¿Cuál fue la idea o circunstancia que motivó arrancar este proyecto?
Este proyecto, el Museo Etnográfico de Barceo, nació hace varios años atrás gracias, creo, a dos factores fundamentales. En primer lugar, ser barcense desde mis primeros meses de vida y, así, contar con tal profunda conexión con lo rural, lo tradicional, sus modos de vida y mi pueblo. Y, segundo, el interés por conocer lo pasado, por ejemplo, saber qué y para qué servían ciertos trastos —así llamados hoy a las herramientas, útiles en general, que sirvieron en el día a día de las personas hasta no hace mucho— y que veía por los rincones más olvidados de propiedades de mi familia. Con ello, decidí recopilar todas ellos (con suerte coincidió que mi familia había arreglado el tejado de una casa vieja y, así, fui invadiendo todo el inmueble con antigüedades).
También, la idea era dar visibilidad a Barceo (en todos los sentidos) y, gracias a las Redes Sociales, creo que se ha logrado.
¿Cuál o cuáles fueron las piezas con las que dio comienzo la colección?
Al principio pocas fueron las piezas, principalmente, eran de pequeño- medio tamaño. Además de las pocas que quedaban en la casa (hoy el espacio de museo), fueron las que mi familia me dio para ponerlas allí, algunos yugos, ollas de barro, arado, algún libro, husos, queseras o una máquina de hacer embutido.
¿Cuál es la pieza (desde tu punto de vista) más valiosa o especial?
Esta pregunta es un tanto difícil pues todas las piezas son altamente relevantes, nos «hablan» cómo era la vida y con qué se contaba hasta no hace mucho tiempo. Si tuviera que señalar una, en este caso, sería el horno de leña que conservamos en la casa: todo quien nos ha visto, nos felicita por conservarlo tan bien. Así que, ésta sería la que elijo como «especial».
¿Cómo te imaginas el museo dentro de 10 años?
Nadie sabe qué pasará en diez años o, incluso, en un menor corto período de tiempo. Lo cierto es que el futuro del museo en una década cambiará: de eso no tengo duda. Yo soy, por así decirlo, el equivalente humano del mismo (junto a familiares y amigos que me ayudan o me respaldan con grandes ánimos), estoy a punto de acabar mi grado universitario en la USAL. Y, todo al fin y al cabo, se decidirá a tenor de mi trabajo —que espero tener, me gustaría lo más cerca de Barceo, pero eso nunca se sabe—. La infraestructura es muy pobre y al tener muchos años necesita una intervención importante para conservarse y garantizar su durabilidad. Por otro lado, también sería conveniente la instalación de elementos para la protección de las piezas; en definitiva, crear un verdadero espacio museográfico.
Con todo ello, creo que el museo (ya lo estamos haciendo) finalizará en su modelo físico, para transformarse en una especie de espacio virtual donde mostrar sus piezas o, incluso, realizar cualquier otro tipo de eventos., todo en bajo la realidad digital. El paso del tiempo juega una mala pasada para un proyecto como éste, sustentado por al amor hacia las raíces de quien suscribe estas líneas. Al menos, creo que será la única manera de evitar su plena eliminación, aunque no significa que ésa (lamentablemente) llegue a darse.
¿El museo recibe algún tipo de ayuda o subvención? ¿Por qué es necesario apoyar este proyecto museístico?
El museo o proyecto de museo, como digo, es una mera iniciativa personal apoyada por mis padres (y mi querida abuela, que ya no está). Estas personas me han inculcado lo que sé sobre las piezas, costumbres y oficios de Barceo, más recientemente eso lo he ampliado con una gran formación en el IDES de Diputación de Salamanca. Así que no, no recibimos nada fuera de lo que pongo yo para hacer cosas como ésta, recursos digitales, físicos básicos y, por supuesto, parte de mi tiempo.
Colaborar, creo que sería algo muy complicado. Al fin y al cabo se trata del nacimiento de un museo, al menos su estructura y equipamiento, para que pueda ser visitado y, sobre todo, un sitio acondicionado a la sociedad actual. Más allá de lo anterior, otras colaboraciones que hemos tenido (y seguimos teniendo) son la donación de algunas piezas más, hasta llegar a algo más de
300 que hoy tenemos. Así pues, que cada cual piense porqué para colaborar con nosotros, si así lo desea.
6. ¿Cómo se puede colaborar?
No tenemos un sistema definido, pero para contactarnos basta con enviarnos un correo electrónico, un mensaje por Redes Sociales o una carta. Estamos encantados de atender a toda persona,
siempre, a tenor de nuestra disponibilidad.
¿Qué pieza te gustaría tener en la colección?
Eso es algo que no puedo decir, todas las piezas son bienvenidas, pues son un vestigio de nuestro ADN cultural. Aunque reconozco que hay gente que nos dice que nos falta un carro de tracción animal, que nos falta éso para ser puramente rurales, jaja.
¿Cómo se puede concertar una visita (contacto) y cuál es el precio?
La visita es muy limitada, fundamentalmente en función de mi disponibilidad, por ello siempre es con cita previa (por cualquier medio de los que indiqué antes) a fin de fijar una fecha. El precio es simbólico, tan sólo por fijar un importe hemos puesto 60 céntimos/ visita general o 30 céntimos la reducida; gratuito para grupos de tres o más personas.
¿Cuál ha sido la incorporación más reciente?
No ha habido última incorporación de personas, aunque nos ha sorprendido que se nos conoce mucho más allá de lo que esperábamos en principio. Muchas veces nos han escrito desde Hispanoamérica para informarse del proyecto y del pueblo (y lo que nos emociona es saber que son familiares de personas de Barceo, que a inicios del siglo pasado migraron). También hemos
forjado una red de amistad virtual con importantes museos etnográficos de España. Ambas cosas hacen que hayamos cumplido nuestras expectativas (nunca podremos agradecer tan
buena acogida).
Grosso modo esto es el Museo etnográfico de Barceo: un humilde proyecto que intenta día a día preservar, analizar, divulgar el patrimonio cultural barcense al público (dentro de nuestra capacidad, claro).