De ‘Florentinos’, ‘Abellanes’, insultos y éticas varias

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Florentino Perez

El panorama futbolístico nacional se ha visto salpicado en los últimos días por la salida a la luz de unas grabaciones realizadas por José Antonio Abellán respecto a unas conversaciones con Florentino Pérez, actual presidente del Real Madrid, en la que el mandatario blanco se desnuda ante el periodista utilizando un vocabulario ofensivo para las personas a las que se refiere, en este caso ex jugadores y ex técnicos del club blanco. Lo cierto es que Florentino Pérez, hombre siempre comedido y conciso en todas sus apariciones públicas, se despacha a gusto con aquellos que entiende que no le hicieron fácil su estancia en la presidencia. En ‘romano paladín’ podríamos señalar que no deja títere con cabeza. Ni siquiera el bueno de D. Vicente del Bosque, persona prudente en la máxima expresión de la palabra, queda al margen.

Sin embargo, y tras darle muchas vueltas, en realidad Florentino lo que hace es decir lo que siente en ese momento. Acertada o equivocadamente. Con la repercusión, es obvio que lo hace de manera equivocada, pero ¿quién de nosotros no ha actuado de forma similar alguna vez en el ámbito privado? Seguro que algunos lo hemos hecho igual o peor con algún compañero de trabajo, incluso con algún amigo.

Lo grave es cuando eso trasciendo el ámbito privado y supera el contexto en el que se ha realizado. Yo he tenido amigos íntimos a los que, inevitablemente, he juzgado en base a su conducta. He sido duro y me expresado desagradablemente hacia ellos. ¿Eso indica que no los quiera? ¿Significa que esa opinión es inamovible?

Pienso que Florentino en ese momento tenía esa opinión, sin duda. En un momento se vio acorralado por el entorno del club blanco, que es enorme, y se sintió traicionado por jugadores a los que había tratado con mimo (y cuando hablamos de mimo hablamos de contratos estratosféricos en lo económico y en lo a duración se refiere). Por eso, en un ámbito privado, con un periodista que él sentía afín, dice lo que opina. De esos futbolistas y, también de la profesión periodística. Hay gente que se asusta y señala que quería controlar a los medios, pero ¿no se sigue haciendo hoy en día? ¿No es el objetivo que persiguen muchos partidos políticos hoy en día? ¿No hacen lo mismo muchas empresas que, atendiendo a la cuantía de sus inversiones publicitarias o sus estrategias de Responsabilidad Social Corporativa buscan un rédito personalista, ya sea de los gerentes en ese momento, o de la marca o de ambos?

Otros opinan que eso lo podría decir cualquiera, pero no Florentino, que debe dimitir por ello. Doctores tiene la Iglesia.

Florentino debería apechugar con lo dicho, pero debería argumentar y reconocer su error, pero dejarlo en un contexto determinado.

En el otro bando aparece la ética periodística y, les advierto que para mí es un tema delicado pues me crié escuchando a Abellán. Le seguí día y noche en su aventura de disjockey y, cuando dio el salto al Deporte, me sorprendió con un periodismo valiente y alegre que me robaba el sueño, compitiendo con algunos de los que antes habían sido mis ídolos. Echo de menos todo lo que aquello significó. Sus tertulianos y sus tertulias. Su David Sánchez, el gran Quique Guasch, Cristina Cubero, Juanma Rodríguez cuando llegaba tras pasar por el Bernabéu y el Bernabéu le hablaba. Walter, Matallanas,…

Para mí fue un periodismo valiente y atrevido, en el que era capaz de mezclar trascendencia y diversión y que nunca estuvo exento de grandes exclusivas o trabajos de investigación.

Tras esa etapa seguí sus pasos por todas esas aventuras que le hacen buscar su sitio en las ondas haciendo lo que mejor sabe, lo que hace mejor que nadie.

Sin embargo, no soy capaz de entender lo de la grabación. Entiendo que ahí está el ‘quid’ de la cuestión y que debería explicarse. Hay conversaciones para hacer públicas y conversaciones que no deben trascender ni por todo el oro del mundo.

Como periodistas debemos trazar nuestras líneas rojas que no debemos traspasar, pero algunas de esas deberían ser comunes y hacer público lo que es privado sería una de ellas. Pero habría que saber la forma en que sale a la luz, el momento y el por qué y me da que ni una cosa ni las otras vamos a ser capaz de saberlas cuando todo este ruido de sables, mediáticos y judiciales, sigan avanzando.

Es interesante analizar el tratamiento de los medios, tanto los que hacen de ‘voceros’ como los que tratan de silenciarlos. Parece que en el juicio mediático, Florentino Pérez va por delante en las encuestas. Habrá que darle tiempo al tiempo y ver quién es, al final, el vencedor final, si es que hay algún ganador o, si realmente, el duelo se salda con tres perdedores, los dos protagonistas y la credibilidad del periodismo.

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