Tu veneno

- en Firmas
Tu veneneo - Relato de Jessica Mazuelas

La pequeña luz iluminaba su corazón, rodeada de miles de sombras. Esquiva se volvió mientras creció entre la bondad de sus enseñanzas, evitando volverse su propio veneno.

Sin dudar nadie se lo puso fácil. No podemos hacer un juicio sobre su carácter, las sombras la hicieron ser fuerte, pero fría y distante.

Lucía sólo quería apagar la luz de su habitación, encender una cálida vela y cuidar de su principal espectador. El único que la veía cómo era.

Lo miraba fijamente …— Haz que esta vida merezca la pena, cruza los dedos y busca el viento a favor. Déjate ver en tu esencia, no como quieres que te vean. — Le susurraba unas sabias palabras del espectador.

Lucía en silencio asentía con la cabeza, pero ella sabía que no era tan fácil, ella misma dudaba de quien era y con los ojos encharcados, levantaba la cabeza se frotaba los ojos con la manga de su camisa y respiraba hondo.

—Déjalo ya, a quien quieres engañar. Hay veces que no tengo por qué tener el control.

—Tú, que decidiste que tu vida no valía, que preferiste maquillar tu identidad.

Anticipabas un futuro catastrófico, pero… hoy te preparas para el golpe más fantástico.

—No sé que es lo que me intentas decir…— Le dijo a la defensiva, dándole la espalda.

—Tu eres tu propio veneno. Mírate.

Lucía miro a su espectador, aquel que admiraba en silencio.

—Mírate, observa más allá. — La dijo con una actitud autoritaria. — Amate como me amas a mí. No te sigas envenenando con tus inseguridades.

—Supongo que tienes razón…—Le dijo mientras una tormenta de lágrimas interrumpía su voz.

Lucia retrocedió en el tiempo y buscó en su interior, el por qué de su cambio, descubriendo que las sombras de su alrededor la hicieron cambiar, pero no había más culpables que ella misma, inconscientemente obedeció a quienes rehuía y se convirtió en un ser peor que la sombras. Era victima y su propio verdugo, que se alimentaba de su propio veneno. Tras darse cuenta de todo, la venda se la desprendió de los ojos y miró a su espectador. Su voz se quebró al verlo.

—¿Tú? — Dijo sorprendida.

—Si mi querida Lucia. Soy yo, tu reflejo. Siempre he sido tú, aquel espectador que amabas en silencio. Sólo necesitabas abrir los ojos y darte cuenta que somos la misma persona. Aliméntate solo de amor y de coraje y deja ese veneno para las sombras.

 

Jéssica Mazuelas Fernández

Autor

Sanitaria y escritora, ambas vocacionales, Jessica. desde la adolescencia ha generado una inquietud creativa que actualmente desarrolla en distintos ámbitos.