Siendo justos, hay que reconocer que la trayectoria del Salamanca UDS en la segunda vuelta de la competición es digna de elogio. Es cierto que en un momento dado sembraron dudas y parecía que todo iba a ser como siempre, pero el equipo recortó una barbaridad de puntos al Real Ávila y parece haber llegado en las mejores condiciones al ‘play-off’ de ascenso a Segunda RFEF. Así lo demostraba el pasado sábado en Astorga. Como se suele decir, ‘veni, vidi, vici’. Es decir, ‘pim, pam, pum’ y a otra cosa. A lo mejor faltó el ‘pum’, pero el ‘pim’ y el ‘pam’ ya se dieron en tierras leonesas, que no es poco, con el 0-1 de Caramelo. Aquí ya no hay vuelta atrás ni caben dudas. Es ir, percutir y sentenciar en casa. En realidad, por potencial, la eliminatoria debería estar ya prácticamente resuelta.
Sin embargo, queda todo un partido de vuelta y si por algo se caracteriza el Salamanca UDS es por dar emoción. Bueno, como dirían los jóvenes de hoy en día, “por liarla”. Aun así, tiene todo para mirar ya de frente al rival en la última eliminatoria regional, un Tordesillas que metió la directa ante el Júpiter (0-4), lo que unido a la victoria en su campo ante el Salamanca UDS, obliga a los de Jehu a preparar a conciencia el choque si no quieren sorpresas. A ver si nos vamos a pensar que son corderos y luego, cuando levantan la piel, son auténticos lobos.
En realidad, los vallisoletanos hicieron lo que llevamos demandando hace tiempo del Salamanca UDS, ganar sin apuros, encarrilar los partidos, en definitiva, no hacer sufrir a su afición, aunque ésta está de sobra vacunada y, ¿quién sabe?, a lo mejor no sería lo mismo sin ese sufrimiento.
Una afición que, de nuevo, volvió a arropar al equipo en un desplazamiento. Los seguidores del Helmántico saben lo que se juega su equipo y nunca fallan. Tampoco lo harán el próximo domingo en el Helmántico, que no será el de las grandes ocasiones pero que, a poco que acompañe el tiempo y se incentive, si está llamado a vestirse de fiesta. Ojalá todos esos movimientos que se están produciendo en el entorno del club y que parece van a repercutir en la gestión se vean también reflejados en el estadio, porque, sin duda, es casa, es patrimonio de los salmantinos, de unos y de otros, por mucho que algunos lo denosten en estos últimos tiempos y por mucho que otros no hayan hecho el esfuerzo que merece en su mantenimiento. Parece que los tiros van por ahí y sería un lujazo ver guapo un recinto histórico en el fútbol nacional y respetado por todos los equipos españoles en el que ansía jugar cualquier futbolista que se precie.
Así que ahora despacito y con buena letra a por el siguiente paso. Como decía el otro, hablar menos y trabajar más, que seguro que el fruto acaba llegando, pero no se fíen de nadie porque los lobos pueden estar acechando en cualquier rincón.