El Impresionismo y la luz

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El Impresionismo nació para definir principalmente la pintura, se le llamó así tras el comentario despectivo de Louis Leroy hacia el cuadro “Impresión, sol naciente” de Claude Monet, que exponía junto a otros artistas, entre los que se encontraban Pissarro, Degas, Renoir, Cézanne o Morisot, en el salón de artistas independientes en 1874.

El término se aplicó a otras artes, como la música o la literatura, aunque los rasgos que lo califican hablan de “luz”, “pincelada” o “color”. Por ello se suele referir a la pintura y la fotografía.

Quince años antes, en la Academia Suiza, alguno de los precursores del impresionismo ya estaban interesados en romper con los planteamientos tradicionales, se centraron en la pintura al aire libre y buscaron plasmarlo de formas distintas.

Este estilo se desarrolló durante la segunda mitad del s. XIX en Europa, más específicamente en Normandía y se intentaba plasmar la luz o al menos la impresión de luz, lo que se traducía en que las formas quedaban desdibujadas, puesto que la impresión de la luz sobre ellas era más importante.

Artistas como Mallord, Turner y Constable, que venían del Romanticismo, fueron los que sentaron las bases de este nuevo estilo. De Turner, por ejemplo, los impresionistas tomaron las superficies borrosas, desdibujadas y vaporosas.

Los precursores del Impresionismo son Manet, Corot, Pisarro, Degas, Cézane o Renoir. Se centran en el naturalismo extremo, utilizan colores puros sin mezclar, llegando a usar únicamente los primarios y sus complementarios. Usan un estilo de pintura más libre, sin ocultar la pincelada y enfocado en la luz como factor unificador de figura y paisaje.

Este estilo suelto ayuda a que la expansión por Europa se produzca de forma muy rápida.

Durante la segunda mitad de siglo, las evoluciones científicas y técnicas ayudan a la creación de nuevos pigmentos, especialmente de óleos, que les permite conseguir una pureza y saturación hasta entonces impensables. Esto da lugar a la “ley de contraste cromático”, que quiere decir que “todo color es relativo a los colores que le rodean”. Las sombras pasan de estar compuestas por colores oscuros a estar compuestas por colores complementarios, el denominado modulado del color. Esto rompe con la dinámica del claroscuro y crean sombras en las luces y viceversa.

Aunque cada artista perteneciente al grupo seguía las líneas generales del Impresionismo, no se puede decir que fueron fieles seguidores durante su carrera, cada uno de ellos desarrolló su estilo propio alrededor del mismo, siendo Monet el que más “respetó” los patrones que se habían impuesto.

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Equipo de redacción de NOTICIAS Salamanca. Tu diario online. Actualizado las 24 horas del día. Las últimas noticias y novedades de Salamanca y provincia.