Se han destapado, en España, casos de violencia sexual en el mundo de la interpretación.
¿Esto significa que hasta ahora no han existido?
Ni mucho menos.
Esto significa que, ahora, en 2024, las mujeres nos sentimos con mayor poder y confianza para denunciarlo públicamente. Pero esto hay que tomarlo con pinzas, porque aún se sigue poniendo el foco y cuestionando más a la(s) víctima(s) que al agresor.
El Movimiento Feminista ha hecho un gran trabajo en estos años de sororidad, de visibilización, de alzamiento de voz y no permitiendo que nos vuelvan a silenciar.
Nos queda trabajo, por supuesto. Es una lucha contra un “edificio” o un muro de muchos años de asentamiento, donde sus raíces, sus cimientos, están bien amarrados en el piso, con una profundidad tremenda. Sus cimientos son gruesos y robustos. Pero nosotras somos constantes y, cada vez, más numerosas.
Los casos denunciados gracias al trabajo de investigación de periodistas, no han salpicado, sino que han hecho que un tsumani arrollara a reconocidos dramaturgos y directores del mundo del teatro y del cine español (y anteriormente al mundo musical).
Estoy convencida que existen otros hombres que están encerrados en sus casas pensando y pensando que pronto les tocará a ellos porque se ven reflejados en los casos que han salido en la prensa.
Habrá otros hombres que no se den por aludidos porque tienen interiorizado, bien enraizado, que el problema son las mujeres que no cumplen con las normas sociales-culturales de tiempos pasados y que no les obedecen.
Luego, existirán otros (desgraciadamente los menos) que no se darán por aludidos porque están en proceso de deconstrucción y trabajan, según sus posibilidades, para lograr la igualdad entre hombres y mujeres. Estos hombres no se pondrán de lado ante situaciones de violencia de género o violencia sexual, sino que alzarán su voz tímidamente o de forma potente, señalando a esos hombres que juegan, trafican, obligan, someten… a las mujeres.
Necesitamos más hombres como Pepe Viyuela, consciente de su posición privilegiada, que son capaces de abandonar una oportunidad de trabajo y ponerse del lado de las mujeres denunciantes, aunque crea en la presunción de inocencia.
Necesitamos más hombres como Miguel Lorente Acosta que lleva años divulgando, concienciando y mostrando la realidad de la violencia de género.
Necesitamos más hombres como Daniel que usa las redes sociales y su voz para hablar de educación en igualdad y una nueva forma de masculinidad.
O como Cristian Bilbao que usa la ironía y el sarcasmo (que no todo el mundo pilla) para concienciar sobre estos planteamientos rompedores.
Pero también te necesitamos a ti, hombre de a pie sin tanto poder en redes sociales, pero que tienes una función primordial en tu entorno.
Necesitamos de hormigas para crear una gran montaña.
Necesitamos trabajar unidad, hombres y mujeres, para desestabilizar al patriarcado, derrotarlo y construir una sociedad más morada, igualitaria y justa.
NO MIRES HACIA OTRO LADO.
Recomendación literaria: “Nata y chocolate ¡invencibles!” de Alicia Borrás Sanjurjo