¡Bienvenida a Salamanca, Irina!

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Ucraniana Irina en Salamanca 04

El post hoy va dedicado al pueblo ucraniano, un país que se ha visto envuelto en una guerra que nadie quería, una guerra impuesta por un dictador, un hombre sin escrúpulos que está apagando la luz y haciendo que un pueblo que vivía en libertad se encuentre sumido en la más absoluta oscuridad.

Antes de dar a conocer a la protagonista del post quiero dar las gracias a nuestro Ayuntamiento de Salamanca, gracias al recibimiento tan generoso que ha tenido nuestra Vicealcaldesa Ana Suárez Otero por recibir a Irina y poder conocer de primera mano lo que está viviendo Ucrania.

Ana muchísimas gracias por dar a Irina la oportunidad de poder pisar la casa de los salmantinos y hacerla feliz ante tanta tristeza, gracias por darle esa información tan necesaria que la dado tranquilidad para ella y los suyos. Nuestra Vicealcaldesa le ha comunicado a Irina las medidas recién recibidas del Gobierno. Irina y todos sus compatriotas deben sentirse seguros en territorio europeo y en este caso, en nuestra ciudad.

Ana Suárez le ha transmitido a Irina que puede estar tranquila y segura y que la acogeremos como una ciudadana más y que aquellos ucranianos que vayan llegando y cumplan los requisitos fundamentales tendrán lo necesario para poder vivir dignamente en nuestra ciudad.

Y dicho esto hoy quiero presentaros a Irina una ucraniana que llegó a Salamanca como turista para conocer nuestro idioma y costumbres y hoy se encuentra atrapada sin poder volver a Kiev.

Irina de 37 años, enfermera de neonatos en uno de los hospitales más conocidos de la capital de su país ve su vida se truncada por una guerra que sólo un dictador ruso quería.

Irina es madre de dos menores de 5 y 12 años, esposa e hija de una señora que no puede dejar su país por su avanzada edad y la inmovilidad que la hace que no pueda salir de su casa.

Ahora más que nunca Irina necesita abrazar, sus lágrimas no tienen fin y las llamadas a los suyos son las justas por la situación en la que se encuentran.

Su marido e hijos pudieron huir con lo justo y tras coincidir en la huida con varias amigas familias decidieron esconderse en un bosque fuera de la capital ya que donde ellos vivían fue arrasado por las bombas rusas.
Ni ella ni el pueblo ucraniano sintieron que las palabras del dictador fueran hacerse realidad, siempre tenían la esperanza de que la buena palabra de la democracia causara efecto ante la locura.

Comienza la guerra y su teléfono suena, una llamada de su marido la alerta de que ha comenzado la guerra y tienen que ponerse a salvo. El marido de Irina coge a sus dos hijos y ante las bombas y la impotencia decide huir de una cruel guerra sin sentido termine. Con la esperanza puesta de poder viajar en algún momento hacía el país más cercano que le queda a 10 horas de viaje, sólo desean que se abra un corredor humano y puedan acabar con esta pesadilla.

A las familias se les van acabando las provisiones de alimentos, medicinas y el frío invade sus cuerpos, tan sólo cuentan con alguna llamada de esperanza diciendo que aguanten que el MUNDO ESTÁ A SU LADO, que estamos haciendo lo imposible para que esto pare y que le enviamos toda la fuerza y aliento del mundo para que cuando salgan de allí puedan vivir en PAZ.

Quiero acabar con estas palabras:

No es más fuerte el que mejor lucha sino el que con la fuerza de su palabra concede la libertad al mundo.

Os dejo imágenes del antes y el ahora de Kiev, de lo que era una vida de luz apagada por las bombas.

Autor

Personal Shopper y organizadora de eventos como el próximo XVIl Sweet Market Salamanca que tendrá lugar el 28 de noviembre, de 12h a 21h en el Hotel Alameda Palace.