Con este Salamanca uno intenta siempre ser prudente, pero… ¿hasta dónde? ¿hasta cuándo? Lo cierto es que todos los años es la misma historia. Llega octubre y todo lo que parecía de color de rosa en verano se desmorona por un acantilado. Es el acantilado de los malos resultados, el del hundimiento, el del fracaso, el resultado de una mala gestión.
Lo malo y lo más triste es que todo esto acaba haciendo daño a cientos de personas que, en su buena fe, en su ilusión por volver a vivir lo vivido, asisten, año tras año, a una pesadilla, a una desilusión que merma cualquier afición por cualquier deporte. Lo malo y triste es que se siembra la duda y de la duda se aprovechan los que no tienen escrúpulos. Lo malo es que esas dudas acaban arrastrando a las personas equivocadas. Lo he contado alguna vez. Sobre todo en los primeros años del milenio, bastaba cualquier mal resultado, bastaba cualquier pifia para que la gente se girara hacia el palco al grito “Pepe, vete ya”, o hacia el banquillo al grito de “vete ya,…” (pongan ustedes el nombre de casi cualquiera de sus inquilinos).
Sin embargo, en las últimas temporadas, apenas recuerdo un tímido “Lovato, vete ya”, y un quizá más insistente “Dueñas, vete ya”, pero sólo durante un partido. Sea como fuere, siempre hay alguien que prefiere dirigir sus miradas hacia los jugadores y la mayor parte de las veces se suele hacer lejos del análisis futbolístico. A un futbolista no se le olvida jugar de un día para otro “ergo” si el bajón del rendimiento es tan grande y, además, colectivo, no duden que tiene que haber algo detrás, y si hay algo detrás, no duden que es un problema de gestión. Ahora, pónganle ustedes nombre. Todos lo saben, pero la masa social parece que no quiere ponerle nombre. Parece hasta algo normal que alguien vaya a trabajar ‘by the face’. Parece que los futbolistas no tienen derecho a que lo personal les afecte en el campo. Hombre, y si les afecta a veinte futbolistas, ya les digo yo que no es problema de ellos. Por eso el título del artículo. Servidor está a muerte con ellos.
El entorno es tan triste que hay gente que duda, incluso de la calidad de los jugadores. Que si este o el otro, que si puede que tal no sea tan bueno, que si este otro es un ‘maula’. Que si están aquí es porque no tenían otro sitio… Para nada. Pueden decir lo que quieran, pero que Cristeto es un jugador de superior categoría es un hecho totalmente objetivo, como lo es Galván, como lo es Amaro, como lo es Alvarito, como lo es Caramelo… No es una opinión. Es una auténtica realidad, aunque ahora venga media Salamanca a decirme lo contrario.
No entro a valorar a Jehu (que no es sólo Jehu, que parece que él sólo está para llevarse los palos. Ahí hay un tándem y me gustaría saber qué decisiones pesan más, si las suyas o las de su ayudante, pero estoy convencido de que pesan). Si él quiere apartarse de la realidad personal o apelar a situaciones que él haya vivido, es su decisión y la está pagando, pues de momento, está demostrando que no es la persona adecuada para llevar al Salamanca al primer puesto que se busca y que debería lograr. No tengo la impresión de que, ahora mismo, en este momento, pueda haber ningún equipo interesado en fichar al Jehu entrenador. Pero que nadie se confunda, le deseo a Jehu la mejor de las suertes para reconducir la situación y demostrar ser un buen técnico y no seré yo quien le califique. Son datos, fríos datos y son sensaciones en el terreno de juego. Y es el conocimiento de los jugadores que forman la plantilla y es el seguimiento de las últimas temporadas lo que nos lleva a pensar así. Los jugadores pasan, pero el rendimiento es similar, luego hay algo detrás, algo que todos sabemos y que, por lo que sea, permitimos que pase a un segundo plano. Pues no, oiga. Servidor ya está hasta los mismos de mantener esa teoría. No son los futbolistas los responsables de lo que sucede en el Salamanca UDS. Ellos no son ni los propietarios ni los tienen capacidad de decidir. Sólo toman las decisiones en el campo y, es obvio, que si les dan las instrucciones erróneas, se equivocan, y también lo es que si el entorno no está bien, es más difícil acertar. Es de cajón, así que a muerte con ellos. No son responsables ni del estado del Helmántico, ni de la ausencia del marcador ni de infinidad de cosas que sólo suceden en este club. Espero que los de arriba, en esa soberbia de la que hacían gala en su llegada como si fueran los inventores del fútbol, tomen nota y regularicen la situación de este club que, por afición, merece. De momento, lo único que han demostrado es una gran incapacidad en la gestión y un gran desconocimiento del fútbol, al menos, del fútbol patrio al que venían a “trascender”.
