Cuando escribo estas líneas ya hablan las noticias de más de cincuenta muertos en Valencia y muchos desaparecidos, que ojalá sean localizados sanos y salvos y puedan volver a sus vidas.
En los próximos días asistiremos a un análisis de la tragedia. Lo que no funcionó, lo que pudo hacerse mejor, lo que vale una sola vida humana frente a que siga rulando la economía en el fragor
de una DANA…
No sé nada de meteorología y poquísimo de economía pero la intuición me dice que, en pleno siglo XXI, algo se ha hecho terriblemente mal para que la provincia de Valencia amanezca con tantos
muertos, desaparecidos y zonas semiarrasadas por algo que se parece más a un fin del mundo que a un temporal.
Lo que sí sé es que anoche a través de la red social X, a través de alguna emisora de radio y cadena de televisión, escuchamos las voces de los que pedían ayuda. Vimos a bomberos, guardias civiles y ciudadanos de a pie jugándose la vida por salvar a otros. Lo mejor de las personas salió anoche a hacer frente a las riadas.
Escuchamos testimonios de vecinos que se habían organizado para ir buscando gente por las viviendas; vimos personas en un puente echando cuerdas y escaleras al agua para salvar a otra gente; escuchamos las voces de personas que nos contaban, con serenidad y valentía, que se disponían a pasar una noche tremenda sobre el techo de vehículos, sobre el tejado de casas… Alguien atrapado en una carretera anunciaba, a través de un tuit en la red X, que disponía de leche, algo de comida y ofrecía datos de su localización por si en otros coches cercanos alguien con niños o ancianos necesitaba comer. Lo mejor del ser humano salio anoche en Valencia a enfrentar la tragedia.
Es verdad también que no todo fue solidaridad y esfuerzos por aportar luz en la oscuridad tan inmensa. En la red X corrió el bulo de un número de teléfono falso al que había que llamar, porque
el 112 estaba colapsado. Ojalá el autor del bulo sea perseguido y castigado severamente, porque la gente anoche debía ahorrar batería en sus móviles y no gastarla llamando a teléfonos falsos.
Ayer la red social X sirvió para pedir ayuda, también para darla y para que los que no estábamos viviendo aquel infierno supiéramos lo que estaban sufriendo y ayudar como se podía: dando
retweet, dando ánimos, y los creyentes tal vez rezando. Llevamos semanas criticando la deriva de las redes sociales, su componente adictivo, sus violaciones a la intimidad, la desprotección de los menores, los manejos en ellas de la opinión pública. Pero anoche, la red social que antes conocíamos como Twitter y hoy es X fue un instrumento de ayuda. Hasta el 112 valenciano pedía que se consultara su cuenta en X para obtener información veraz. Ojalá encontremos la forma de cuidar esta red, a pesar de los intereses políticos y económicos que terminan emponzoñando tantas cosas de la vida.
Nos admira el valor y la serenidad que han demostrado los valencianos. Nos estremecen los muertos. Mucha fuerza a sus familias y amigos. Ojalá los desaparecidos estén bien.
Ahora al resto de España nos corresponde ayudar. Hay que pensar mecanismos para enfrentarnos a un clima que amenaza con ser cada vez más severo. No puede pasarse página y ya está. Habrá que depurar responsabilidades, porque las alertas llegaron muy tarde y seguro que algo pudo hacerse mejor.