- La compañía ha obtenido las últimas licencias medioambientales y urbanísticas e iniciará las obras de manera inminente para comenzar a producir en 2024.
- El complejo estará situado en el sector de Peña Alta y ocupará 80.000 metros cuadrados que permitirán sacar al mercado más de 100.000 toneladas de productos al año.
- La inversión asciende a más 80 millones de euros y la empresa espera crear más de 200 puestos de trabajo en los próximos dos años
La biotecnológica salmantina Tebrio ha conseguido las últimas licencias que necesitaba para comenzar a construir de manera inminente su nueva fábrica de cría y transformación de insectos en el sector de Peña Alta. Se trata de un complejo de 80.000 metros cuadrados que estará compuesto por cinco naves de producción, almacenaje y distribución. Y que permitirán a la compañía sacar al mercado más de 100.000 toneladas de productos de insectos al año.
Las obras durarán cerca de dos años y la fábrica se irá construyendo por fases. La primera de ellas se completará en el primer trimestre de 2024, permitiendo a la compañía comenzar la producción. El complejo estará a pleno rendimiento a mediados de 2025.
A la entrada del recinto se levantará también un edificio de oficinas, que será circular y visto desde el aire reproducirá el logo de la empresa con un patio interior. Todo el complejo estará alimentado por energías renovables (paneles solares) y estará situado justo enfrente del apeadero ferroviario, lo que facilitará el transporte de mercancías y permitirá a la empresa reducir su huella de carbono asociada a la distribución.
Tebrio cuenta actualmente con una planta de producción de 3.500 metros cuadrados, de la cual salen al año cientos de toneladas de proteína, grasa, biofertilizante y quitosano. Y a partir de 2024 será utilizada como centro de I+D+i.
Este ambicioso proyecto costará 80 millones de euros y dará trabajo directo a más de 200 personas en la ciudad de Salamanca.
Insectos, una fuente de proteína sostenible
La actividad de Tebrio se centra en la cría y transformación del insecto Tenebrio molitor (comúnmente conocido como el gusano de la harina). De su fase larvaria, se extrae proteína de primera calidad que es digerible en más de un 90%. También se obtiene grasa con un perfil oleico que está a medio camino entre el aceite de oliva y el de girasol. Y un biofertilizante 100% orgánico que cuenta con la aprobación europea para agricultura ecológica. Cuando el insecto se convierte en adulto y se transforma en escarabajo, de su exoesqueleto se obtiene quitina, que Tebrio transforma en quitosano, un polímero con numerosas aplicaciones bioindustriales, como la fabricación de plásticos 100% biodegradables.
El Tenebrio molitor cuenta con aprobación para el consumo humano desde 2021, aunque Tebrio lo destina a la alimentación animal con la intención de impactar en la cadena agroalimentaria desde la base.
“Hemos estimado, que si utilizamos un 10% de proteína de tenebrio en la formulación de piensos ganaderos”, explica Adriana Casillas, CEO de Tebrio, “lo que conseguiremos de manera global es liberar millones de hectáreas de cultivo que ahora mismo se utilizan sólo para dar de comer al ganado. Y de esta manera podremos recuperarlas para el consumo humano. Porque el problema que existe hoy en día es que el consumo humano y el animal están entrando en competencia”.
Tebrio tiene tres mercados principales para su proteína y su grasa de insecto; concretamente los sectores acuícola, porcino y avícola, además del sector de las mascotas. El biofertilizante proviene de las deyecciones de los insectos y presenta una relación optima de nitrógeno, fósforo y potasio, lo que facilita la relación de la planta con el suelo a todos los niveles. Y al mismo tiempo representa perfectamente el concepto de circularidad que persigue la compañía, ya que es un subproducto que Tebrio revaloriza para la nutrición vegetal y le permite ser una empresa que no deja residuo alguno.
Tebrio comenzó a funcionar en 2014 con la misión de aportar soluciones innovadoras y 100% sostenibles para la industria agroalimentaria y es una de las pioneras dentro del territorio europeo. Sus ejes de actuación se circunscriben a la seguridad alimentaria, la sostenibilidad y el modelo de economía circular.
