La ansiedad: una pandemia actual que sufre la mayoría de los jóvenes

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La ansiedad es el trastorno mental más común en la actualidad, de hecho, muchos expertos la llaman la «epidemia silenciosa del siglo XXI». Esta alteración se puede presentar a lo largo de nuestro día a día: en una cita importante, una entrevista de trabajo o un examen crucial, entre muchas otras ocasiones. Pero además de aparecer en momentos concretos que pueden justificar los nervios debido a su valor, este trastorno puede darse en cualquier situación, incluso sin causa aparente, lo que puede interferir de manera negativa con la habilidad de un individuo para desarrollar las tareas cotidianas.

Los síntomas psicológicos que representan a la ansiedad son mayoritariamente la preocupación constante y excesiva, la dificultad para concentrarse, olvidos frecuentes, irritabilidad, sensación de agobio, aprensión o inquietud y miedo a perder el control. Por otro lado, los síntomas físicos abarcan la tensión muscular, la sudoración, taquicardias, dolor en el pecho, dificultad para respirar, mareos, temblores, hormigueos, náuseas y vómitos o dolor de cabeza.

En este artículo te dejamos cinco consejos para evitar la ansiedad, en la medida de lo posible:

1. Técnicas de relajación

Como la respiración diafragmática, el mindfulness, el yoga o la meditación. Estas actividades pueden ayudarnos a canalizar nuestras preocupaciones.

Los aceites aromáticos y las velas pueden influir a la hora de reducir la ansiedad. Algunos olores con grandes poderes de relajación son los de la lavanda, las rosas, el incienso, el sándalo, la flor de azahar o el geranio.

El yoga es una actividad que cada vez se ha vuelto más popular y cuyo objetivo es unir el cuerpo y la mente. Algunos estudios han examinado el efecto del yoga en la salud mental. Puede ayudar a reducir los niveles de cortisol, la presión arterial y el ritmo cardíaco, e incrementar el ácido gama aminobutírico, un neurotransmisor que se reduce en los trastornos del estado de ánimo.

Escuchar música instrumental lenta también ayuda. Algunos tipos de melodías clásicas, celtas o indias pueden ser particularmente relajantes. Sin embargo, simplemente escuchar música que te guste ya tiene efectos tranquilizadores.

Por último, y quizás más importante, es la respiración profunda. El objetivo es enfocar tu conciencia en tu respiración, haciéndola más lenta y más profunda. De esta manera, los pulmones se expanden por completo y el estómago incrementa, lo que ayuda a reducir el ritmo cardíaco.

2. Hacer ejercicio

El deporte debe relajar, aportar energía, motivación y desestresar. También ayuda a ocupar el tiempo, y por lo tanto, a evitar los pensamientos que provocan emociones negativas. Un simple paseo de treinta o cuarenta minutos ya es suficiente para conseguir efectos beneficiosos y controlar tu estado anímico. Hacer ejercicio además mejora la calidad de sueño y genera confianza en quien lo practica.

3. Dormir bien

No dormir bien puede provocar ansiedad. Practicar rutinas de relajación (como las ya mencionadas con anterioridad), anotar tus preocupaciones al principio del día o hacer ejercicios mentales para distraer tus pensamientos negativos pueden ayudar. Además, descansar las horas necesarias nos permite darle tregua a nuestro organismo a la hora de afrontar un nuevo día.

4. Aceptar la ansiedad

Aceptar tu ansiedad no significa renunciar a mejorar y resignarte a tener una vida constantemente influida por tu estado anímico, simplemente significa convivir con determinados estados emocionales desagradables pero inevitables e intentar convertirlos en transitorios. Entender qué nos pasa y cómo nos sentimos nos permite gestionar mejor la situación. También para comunicar nuestras emociones de forma asertiva tenemos que saber identificar qué tipo de sentimiento experimentamos. Es importante encontrar un equilibrio entre el conocimiento y la desconexión.

5. Pasa tiempo con tus familiares o amigos

Llamar a un ser querido, programar una cita o comer con un amigo cercano… Hablar con los demás y poder expresar tus emociones ayuda. Ser parte de una red de personas te puede aportar sensación de pertenencia y autoestima.

 

 

Autor

Grado de Comunicación Audiovisual por la Universidad de Salamanca, Máster de Comunicación y Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela.