Un menú para conocer los sabores de la tierra charra

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Es bien sabido que en Salamanca la gastronomía juega un papel crucial y en ella, el protagonismo se lo llevan la carne y los embutidos. En este artículo te exponemos los diferentes platos autóctonos que puedes ofrecer en tu mesa con el fin de sorprender a tus convidados.

Un producto estrella que no puede faltar en tu menú es una tabla de jamón ibérico de Guijuelo. Esta pieza cárnica de origen porcino y elaborada en la localidad quijuelense es considerada Denominación de Origen Protegida y debe garantizar siempre, al menos, el 75% de raza ibérica. La etiqueta te ayudará a conocer su calidad. Siempre puedes combinar la bandeja con una variedad de embutidos y quesos.

A modo de entrante, no hay nada más tradicional que el famoso hornazo de Salamanca, una masa similar a la de una empanada que alberga porciones de chorizo, jamón y lomo. También se le puede añadir huevo cocido. A pesar de ser un alimento habitual en la vida de los salmantinos, el hornazo es principalmente consumido el Lunes de Aguas, una festividad local que se celebra el primer lunes después de la Pascua.

Como primer plato, las patatas meneás son un acierto seguro. Además es una receta muy sencilla dotada de un gran sabor. Sus ingredientes son básicamente las propias patatas cocidas aplastadas a modo de puré con un tenedor y condimentadas con aceite de oliva, ajo y pimentón. Se suelen acompañar con torreznos, panceta o tocino, cuya grasa también le proporciona su característico gusto.

Otra opción puede ser un apetitoso plato de lentejas de la Armuña. Este tipo de legumbre de origen armuñés, una comarca al norte de la provincia, sobresale por su alta calidad y su inconfundible aspecto, en la textura, sabor y piel, de tonos verdosos jaspeados.

Si tus invitados son más de carne, puedes sorprenderles con la chanfaina. Este clásico plato salmantino era habitual en las familias humildes de pastores años atrás, ya que aprendieron a cocinar la casquería que sobraba para obtener la máxima energía. De esta manera, los ingredientes básicos de este preparado son el arroz y el huevo, acompañados de los callos, las manitas y la sangrecilla del cordero.

Volviendo al mundo cárnico tan distintivo de nuestra ciudad, la comida principal puede girar en torno a la carne de morucha, considerada Indicación Geográfica desde 1995 y que está incluida en el catálogo de los alimentos protegidos de Castilla y León. La carne de morucha proviene de la familia de los ovinos, concretamente de vacas criadas en las dehesas del oeste de la provincia y debe su enorme éxito a su alta calidad y sabor. Entre los diferentes tipos que podemos encontrar, se halla la de ternera, para aquellas vacas que han pasado menos de doce meses desde su nacimiento, la de añojo, entre los doce y los dieciocho meses, y la de novillo, entre los dieciocho y los treinta.

Y si no quieres complicarte pero a la vez ganarte su paladar, no hay receta más sencilla que un combinado de huevos fritos con farinato o chichas, dos productos de embutido tradicionales. El primero se prepara con la grasa del cerdo, pan, harina, pimentón, cebolla, ajo, sal, anís y aguardiente. Se suele consumir frito y es un alimento representativo de Ciudad Rodrigo. Por otra parte, las chichas, o también denominadas como picadillo, son la carne fresca con la que se elabora el chorizo, pero sin curar. También se cocinan en la sartén.

Si después de estos platos las visitas se han quedado con ganas de más, es la hora de presentarles nuestros dulces típicos a modo de postre. Y es aquí donde entran el bollo maimón, las rosquillas de Ledesma o los chochos de Salamanca.

El bollo maimón es un bizcocho de huevo, azúcar, harina y limón. Se dice que antiguamente era ofrecido como regalo en las bodas, y debe su nombre al molde que se utilizaba para prepararlo, la maimona.

Las rosquillas de Ledesma se elaboran a partir de una masa de harina, azúcar, leche, huevos, manteca de cerdo, mantequilla y anís y tienen su origen en la localidad ledesmina. Son duras y con forma de espiral, y se preparan manualmente, una a una.

Por último, los chochos de Salamanca son un dulce similar a las perronillas y con un toque de sabor a almendra y canela. Se consumen principalmente en Navidad, aunque puedes encontrarlas en cualquier pastelería de la ciudad a lo largo de todo el año.

Para culminar la comida con éxito, te aconsejamos acompañarla siempre con un vino tinto local, como Artista 2012, 575 uvas, Vieja Zorra o Terrazgo.

 

 

 

Autor

Grado de Comunicación Audiovisual por la Universidad de Salamanca, Máster de Comunicación y Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela.