Si no fuera por esos momentos…
Por esos minutos de gloria que parece que los mismos dioses lo han diseñado para que aparezca una sonrisa en tu rostro.
Esos momentos que pasan tan rápido, que no eres consciente de cuándo empieza y cuándo acaba.
Y es como una montaña rusa. La ilusión, la alegría, los nervios y las ganas de vivir van subiendo con el traqueteo.
Hasta que llega un momento en el que cae tan rápido que la felicidad no llega a más de un instante y la función acaba.
El amor… Es como una taza de té delicada. Dulce, amorosa y acogedora.
Mientras te encuentras en una explanada de hierba verde a las afueras de una mansión de estilo victoriano.
Es un momento tan increíble, que sujetas la taza mientras respiras el aire a vida con una sonrisa.
Pero también en esa explanada, se levanta un vendaval, un remolino de sentimientos. Todos a uno. Sientes que el té deleitoso te ahoga y que todo cae sobre tus pies.
Eso es el amor…
La amistad… Es como un libro armonioso. Repleto de información tanto dulce como amarga, de aprendizajes de la vida. Mientras te encuentras en una cabaña de madera rojiza y las hojas del otoño caen en la ventana creando una atmósfera acogedora mientras la lluvia cae lentamente por el cristal.
Es melancólico, agradable, cariñoso…
Eso es la amistad…
La soledad… Es como una caminata a la luz de las estrellas por una ciudad nevada. Satisfacción, tristeza, alegría. Mientras pisas la nieve, dejando la marca de tus huellas y el sonido más inédito es el del viento suave y frío, pero cariñoso.
Tus pensamientos al aire, tu alma en la pureza…
Eso es la soledad…
La conexión… Es como un viaje. No conoces el lugar pero sabes que es ahí.
En el avión hay turbulencias, pero la ciudad se llena de magia al conocerla.
Es cálido sin obligarlo.
Eso es la conexión…
El sarcasmo y la ironía… Es como estar sentado en un sillón incómodo, con tu libro favorito y con un cigarro en la mano.
La sonrisa de lado, que nunca falte.
La maldad, el cinismo, los celos, la envidia, el odio, la burla… Es despreciable. Son las entrañas oscuras de la vida. Bien decía Shakespeare, que el infierno es este.
Es como una sombra negra enorme que te arrastra y tú te sujetas en lo primero que puedes.
La vida… La vida es así… Con amor, amistad, soledad, conexión, sarcasmo e ironía… Pero también con la maldad que hay que evitar con todo lo bueno.
Lo más importante: sé tú mismo. Lucha por tus sueños y tus éxitos. Lucha por tus pensamientos, creencias y conocimientos. Llegarás lejos si confías en ti.
Y cuando menos te lo esperas… Ahí está lo que estabas buscando y acabas encontrando…