Por mucho que a algunos les pese, el Salamanca UDS siempre tendrá una legión, mayor o menor, de aficionados. El hecho de jugar en el Helmántico, que siempre fue la ‘casa’ del fútbol de los salmantinos; el escudo y los símbolos, la camiseta y la identificación con todo ello, permite al club propiedad de Manuel Lovato mantener un grupo de fieles que estarán ahí siempre. Llueva, nieve o haga frío.
Pero igual que esa es una realidad, la otra es que la gestión del club en los últimos años le está llevando a una deriva que lo único que hace es que cada domingo se convierta en una decepción. Cuando el equipo gana, al menos se van contentos y renuevan las ilusiones, pero cuando pierde y, por desgracia, van unas cuantas veces, la desilusión es enorme. Hay que esperar que pasen un par de días para empezar a reconstruirse cual Frankenstein. Tras la derrota a uno se le quitan las ganas de hablar, el lunes se arrastra la resaca, el martes es día de reflexión y, bueno, a partir del miércoles se empiezan a hacer cábalas y a esperar que llegue el domingo para ilusionarse con enmendar la situación, aunque pocas veces llega.
Es pronto para evaluar, pero si hacemos un parón ahora, a apenas cinco partidos para terminar la competición regular, un cuarto puesto en esta categoría tiene que ser decepcionante por muchos motivos. Como siempre enumero, por trayectoria, por expectativas, por plantilla, por la camiseta, por el escudo. ¿Que eso no quita que se metan en ‘play-off’ y luego la líen? Pues, ojalá, pero yo no sé si será posible pues cada vez que juegan un partido ‘medio a cara de perro’ terminan hincando la rodilla. Les ha pasado con Astorga en dos ocasiones, con Arandina, con Ávila, … Prácticamente con todos los equipos que persiguen el mismo objetivo. Pero el futuro aquí no lo conoce nadie y en fútbol mucho menos, así que si hay que ser optimistas, pues habrá que serlo, aunque primero tienen que meterse en la fase de ascenso que era algo que parecía seguro hace apenas un par de jornadas, pero que con estas dos derrotas se vuelve a complicar. Y yo me pregunto: ¿Qué estaría pasando si no se consiguen aquellas cuatro victorias consecutivas? No quiero ni pensarlo.
Porque jugadores hay. Por mucho que diga la gente que si hace falta esto o lo otro, hay un ramillete de jugadores con mucha calidad, la mayoría con calidad superior a la categoría. Algo tiene que pasar para que el rendimiento no sea el esperado. Esperemos que el tema de retrasos en los pagos que ayer ya se dejaba atisbar en redes sociales, no sea y que todo esté como tiene que estar.
Porque por debajo, salvo la ilusión del Juvenil A, tampoco es que estemos para tirar cohetes con el filial en puestos de descenso a… no sé a qué categoría, pero a este paso y con tantos descensos, al final les tocará jugar a los pobres en la Calderas de Pedro Botero.
Si a esto le sumamos todas aquellas cosas que rodean al fútbol y en las que aquí no vamos a entrar hoy, se nos está quedando un club muy bonito e ilusionante (modo ironía). No, ahora ya fuera de bromas, a ver si la persona o personas a las que corresponda empiezan a tomarse las cosas en serio y le dan otro giro, porque de momento, la decepción es el denominador común. Y no digo que no lo hagan, pero si no se ven capaces, tampoco estaría de más dejarse ayudar, que no será por ofrecimientos. Entre la tercera vía, que ya no es algo nuevo, sólo que llega con varios ex jugadores ilustres detrás, y otras propuestas más humildes gracias al esfuerzo de muchos veteranos y gente vinculada al club, pues puede haber gente que les de buenos consejos. No entiendo yo esa soberbia de creer que se sabe todo a pesar de darse todos los días contra un muro. Hay que estar a lo que hay que estar y es a que el club crezca y a que los equipos ganen e ilusionen y para ello hay que partir de una humildad que ahora mismo no existe y de un trabajo que no parece tener manos suficientes. Pero todo en la vida se puede revertir y estoy seguro que dándole una vuelta se puede dar ese giro del que hablábamos con anterioridad y todos esos fieles seguidores recibirán las alegrías que merecen y olvidarán las decepciones. Vayan a por ello.