Encinas, encinas, viejas, preñadas,
del Campo Charro, bañadas de blanca
escarcha.
Testigos mudos de la vida y de la muerte.
Tragedia, que se repite como la noche y el día.
Manada de toros bravos,
de trapío y fina estampa,
mugidos de primavera.
Clarines de plata suenan
a las cinco de la tarde.
La muerte ronda el albero,
destino cruel y certero.
Maestro de fino acero,
vestido de grana y oro.
Tú, gladiador inocente,
de pelo negro vestido,
poco a poco, sin quererlo,
te va cercando la muerte.
Encina vieja, escarcha,
toro negro,
fino acero y muerte.