La música del silencio

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Música en el tiempo
  • La Música como arma para la reivindicación, para la lucha no violenta por las libertades del individuo

A lo largo de la historia se ha censurado y callado a muchas personas por sus ideas, su género, su raza, su situación socioeconómica e incluso por su orientación sexual; pero en vez de ejercer violencia contra los opresores la música es el arma para lograr el cambio.

Lo que se ha denominado como “música de protesta” o “canción de protesta” surge en Estados Unidos, en la década de los años treinta del siglo XX. Su pionero es Woody Guthrie, influyente de Pete Segeer. Este cantante se encargó de llevar este modelo de canción a un público amplio y comercial, de esta manera, muchos autores cantaron contra las dictaduras latinoamericanas. Aunque no fue hasta los años 60-70 cuando alcanza su mayor grado de difusión y repercusión en la sociedad.

Esta ‘’canción de protesta’’ se asentó, muchas ocasiones, en formas musicales del folclore tradicional; uno de los ejemplos más representativos es la artista Violeta Parra quien ha realizado numerosos trabajos de investigación, difusión y recopilación de esas músicas populares y tradicionales.

La llegada de todo esto a España sucedió de una manera muy particular, el reconocido cantautor valenciano Raimon, es uno de los precursores en poner música a poetas catalanes o Mikel Laboa, en euskera. Colectivos como Els Setza Jutges, Ez Dok, Voces Ceibes son algunos de los más destacados en el ámbito musical. Todos ellos están ligados al activismo antifranquista, llevan a cabo numerosas denuncias en sus canciones por la situación social de los colectivos más desfavorecidos como inmigrantes y obreros. Esa reivindicación popular es un canto por el rescate de poetas prohibidos por el régimen de Franco, de la misma manera que liberan lenguas y dialectos soterrados por el régimen, todo con la idea principal de una España heterodoxa.

La música siempre ha estado ahí, desde cantos como la Marsellesa o la Bella Ciao, símbolos de resistencia y libertad ante las situaciones de tiranía de los fascismos en épocas pasadas. Así, podría decirse que desde siempre la música ha sido utilizada como medio de comunicación y como denuncia ante situaciones sociales desfavorables, defendiendo en primera línea a colectivos vulnerados. Como apuntaba el filósofo Jean-Paul Sartre, las letras deben ser utilizadas como manifiesto, como arma para defender las ideas y derechos.

Cantantes tan reconocidos como John Lennon con la canción “Working Class Hero”, de principios de la década de 1970, es una fuerte crítica a la diferencia de clases; Fito y Fitipaldis con “Nada de nada”, donde muestran su indignación con las palabras: Nos vendieron tanto bienestar que no hay manera de poder estar bien. Amaral e incluso Raphael cantan por la lucha con “rosas y palabras”.

En la actualidad, la música sigue considerándose como ese grito de libertad, aunque no cabe duda que las situaciones sociales son diferentes y las luchas han cambiado, los temas que principalmente preocupan a día de hoy se basan más en la corriente denominada como feminismo, el colectivo LGTBI e incluso la llamada música afroamericana.

Pero artistas más modernos como Lil Nas X no se quedan atrás. Este autor ha sacado recientemente su atrevida y rompedora canción “Call me by your name” donde defiende los derechos y libertades del colectivo LGTBI. Y, no olvidemos que este colectivo ha sido amparado también por Alaska y Dinarama, Madonna, Lady Gaga, Gloria Gaynor e incluso Mecano, entre otros muchos. Además, el feminismo esta a la orden del día, muchos artistas apelan a las emociones defendiendo la igualdad que poco a poco se va consolidando en nuestra sociedad. “La puerta violeta” de Rozalén, “Run de Word” de Beyoncé, “Ain´t Your Mama” de Jennifer López,God is Woman” de Ariana Grande y “Polly” de Nirvana son algunos ejemplos de artistas que reflejan en sus composiciones el feminismo.

Sin ir más lejos, el género musical del reggaetón ha sido juzgado como la temática que más ha desestimado al género femenino, pero en la actualidad ha dado un giro de rumbo completamente. Un estudio liderado por la Universitat Rovira i Virgili (URV) de Tarragona con la colaboración de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona (UPF), ha detectado que este género musical está rompiendo esa tendencia machista que se le ha asociado de forma tradicional y que ahora esta nueva visión de este tipo de música apuesta por la libertad individual de la mujer y esa igualdad junto a los hombres. Tremenda Jauría, Miss Bolivia, Bad Bunny, K-narias son algunos grupos y artistas que reivindican la igualdad a golpe de cadera.

No olvidemos las palabras de Nietzsche en “Gaya ciencia”:

“Un día sin música ni baile, es un día perdido”.

No obstante, se observa actualmente que, tanto la música como el baile, no siempre tienen una labor destinada a la ociosidad y al divertimento, sino que las reivindicaciones y las denuncias sociales también se están convirtiendo en temas inherentes de esta cultura musical contemporánea.

Autor

Salmantina y estudiante de periodismo en la Universidad de Valladolid.