La calle de la amargura,
envuelta en su oscuridad.
Los demonios de su alma,
carecían de libertad.
Era dulce siendo frágil,
era una ola del mar.
Su oleaje era bravo,
nadie logró navegar.
La calle de la amargura,
con él, ella tropezó.
Un amor inesperado,
una historia que acabó.
Sangre corre por sus venas,
bombea su corazón.
Sus lágrimas calman su pena,
sus besos no eran pasión.
La calle de la amargura,
esa noche invocó a Dios.
Entre llantos y sollozos,
con susurros dijo: adiós.
Danimarquez
Me encanta 😍
Almudena Merino
¡ Muchas gracias!
Un abrazo.