China «fabrica» nubes para provocar lluvia artificial y luchar contra la sequía

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** FILE ** A rocket launcher used to seed clouds to induce rain is seen at a station of the Beijing Meteorological Bureau in Beijing, China, in this Thursday, July 19, 2007 file photo. In the biggest act of stage managing for the Beijing Olympics, Chinese scientists are promising to keep the rain away from the Games - or make it rain on cue, one tactic that may help clear the city's choking pollution. But foreign scientists have cast doubt on Chinese claims, saying they lack scientific evidence they can increase rainfall - or inhibit it - and have not set up stringent controls to measure what they're doing. (AP Photo/Ng Han Guan, File) ** zu unserem KORR **

La sequía está afectando gravemente a todos los países del planeta. Tanto es así, que China, en un acto de desesperación por solventar esta situación, ha comenzado a utilizar técnicas para fabricar lluvias artificiales.

Este sistema no es nuevo, y China es uno de los países que más lo está implementando. Distintos departamentos de las provincias de Hubei (en el centro del país chino), y Hunan (también en el centro), están poniendo en funcionamiento unos aviones especiales cuya función es provocar lluvias mediante unos cohetes que vierten en las nubes sustancias condensadoras, como el yoduro de plata. Estas sustancias aceleran el proceso para que se produzcan las precipitaciones.

El condado de Taoyuan estaba experimentando altísimas temperaturas que llegaban hasta a los 41 grados centígrados. Durante las últimas dos semanas, las precipitaciones acumuladas han sido de 3,3 mm, lo que supone una disminución interanual de 82,6 mm.

Y es que en muchos casos, está funcionando a la perfección. En la tarde del 17 de agosto, una abundante y esperada lluvia en la ciudad de Hubei alivió de manera efectiva las altas temperaturas y la sequía que acuciaban la zona desde principios de la estación veraniega.

«No es tan fácil aumentar artificialmente la lluvia, ya que hemos estado listos desde el 19 de julio para ‘disparar el cañón’ cuando llegara el momento», afirmaba Yu Xiaoyoao, jefe de la oficina meteorológica del condado de Taoyuan. «La mejor lluvia artificial requiere nubes adecuadas en el cielo, con unas capas que tengan un grosor de 2 a 3 kilómetros», declaraba Yu. De ahí que hubiera que esperar al momento oportuno.

El Ministerio de Recursos Hídricos declaraba este miércoles que la sequía que acucia la cuenca del río Yangtze estaba «afectando negativamente la seguridad del agua potable de la población rural, el ganado, y el crecimiento de los cultivos». 

Esta sequía extrema en algunas zonas del centro del país chino, acompañada de una ola de calor de las mismas magnitudes, ha provocado la suspensión de la actividad en numerosas fábricas por el aumento de la demanda de energía y una producción incapaz de asumirla, con amenazas de corte en zonas residenciales.

Ciertamente, la actuación de China con su sistema para provocar precipitaciones artificiales solo es una medida de un largo plan de acción contra la sequía.

El país anunció hace dos años un ambicioso programa para manipular manipular la climatología en su favor. No solo se trata de conseguir lluvia, sino también de evitar el granizo, perjudicial para las cosechas. También quiere servir para la prevención de catástrofes, la producción agrícola y la respuesta ante los incendios forestales y de pastizales, así como de las inusuales altas temperaturas y de la sequía.

De cumplirse las expectativas del gobierno, en cuatro años, el 60% de la superficie del país podrá controlar las precipitaciones. Las consecuencias para el cambio climático y la meteorología de la zona son todavía un misterio.

 

 

 

Autor

Grado de Comunicación Audiovisual por la Universidad de Salamanca, Máster de Comunicación y Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela.