¿Sabes qué es la autoestima contingente?

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La autoestima contingente es un concepto que se refiere a la valoración y evaluación de uno mismo basada en condiciones externas o contingentes, como la aprobación de los demás, los logros, la apariencia física, el estatus social, entre otros factores. En otras palabras, la autoestima contingente es aquella que depende de factores externos y fluctúa en función de cómo uno percibe que estos factores influyen en su valía como persona.

La autoestima es una dimensión importante del bienestar psicológico y se refiere a la evaluación global que una persona tiene de sí misma. Una autoestima saludable y sólida está basada en una valoración interna y positiva de uno mismo, que no está condicionada por factores externos o contingentes. Sin embargo, en algunos casos, la autoestima puede volverse contingente, lo que puede tener efectos negativos en la salud mental y emocional de una persona.

La autoestima contingente puede surgir de diversas formas en la vida de una persona. Por ejemplo, puede estar vinculada a la aprobación de los demás, donde una persona se valora a sí misma únicamente en función de lo que otros piensan o dicen de ella. También puede estar vinculada a los logros y el éxito, donde una persona basa su autoestima en su capacidad para alcanzar metas, lograr reconocimiento o destacarse en determinadas áreas. Otro ejemplo es la autoestima contingente basada en la apariencia física, donde una persona se valora a sí misma en función de su aspecto físico o cómo cree que es percibida por los demás en términos de su apariencia.

Es importante tener en cuenta que la autoestima contingente no es necesariamente negativa en todos los casos. Es normal que todos, en ciertas ocasiones, busquemos la aprobación de los demás o valoremos nuestros logros y apariencia física. Sin embargo, el problema surge cuando la autoestima se vuelve excesivamente contingente y se basa principalmente en factores externos, en lugar de tener una valoración interna y auténtica de uno mismo.

Efectos negativos de la autoestima contingente

La autoestima contingente puede tener efectos negativos en la salud mental y emocional de una persona. Al depender de factores externos, la autoestima contingente es vulnerable a la variabilidad y a las fluctuaciones en la vida cotidiana. Por ejemplo, si una persona tiene su autoestima vinculada a la aprobación de los demás y recibe críticas o rechazo, su autoestima puede verse afectada negativamente. Del mismo modo, si una persona tiene su autoestima vinculada a los logros y no logra alcanzar sus metas, puede experimentar una disminución en su autovaloración.

La autoestima contingente también puede ser una fuente de estrés y ansiedad, ya que una persona puede sentirse constantemente presionada para cumplir con las expectativas de los demás o lograr determinados logros para mantener su autoestima en niveles aceptables. Además, la autoestima contingente puede llevar a una búsqueda constante de validación externa y a la comparación con los demás, lo que puede generar una sensación de insatisfacción crónica y una constante necesidad de aprobación externa.

Otro efecto negativo de la autoestima contingente es que puede limitar la capacidad de una persona para desarrollar una verdadera y auténtica autovaloración. Cuando la autoestima depende en gran medida de factores externos, se corre el riesgo de perder la conexión con uno mismo y de basar la valía personal en la aprobación de los demás o en los logros externos, en lugar de en una apreciación interna y genuina de las propias cualidades, habilidades y valores. Esto puede llevar a una falta de confianza en uno mismo, una baja autoestima y una inseguridad constante en relación con la valoración externa.

La autoestima contingente también puede tener un impacto en la forma en que una persona se enfrenta a los desafíos y fracasos en la vida. Cuando la autoestima está vinculada a los logros, por ejemplo, el fracaso en alcanzar una meta puede ser interpretado como una amenaza a la propia valía y generar sentimientos de incompetencia y desvalorización. Esto puede llevar a una evitación del riesgo y la evitación de situaciones que puedan poner en peligro la autoestima contingente, lo que limita el crecimiento personal y la capacidad de enfrentar desafíos y aprender de los fracasos.

El modelo ABC de comportamiento como herramienta para el cambio de la autoestima contingente

El modelo ABC de comportamiento es una herramienta de la psicología cognitiva desarrollada por el psicólogo Albert Ellis, que se utiliza para entender y cambiar los patrones de pensamiento y comportamiento disfuncionales. Este modelo se basa en la premisa de que no son los eventos externos en sí mismos los que generan nuestras emociones y comportamientos, sino nuestra interpretación y evaluación de esos eventos. El modelo ABC consta de tres pasos: A (activador), B (creencia) y C (consecuencia), que describen cómo nuestras creencias y pensamientos influyen en nuestras respuestas emocionales y comportamentales.

Aplicado al concepto de autoestima contingente, el modelo ABC puede ser una herramienta útil para identificar y cambiar los patrones de pensamiento y comportamiento que contribuyen a una autoestima contingente poco saludable.

  • Paso A (Activador): En este paso, se identifica el evento externo o situación que desencadena una respuesta emocional o comportamental. Por ejemplo, un activador podría ser recibir una crítica de un colega en el trabajo, no ser invitado a una fiesta o no obtener una promoción esperada.
  • Paso B (Creencia): En este paso, se identifican las creencias o interpretaciones que uno tiene acerca del activador. En el caso de la autoestima contingente, las creencias podrían estar relacionadas con la necesidad de aprobación de los demás, la dependencia de los logros o la valoración basada en la apariencia física. Por ejemplo, una persona con una autoestima contingente podría tener la creencia de que su valía como persona depende de la aprobación de los demás, y si no es aprobada, su autoestima se verá afectada negativamente.
  • Paso C (Consecuencia): En este paso, se identifican las consecuencias emocionales o comportamentales de las creencias o interpretaciones. Por ejemplo, si la creencia de una persona con autoestima contingente es que su valía depende de la aprobación de los demás y no obtiene esa aprobación, las consecuencias emocionales podrían incluir sentimientos de tristeza, ansiedad, baja autoestima y la sensación de no ser suficientemente valioso. Las consecuencias comportamentales podrían incluir evitar situaciones similares en el futuro, buscar desesperadamente la aprobación de los demás o basar la propia valía en logros externos para obtener validación.

Una vez que se han identificado los pasos A, B y C del modelo ABC, se puede trabajar en el cambio de las creencias y patrones de pensamiento disfuncionales para promover una autoestima más saludable e intrínseca.

  1. Cuestionar y desafiar creencias disfuncionales: Es importante cuestionar y examinar de manera objetiva las creencias y pensamientos que contribuyen a una autoestima contingente poco saludable. Pregúntate a ti mismo si es realmente cierto que tu valía depende de la aprobación de los demás o de los logros externos. ¿Qué evidencia tienes para respaldar esas creencias? ¿Hay otras formas de ver la situación? ¿Cómo te sentirías si no tuvieras esas creencias? Cuestionar y desafiar las creencias disfuncionales puede ayudarte a ganar una perspectiva más realista y saludable de ti mismo y de tu valía.
  2. Desarrollar una autovaloración intrínseca: Trabaja en desarrollar una autovaloración basada en tus propias cualidades, habilidades y valores internos, en lugar de depender de la aprobación de los demás o de los logros externos. Haz una lista de tus fortalezas y logros personales, y reconoce tus propias cualidades y habilidades, independientemente de lo que los demás piensen o digan. Aprende a valorarte a ti mismo por quien eres, no por lo que haces o lo que los demás piensan de ti.
  3. Cultivar la aceptación y la compasión hacia uno mismo: Aprende a aceptarte y tratarte con compasión, incluso cuando enfrentas desafíos o fracasos. Todos somos humanos y cometemos errores en ocasiones. Aprende a ser amable contigo mismo y a tratarte con la misma compasión que tratarías a un amigo querido. Reconoce que no eres perfecto y que está bien cometer errores o enfrentar desafíos, y que eso no define tu valía como persona.
  4. Desarrollar habilidades de afrontamiento saludables: Aprende habilidades de afrontamiento saludables para enfrentar situaciones difíciles o estresantes en lugar de depender de la aprobación de los demás o de los logros externos. Esto puede incluir la comunicación asertiva, la resolución de problemas, la gestión del estrés, la autoafirmación y la regulación emocional. Desarrollar habilidades de afrontamiento saludables te permitirá manejar los desafíos de manera constructiva y fortalecer tu autoestima intrínseca.
  5. Buscar apoyo y feedback genuino: Busca apoyo y feedback genuino de personas que te aprecen por quienes eres realmente, no por lo que haces o logras. Busca personas que te brinden un feedback sincero y constructivo, que te apoyen en tu proceso de desarrollo personal y que valoren tu autenticidad. Evita depender exclusivamente de la aprobación de los demás para evaluar tu valía, ya que esto perpetuará la autoestima contingente. Busca relaciones genuinas y saludables basadas en la aceptación y el respeto mutuo.
  6. Practicar la autorreflexión y la autoconciencia: Tómate el tiempo para reflexionar sobre tus pensamientos, sentimientos y comportamientos. Aumenta tu nivel de autoconciencia para identificar patrones disfuncionales de pensamiento y creencias negativas sobre ti mismo que contribuyen a una autoestima contingente. Pregúntate a ti mismo cómo te percibes a ti mismo, cómo te valoras y cómo influyen tus creencias en tu autoestima. La autorreflexión y la autoconciencia te permitirán identificar áreas en las que puedes trabajar para mejorar tu autoestima.
  7. Fomentar la resiliencia emocional: La resiliencia emocional es la capacidad de enfrentar los desafíos y las adversidades de la vida de manera saludable y adaptativa. Desarrollar la resiliencia emocional te ayudará a fortalecer tu autoestima intrínseca y a no depender exclusivamente de la aprobación de los demás o de los logros externos. Puedes fomentar la resiliencia emocional a través de la práctica de la regulación emocional, el desarrollo de una mentalidad positiva, la construcción de redes de apoyo y la adopción de una actitud de aprendizaje frente a los desafíos.
  8. Practicar la autenticidad: La autenticidad implica ser honesto contigo mismo y con los demás acerca de tus pensamientos, sentimientos, necesidades y valores. Ser auténtico te permite vivir de acuerdo a tus propias verdades y valores, en lugar de buscar constantemente la aprobación externa. Practicar la autenticidad te ayuda a construir una autoestima intrínseca sólida, ya que te permite reconocerte y aceptarte a ti mismo tal y como eres, sin la necesidad de cumplir con expectativas externas.
  9. Buscar ayuda profesional si es necesario: Si encuentras que tus patrones de pensamiento y creencias disfuncionales están afectando seriamente tu autoestima y tu bienestar general, puede ser útil buscar la ayuda de un profesional de la salud mental, como un terapeuta o consejero. Un profesional capacitado puede ayudarte a identificar y abordar patrones de pensamiento negativos y creencias disfuncionales, y proporcionarte herramientas y estrategias adicionales para mejorar tu autoestima y promover un cambio positivo.

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