A menudo hay gente que puede mal entender algunas afirmaciones. Por ejemplo, las de la columna del otro día tras el partido frente al Móstoles. Pueden parecer una crítica al equipo. Bueno. Crítica son, pero crítica constructiva. El desear que un equipo no caiga en la autocomplacencia y con los antecedentes del Salamanca UDS, es, simplemente, tratar de abrir los ojos para poder corregir errores y evitar males mayores.
En realidad, lo que uno quería era simplemente lo que se vio el sábado. Un 7-0 ante el Ciudad Rodrigo que viene a ser la diferencia existente entre ambos equipos. Como alguno ha recordaba en redes sociales, sin ir más lejos, el año pasado se perdía con el Diocesano de Ávila.
El Salamanca UDS, por la historia que ahora dice y parece que quiere representar, por lo que obligan el escudo, la camiseta y el estadio, no puede dejarse llevar ni en un amistoso ni, aunque fuera un partido de petanca. Tiene que dar siempre el máximo. Por supuesto que sabedores de las alturas de temporada a las que estamos. Pero de ahí a dar palmas cuando pierdes o no haces un buen partido sólo porque estás en pretemporada, debe mediar un abismo. Como decimos, el nivel de exigencia para este club y para esta plantilla deben ser siempre máximos en función de la situación que afrontan y debe serlo también en los objetivos marcados. Todo lo que sea no cumplirse es un fracaso absoluto. Ya no valdrán en ese momento fracasos relativos, pues el cupo de estos últimos hace tiempo que se agotó.
Y es que sólo ver la plantilla del Salamanca UDS hace que uno se ponga nervioso. Y si encima los jóvenes aportan (ojalá encuentren un sitio de verdadero protagonismo) pues adelante siempre. De hecho, tal y como afirmaba el pasado viernes en su presentación el Secretario Técnico, la plantilla está cerrada. Bueno, cerrada con ciertos condicionantes entiendo, pero si así lo consideran tendrán que apechugar con ello. No es algo difícil, pues llegará el mercado invernal y siempre podrán hacer, en un momento dado, los fichajes o las incorporaciones que no hayan hecho ahora.
A mi juicio, hay una primera línea de jugadores espectacular, pero la segunda línea baja bastante. Del ensamblaje de ambas dependerá, probablemente, el éxito o el fracaso, pues la temporada se hará larga y, sobre todo si, como espera la afición, llegan lejos en Copa Federación. Si no, está claro que esas incorporaciones que yo esperaba ahora, las harán en enero, pero la plantilla, en catorce o quince jugadores es increíble.
Un equipo con Jonvi, Mansour, Diego Benito, Cristeto, Alvarito, Amaro, Fassani, Javi Navas, Caramelo y Martín Galván, en Tercera División, colóquenmelos como quieran, pero tiene que arrasar. Por supuesto que habrá partidos en los que no saldrán las cosas ante rivales duros, pero en líneas generales, es un equipo once sobre diez. Estamos hablando de una decena de jugadores top, que serían titulares en cualquier equipo de Segunda RFEF. Yo, como aficionado al fútbol, me pongo nervioso solo con pensarlo. En realidad y a escala es como si en un equipo juntaran a Messi, Cristiano, Neymar y otros cuantos de ese nivel. Se podría, incluso, decir que el Salamanca UDS sería una especie de selección oficial de Tercera RFEF.
Esas deben ser las cartas del Salamanca UDS y ese debe ser el camino a seguir esté enfrente el rival que esté. El otro día fue el Ciudad Rodrigo y se goleó sin despeinarse. Como decíamos antes, habrá otros equipos a los que cueste más ganar, pero la ambición debe ser máximas y las justificaciones deben ser cero. Porque para justificación vale cualquier cosa, pero este equipo está hecho para eliminar cualquier excusa.
