Seguramente, muchos de nosotros, recordamos con cariño los remedios que nos preparaban nuestras abuelas para aliviar los dolores de tripa o para curar un chichón en la cabeza. Y es que las abuelas son fuente de sabiduría y tanto sanaban sus remedios como el cariño que ponían al prepararlos.
Y por supuesto que no andaban erradas. Seguramente ellas lo aprendieron de sus madres y sus abuelas. Plantas y hierbas se han venido utilizando para sanar desde el origen del hombre. Y actualmente, los principios activos de los fármacos convencionales, provienen en su mayoría de hierbas y plantas. Un claro ejemplo es el ácido acetilsalicílico, más conocido como aspirina que se extrae del sauce blanco, o más nuevo, el Taxol, un antitumoral que se usa en quimioterapia y que se extrae del Taxus brevifolia, un árbol conífero parecido al tejo.
Ni que decir tiene que lo mejor que podemos hacer, para curarnos cuando estamos enfermos, es acudir a nuestro médico y que sea él quien nos diagnostique y nos recete la medicación más adecuada. Aún así, la naturaleza nos regala una serie de plantas que no está de más tener en nuestras despensas. Con ellas se pueden preparar remedios caseros que nos sirven para mejorar la salud o para aliviar algunas molestias leves.
La mayoría de estas hierbas y plantas las conocemos e incluso las utilizamos diariamente, en infusiones o para aderezar nuestros alimentos. Veamos algunas de ellas y cómo pueden ayudarnos.
Menta
Además de ser muy aromática y tener buen sabor, la menta abre las vías respiratorias y alivia la congestión. Aplicada sobre la piel alivia el dolor de las quemaduras y en infusión, además de digestiva, es un suave tranquilizante que mitiga los estados de ansiedad y estrés.
Aloe vera
Esta planta suculenta es de sobra conocida, el gel que se obtiene de la pulpa de sus hojas tiene propiedades antiinflamatorias, antisépticas, bactericidas y regeneradoras. Aplicado directamente sobre la piel alivia quemaduras y heridas, reduce los síntomas de la piel atópica y ayuda a reducir cicatrices.
Tomillo
Tomado en infusión es relajante y digestivo y aplicado sobre la piel en forma de cataplasma actúa como relajante muscular, aliviando el dolor producido por contracturas.
Manzanilla
Esta es una de las plantas medicinales más conocida y que suele estar presente en casi todas las casas. Uno de los usos más frecuentes es, tomada en infusión, para aliviar las molestias gastrointestinales, pero además tiene efectos relajantes y antiinflamatorios muy útiles para aliviar dolores musculares, calambres y dolores de cabeza.
Ajo
Imprescindible en todas las cocinas, el ajo tiene propiedades antioxidantes que ralentizan el envejecimiento de las células. Fortalece el sistema inmune, es antibiótico y antibacteriano y además, es bueno para la circulación sanguínea.
Cola de caballo
El tallo de esta planta se utiliza para aliviar las infecciones del aparato urinario. Es diurética, depurativa y es un buen aliado para fortalecer la piel debido a sus propiedades regenerativas. Además es astringente por lo que ayuda a controlar las hemorragias.
Apio
Además de estar muy rico, crudo en ensaladas o cocinado, el apio es un excelente diurético. Por su alto contenido en fibra es además laxante y digestivo.
Tila
Tomada en infusión es el remedio natural más utilizado para aliviar la ansiedad, pero además es diurética y nos ayuda a conciliar el sueño.
Orégano
Además de ser un rico condimento en la cocina, el orégano es un excelente antioxidante y sus propiedades antiinflamatorias, antihistamínicas y antibacterianas ayudan a aliviar los dolores de muelas, molestias gastrointestinales y los calambres.
Poleo
El poleo también es una infusión que se toma con bastante frecuencia, mejora la digestión, ayuda al organismo a asimilar los nutrientes y además aumenta el apetito.
Eneldo
El eneldo, tomado en infusión, alivia los dolores menstruales y aplicado sobre la piel ayuda a cicatrizar heridas y quemaduras.
Estas hierbas y plantas, además de otras muchas que nos hemos dejado en el tintero, tienen propiedades medicinales que pueden ayudarnos a cuidar nuestra salud. Son plantas que a pesar de ser inofensivas, pueden estar contraindicadas en otras patologías o no se deben tomar junto a otros fármacos. Por eso, siempre, lo más adecuado es consultar con nuestro médico.
