La idea de correr un maratón me rondaba hace tiempo en la cabeza, pero por unas cosas o por otras no encontraba nunca que fuera el momento para intentarlo.
Creo que en el viaje que hicieron el año pasado Sara, Noe y Rober a San Sebastián a animar fue el punto de inicio de todo, en una conversación con ellos durante su viaje de vuelta. Ahí decidí que sí, que haría mi primera maratón en Valencia 2022.
Pocos días después en la comida del equipo, Encarna, que andaba con el gusanillo en el cuerpo se animó a apuntarse también y ahí sellamos que iríamos juntas a por la distancia.
La cosa pintaba interesante ya que iríamos muchos del equipo y eso suponía un plan genial a un año vista.
Pero primero estaba Sevilla y ahí llegaba la alternativa de parte de mis debutantes Elena y Sara, con esa puesta de medalla al finalizar su carrera que me hizo emocionar y saber que empezaba la cuenta atrás casi.
En verano me traté de organizar todo. si quería hacerla mi objetivo era ponerme en la línea de salida sabiendo que había hecho todo lo posible para llegar en las mejores condiciones, porque sí, llevo muchos años corriendo, pero seguir los entrenos tal cual y sobre todo las series nunca ha sido lo mío.
Organicé todo en mi vida igual siendo muy cuadriculada, pero que no fuera por no haberlo intentado hacer lo mejor posible.
Y claro, tenía que dejar de hacer mis carreras de domingos (excepto la media y un cross), eso quizá es lo que más me ha costado, pero el objetivo lo merecía.
Llegó el 12 de septiembre con mucha ilusión por saber qué me esperaba. Y recibí esta frase de buena mañana que me ha acompañado en un post it del escritorio cada día como motivación.
“Cuando escribes tu sueño en un papel y le pones fecha, se convierte en un objetivo. Cuando divides tu objetivo en pequeños pasos, se convierte en un plan. Un plan respaldado por acciones se convierte en realidad” .
No quise ver entrenos nunca por adelantado. Semana a semana.
Y me fui sorprendiendo viendo que las series no eran tan fieras como yo las pintaba, que iban pasando kilómetros y aumentando poco a poco y que se iban superando con ticks verdes. ✅ y lo mejor que el cuerpo respondía y la cabeza le acompañaba pensando en el siguiente entreno.
Con ganas.
Muchos madrugones que no me han costado esfuerzo porque sabía que, o era a esa hora, o el entreno no lo podría hacer por la noche. Y había que hacerlo.
Muchos sábados y domingos en los que el objetivo era acabar y tomar un café con todos comentando cómo había ido, planeando cosas o arreglando el mundo simplemente. Con vueltas y vueltas al Brígida cruzándonos, dándonos ánimos, porque vueltas hemos dado unas pocas, y había días que parecía el Brígida una competición de todos los que éramos.
Muchos martes tarde en los que hemos tenido calor, frío, viento, lluvia, más lluvia, charcos…. Que piensas que quien te manda a ti estarte empapando bajo la lluvia y pasando frío, pero al final sabes que tienes que hacerlo, porque sí. Porque esto lo has elegido tú y quieres.
Ha sido increíble compartir entrenos con Encarna, nos hemos entendido desde el minuto uno, ¡eres muy grande compañera!, siempre con una palabra positiva, siempre con ganas, clavando los tiempos, echando el freno una vez una y otra vez otra. Probando zapatillas, geles, sales, cinturones, pasando molestias, dudas, calculando vueltas al Brígida, divirtiéndonos y llegando a la conclusión que no nos volveremos a sentar juntas en una comida! Pero sobre todo de que a meta llegábamos juntas.
Con Sara y Elena, qué puedo decir que no sepáis, me habéis llevado hasta Valencia con vuestra energía bonita. Habéis cambiado el día de las series para coincidir conmigo aún no teniendo los mismos ritmos que yo. Me habéis dado consejos, escuchado, apoyado, todo!!!!! Siempre pendientes a diario de mis sensaciones, de cómo estaba, de todo, de mandar algo motivante, algo que hiciera reír, de echar fotos en la avenida de las palmeras y de ser el mejor equipo peña luchando por los sueños siempre! Natalia siempre pendiente al otro lado del teléfono, gracias. Sandra, Eva, Lourdes Francés, algunos rodajes compartidos y mejores ratos escuchando vuestras experiencias y anotando todo en mi cabeza. Maxi, Lourdes, Isa y Javi y Sergio muchos martes en el Brígida acompañándonos y gritándonos (Isa eres la próxima). Capi siempre enseñándonos, gracias por compartir entrenos y carreras. Jose Ángel compañero, solo ponerte en la salida con nosotras y hacer la carrera fuera de tu ritmo es oro puro amigo. Julio, el gran gestor, manager, apoyo logístico y todo, sin ti todo esto no tendría sentido.
A los demás locos amarillos, podría decir que siempre he recibido de todos los Compañer@s sin excepción ánimos en los entrenos o en privado, todos todos todos. Mil gracias. No me quiero dejar a nadie por nombrar pero gracias a los que habéis estado pendientes siempre y siempre con un mensaje de ánimo al otro lado del teléfono o en persona. Todos queriendo saber siempre cómo estamos unos y otros. Porque si uno tiene un día malo, el resto te levanta en dos segundos y te hace seguir.
Y por supuesto, Rafa, gracias ,siempre has confiado en mí y siempre me has escuchado, gracias por creer y por llevarme hasta la línea de salida con la mejor preparación posible.
Llegó el gran día. Un año esperando por ello y de repente llegas a Valencia y te encuentras con una ciudad con muchísima cantidad de personas que comparten el mismo sueño que tú desde hace un año y una alfombra azul esperando impaciente….
Día de sábado compartido con los compañeros, comida juntos, se respiran nervios, cena juntos unos cuantos también y pronto a descansar que el día ha sido largo.
Suena el despertador el domingo. Todo preparado, el cuerpo descansado después del ajetreo del sábado. Me sorprende haber dormido tan bien y me sorprende que no me entren los nervios al despertar, pero poco faltaba para que aparecieran. Son las 5 de la mañana y estamos cerca de la salida, pero queremos ir con tiempo para ver a los compañeros de los primeros cajones a las 7,15 y desearles suerte.
Ya mis compis de piso estos días, Sara y Natalia también despiertas y vamos preguntando qué tal, hay nervios, como está el día, hoy será un día grande, llueve, no, a ver si aguanta, cada una nos movemos de manera automática preparando nuestras cosas, nuestros desayunos…. Pasa el rato y nos dirigimos a la salida, ya de camino nos encontramos con Eva, Sandra y los hermanos Parra que nos dan unos ponchos para estar calentitas antes de la carrera, la gente caminando entre nervios y silencio, el ambiente de maratón se respira, llegamos al lugar de quedada y allí ya están muchos compañeros, saludos, abrazos de nervios, fotos rápidas y cada uno a su cajón y a su carrera.
Los del morado, dorado y plateado nos vamos a nuestra zona algo alejada, dejamos ropa, nos despedimos de Noe y de Carlos, nos despedimos de Eva y ya el tiempo se ha ido casi volando, nos faltan Encarna y Lourdes Francés y ya aparecen. Nos vamos al cajón y ya con la prisa y los nervios, porque no nos ha sobrado nada de tiempo y el cajón ya está avanzando y vamos todos para allá. Elena, Sandra, Sara, Javito, Jose Angel, Encarna y yo, suena la música y nos da tiempo a pararnos un minuto para juntar las manos en el centro y levantarlas arriba gritando antes de que crucemos el arco.
Y esto se pone en marcha sin darnos casi cuenta. Tres meses esperando este momento y ya está, empieza el juego. Salimos, risas nerviosas, venga que vamos a ir piano piano. Sabemos que Rafa confía en nosotros, tenemos a Jose Angel que aún con molestias ha tirado y tirado para ponerse en la salida con nosotras y acompañarnos, pero sabemos también que vamos a salir prudentes, que lo que queremos es acabar y acabar bien.
En el kilómetro dos me entran sensaciones raras, de repente mucho calor y sensación de hambre, pero no puede ser, así que pienso que son nervios (obviamente eran) y callo a mi cabeza, y los kilómetros empiezan a pasar. Cuando vamos por el kilómetro 5 o 6 nos cruzamos con Juancar y Guti que estarán cerca de la media, les gritamos, que espectáculo verlos. Lástima no haber llegado a ver a Alberto. Intentamos ver a más pero los setos no nos dejan, vemos a Sara y Elena, las gritamos también y nos gritan, otro empuje.
En el giro, vemos a Eva y a Lourdes, que subidón ver gente. Y nosotros seguimos piano piano, todos bien, como dice Encarna con velocidad crucero y con su respuesta a mi pregunta de: ¿vas bien? Es siempre: si, más no eh.
Vamos bebiendo en todos los avituallamientos, tomando nuestras cosas, madre mía, menos mal que lo había entrenado y aún así cada vez que rellenaba mi bidón me caía el agua en un pie (muy hábil yo). Nos venimos arriba en las batucadas y hay que controlarse, jeje.
Llegamos al 14 pensando que llevamos un tercio de carrera y seguimos.
En el 15 Jose Angel tenía contratada la animación, su familia y la de Julio sacan un cartel y nos animan a tope, menudo subidón de energía. No sé en qué punto pero gritamos a Juanjo, a Natalia y a Jose Manuel ,nos confundimos con mil personas más que visten de amarillo buscando a los nuestros. Calculando si ya habrán llegado los primeros a meta, cómo les habrá ido y así llegamos a la media, y el cuerpo dice que responde bien, que no hay cansancio, que hay gasolina de sobra, y digo madre mía, que poco queda para el 24, que nunca hemos pasado de ahí en ningún entreno, cómo va a responder. Y seguimos tirando a lo desconocido. Veo a Raquel en algún punto que ya no recuerdo y nos anima mogollón también. Kilómetro 28, venga que llevamos dos tercios. Volvemos a ver a las familias, más ánimos, Teresa (hija de Julio corriendo a mi lado unos metros que madre mía qué subidón!)
A partir del 30 las piernas dicen que están que es una sensación de que tiran, pero que pueden y la cabeza va fuerte. No dejo de sonreír y mandó un recuerdo especial a Alberto desde ahí arriba en su cumpleaños que estoy segura que nos ha empujado mucho. Pienso en toda la gente que me ha empujado hasta aquí, los que están corriendo en este momento y los de fuera…
Seguimos.
Encarna, Jose Ángel y yo vamos juntos pero llevamos desde la media con unos metros de distancia entre nosotros, sin perdernos de vista, pero buscando la comodidad de cada uno, sabemos que hay que llegar y juntos. Se que cada uno interiormente va pensando sus cosas y librando su carrera. Me voy fijando en las caras de la gente animando esperando a los suyos con súper emoción, que te llaman por tu nombre y te dicen que venga, que ya queda poco.
Y empezamos a calcular la carrera que queda por vueltas al Brígida, venga que es una vuelta grande hasta mi casa lo que falta, venga que ahora es solo una vuelta pequeña hasta la rotonda….
Y alrededor del 37 o así aparece Guti entre el público con su medalla al cuello y su mochila gritándonos. Emoción es poco. Saber que ha terminado y que ha hecho un tiempazo nos da más alas aún! Ole tu campeón!!!! Gracias por apoyarme mucho en el camino.
Y de repente en silencio aparece Eva a mi lado, qué sorpresa! Saliendo un cajón más atrás, 10 minutos más tarde ha conseguido llegar y viene con una fuerza increíble. Me dice que no quiere entrar sola en meta, y al final tras muchos metros de tenernos a la vista, ella va muy fuerte, tira adelante y no llegamos a conseguirlo, lo siento compi de verdad.
El siguiente que nos sorprende es Juancar que nos grita y nos dice que todo bien también!!!!! Jolin más subidón y ya estamos casi en el 39-40, esos kilómetros son con el corazón, como sea. Las piernas siguen estando ahí pero esto se acaba y cada vez hay más gente por las calles, vemos corredores que se van parando, otros que van agotados y nosotros seguimos a nuestro ritmo.
Última recta, y de repente aparece Rubén Parra en el último kilómetro, no se cómo ha hecho para dar toda la vuelta y aparecer ahí, muchos entrenos compartidos y siempre empujándome, nos dice que venga, que su hermano ha acabado fenomenal y viene con nosotras hasta meta, que los nuestros que ha visto están todos bien, de nuevo las familias, esta vez con Julio, y ahora ya se ve la alfombra azul, ay Encarna que empieza a emocionarse, y a mi se me vienen todos los pensamientos de estos meses a la cabeza, los entrenos, los madrugones, la satisfacción de estar aquí, el decir jolín lo estoy consiguiendo, jolín lo que estoy consiguiendo, ahora sí que sí. Y llegamos a pisar la alfombra y búa, la gente como anima, Jose Ángel que saca el móvil y se pone a grabarlo todo, siempre pendiente desde que comenzamos, pero Rubén le coge la cámara para que se vea como entramos los tres. Encarna que es la viva imagen de la felicidad, claro que si compi que lo vamos a conseguir.
Y vemos la meta, la misma que pisamos el día anterior, nos agarramos la mano y ahí está, la recompensa al trabajo bien hecho. El crono con nuestro reloj que marca 4,23 y que felicidad de tiempo porque solo son tres números y nos da igual cuáles sean, Valencia es nuestra.
Mi cabeza llega muy digna a cruzar la meta y en el primer abrazo rompo a llorar, como no pensé que lo haría, todo lo vivido en estos meses sale en esos minutos post carrera con un simple abrazo entre los compis y aparece Elena esperándonos y ahí sí que rompo más. Sara no está con ella y sé que ha tirado adelante pero no sé cómo ha llegado. Vamos preguntando por todos, necesitamos saber cómo están.
Avanzamos a la medalla y ahí rompo otra vez. Es mía. Que sabemos todo lo que hay detrás. Que sabemos lo que hay que hacer para conseguirla.
Y jolín, lo hemos conseguido! Primer maratón conseguido. Y digo primero porque sólo puedo decir que he sido Feliz estos meses y que he sido Feliz en 42 kilómetros, y si todo va bien, ojalá repetir en algún momento con un segundo.
Nos reunimos todos los compis que nos vamos encontrando y todo está bien. Veo a Sara, Noe, Juanjo, Sandra, Fran, Luis, David. Cada uno ha librado su carrera y sus sensaciones pero estamos todos en meta y todos bien. Todos con la medalla. Vamos escuchando los tiempos de todos los que faltan y flipando con los resultados y las sensaciones.
Sois grandes. No sé explicar lo que se siente con palabras después de haberlo conseguido, la maratón no es el día de la carrera, no son las horas que pasas con el dorsal puesto, es la lucha contra ti mismo y tus fantasmas durante tres meses, es seguir con tu vida y priorizar un objetivo que supone esfuerzo y tiempo. Y cuando cruzas la línea de meta…. Ahí sí, sabes que todo el esfuerzo ha merecido la pena y que lo has logrado, porque después de 42 kilómetros de carrera tú sigues siendo el mismo, pero más fuerte.
Siento este tostón de crónica, quería contar mis sensaciones desde que empezó todo.
Esto no sería posible sin todos los que habéis creído en mí y habéis entendido que quisiera cambiar mi vida tres meses para conseguir un sueño. Gracias papis por apoyarme. Gracias a todos los que me habéis ayudado y lo habéis hecho posible. Y sobre todo gracias equipo: Solo puedo decir qué orgullo de estar aquí, de pertenecer a esta locura amarilla. RUN & GO.