¿Por qué tú, “querido hombre”, quieres coartar mi libertad?
¿Por qué tú, “mi amado”, quieres decidir sobre mi destino laboral?
¿Por qué tú, “mi amante”, tienes que decir lo que debo ganar con mi trabajo?
¿Por qué tú, “mi pareja”, te sientes en la obligación, de forma condescendiente, de decir cómo debo vestir, qué debo hacer?
¿Por qué tú, “compañero de vida”, te crees con el derecho de decidir por mí escudándote en el “amor” que sientes hacia mí?
Porque tú seas mediocre e inseguro, no me tienes que arrastrar contigo.
Porque tú estés anclado en un siglo muy pasado, yo no tengo que dejar de evolucionar, de crecer.
Porque tú te sientas con más privilegios que yo, no tengo que dejar de reclamar mi espacio si pienso que es lo justo.
Porque tú me digas que me quieres por encima de todas las cosas, yo no voy a dejar de quererme menos. Al contrario, me voy a querer más.
Porque tú sientas lastimado tu orgullo porque yo pueda ganar más dinero que tú haciendo lo que me gusta y con lo que disfruto, no voy a dejar de hacerlo.
Querido amigo, querido compañero de otra vida, querido amor pasado, no voy a dejar de ser yo, porque tú pienses que yo, como mujer, soy menos que tú.
No voy a dejar un trabajo porque tú pienses que no estoy capacitada para ello.
No voy a dejar de lado una actividad que me reporte dinero, bienestar, alegría y reconocimiento, porque tú no te quieras sentir menos que yo, porque pienses más en “el qué dirán” aquellos seres que piensan como tú y que viven en las cavernas.
No voy a dejar de vestirme con aquella ropa que me gusta cómo me sienta, con la que estoy cómoda, porque tú consideres que soy un objeto de tu propiedad, que soy una muñeca que puedes vestir cómo tú deseas y pasear en silencio.
No, “querido”, ya no más. Ahora sé de lo que soy capaz por mí misma, ahora sé lo que valgo, ahora sé lo que quiero y tú no me vas a privar de ello porque te sientas herido en tu orgullo de macho alfa.
Recomendación musical: “No controles” de Olé-Olé
