La autoconsciencia y el problema de las máquinas inteligentes (IAS)

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Recientemente, ha ocurrido un caso ya muy sonado, en el que, según un trabajador de Google, Blake Lemoine, el programa LaMDA experimental de la empresa, ha cobrado consciencia de sí mismo. Analizamos los hechos y las implicaciones sobre que las máquinas con Inteligencia Artificial (IAS) desarrollen consciencia propia.

Si una cosa queda clara, es que vivimos en una época que no sin estar plagada de numerosos desafíos, nos ha permitido soñar más allá de nuestro planeta, soñar con un alargamiento antinatural de la vida humana, y en nuevos tipos de energía que nos ayuden a superar las recientes crisis. Al fin y al cabo, tenemos la suerte de encontrarnos en un punto de inflexión del desarrollo humano, donde la ciencia y los avances dan grandes pasos cada año. Hasta el punto en el que lo que nos hubiera podido parecer como una realidad lejana, que no veríamos hasta dentro de 100 años o más, hoy en día se ha convertido en hechos que se podrían empezar a desarrollar dentro de poco, y ver el retorno en unas cuantas décadas.

Bases lunares avanzadas, ideas sobre un hotel en la órbita de la Tierra, la primera película filmada en el espacio, la colonización de Marte, alargar la vida mediante la modificación genética, los avances en el desarrollo de la fusión nuclear. Grandes sueños, que cada vez tienen más posibilidades con cada año que pasa, hasta el punto en el que podría parecer que nos estamos adentrando rápidamente en una película de ciencia ficción.

Está claro que estamos como cabras, pero si hay una película de ciencia ficción en la que seguramente no nos gustaría vivir, seria o Matrix o Terminator. De ahí el problema que supone el plantearse, desarrollar o permitir el desarrollo de IAS plenamente conscientes de sí mismas.

Recientemente, un trabajador de Google, Blake Lemoine, ahora suspendido con paga, sorprendió al mundo y seguramente aterrorizo a muchos otros, al afirmar que su software conversacional experimental, el programa LaMDA, era plenamente consciente de su propia existencia. Lemoine lo afirmo tras una serie de conversaciones con el programa, capaz de tratar temas abstractos y al parecer, de tener sus propias reflexiones.

Sin embargo, tras las revisiones del equipo de especialistas de Google, y tras comprobarse que las conversaciones habían sido editadas, y de algún modo humanizadas por los editores del Washington Post, para darle una mayor coherencia narrativa. Cambiando preguntas de lugar y ajustando algunas palabras, se acabó determinando que la IA no era consciente de sí misma.

Pero toda esta situación nos hace preguntarnos. ¿Qué habría pasado si no hubiera sido así?. ¿Realmente estamos tan cerca de algo que nos puede abrir tantas oportunidades, pero al mismo tiempo ser tan peligroso?. No temáis, la respuesta es que hoy en día estamos tan lejos de desarrollar esos avances, como de que los dinosaurios vuelvan.

Hemos de tener en cuenta que el desarrollo de la consciencia sobre uno mismo, sobre su propia existencia, es algo sumamente difícil de recrear en un programa, puesto que este desarrollo toma base en los procesos físicos y químicos orgánicos, que de algún modo nos abren las puertas hacia la percepción de uno mismo. Este es un tema muy debatido no solo por los científicos, sino por algunos filósofos también, como Descartes. Qué desarrollo su idea de la existencia apoyándose en la duda.

La duda al fin y al cabo es un proceso que va más allá de los actos inconscientes que lleva a cabo el cerebro, es un proceso que exige reflexión y el desarrollo de una opinión, criterio o solución totalmente nueva para despejarla. No por nada, la duda ha sido uno de los motores, por no decir el motor principal de avance humano a lo largo de la Historia.

Es esa chispa que nos hacía preguntarnos sobre si habría algo más allá de la muerte, o una forma más rápida de viajar que no fuera a caballo, o una manera más eficaz de transportar grandes cantidades de mercancía sin ser a los hombros de una persona.

Clasificación de las máquinas

De este modo, Arend Hintze, profesor de Biología Integrada y Ciencias de la Computación en la Universidad de Michigan, propuso un sistema de clasificación de las máquinas en un artículo publicado hace ya algunos años.

Máquinas Reactivas

Las máquinas reactivas no tienen la capacidad de formar recuerdos, esto implica que no tienen consciencia sobre su pasado, por lo que no pueden utilizar experiencias pasadas sobre las que tomar decisiones en el presente. Tampoco pueden, en esencia, proyectarse hacia el futuro lejano.

Estas máquinas operan en el presente, con base en un conjunto de datos prefijados que les permiten evaluar su uso en el futuro cercano. Son de este modo, y en esencia, solucionadores de problemas simples.

Memoria Limitada

Hay tipos de IAS con memoria limitada que se emplean de manera activa hoy en día, como por ejemplos los vehículos autónomos.

Este tipo de inteligencia artificial es capaz de “mirar hacia el pasado”, a través de los datos proporcionados por los técnicos. Gracias a la monitorización a largo plazo, de aspectos como la velocidad, dirección de los coches, los semáforos, curvas… Somos capaces de agregar sus representaciones a los sistemas de los coches inteligentes, para hacerles reconocer los elementos, y que por ende puedan responder mejor ante situaciones de peligro.

Teoría de la Mente

A partir de este punto, estamos oficialmente en el lado no desarrollado de la inteligencia artificial.

Las máquinas que desarrollen este concepto no solo formaran representaciones sobre el mundo, sino también sobre las entidades y agentes que intervienen en él.

Dichas representaciones implican la comprensión de estos activos, y el desarrollo de emociones que afecten a su propio comportamiento.

Autoconciencia

Como su nombre bien indica, la última clasificación de máquinas implica el desarrollo de sistemas capaces de formar representaciones sobre sí mismos.

No hay mucho misterio en este punto.

Ideas Finales

Siguiendo la idea de la duda de Descartes. ¿Qué nos hace pensar que el desarrollo de una IA de fase 4 no la haría rebelarse contra sus creadores?. Puesto que sería capaz de hacer cualquier cosa si le diéramos los recursos. De este modo, La respuesta lógica sería programarla para respetar las leyes de la robótica, pero si es capaz de desarrollar consciencia propia, y pensamiento propio más allá de su programación. ¿Qué le impediría saltarse esas leyes y cargarse a la humanidad?.

Desde el punto de vista de una gran parte de la comunidad científica, el desarrollo de IAS de este tipo no compensa, precisamente por esas preguntas. Al fin y al cabo, nadie quiere acabar hecho picadillo por una Thermomix.

Autor

Grado de Publicidad y Relaciones Publicas en la Universidad Pontificia de Salamanca.