porque vayamos a la peluquería. No sucede nada porque nos guste vernos bien y queramos sentirnos mejor. No queremos someternos a los dictados de la belleza que impone un sector de la sociedad, lo queremos hacer por nosotras y solo por nosotras.

El ir a la peluquería o a hacerse la manicura, no nos resta credibilidad. Pero es a nosotras a las que se nos juzga por nuestro aspecto físico, por nuestro estilo al vestir, por si llevamos sujetador o decidimos que nuestras tetas se sientan libres… Es a nosotras a las que se nos cuestiona cómo hemos llegado a un puesto de poder, cuando llegamos, empleando siempre el mismo argumento. Es a nosotras a las que se nos sexualiza en cualquier contexto y nuestros cuerpos son mercantilizados de mil maneras distintas.

Nos queda camino y esto es una cosa de hombres y de mujeres, porque avanzar nos beneficia a toda la sociedad en su conjunto.

Recomendación musical: Respect de Aretha Franklin

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