Controlar la mente no es nada fácil y es un proceso largo hasta llegar al destino que queremos. La meditación ayuda a disfrutar de la vida, dejando un poco de lado el estrés. Pero como todo es necesario la practica para llegar a controlar nuestros pensamientos y poder disfrutar realmente de la meditación ya que al principio puede que no cueste un poco dejar de lado el estrés del día a día y enfocarnos en nuestra meta.
En el mundo en el que vivimos rodeados de tecnología, el afán porque todo sea fácil y rápido nos hace acumular cada vez más estrés y es muy difícil encontrar un hueco para uno mismo, para hacer una pausa en nuestra vida, pero es muy necesario de vez en cuando parar ese frenesí y estar en paz.
Nuestra mente es el motor de nuestro cuerpo y al igual que cuando nos duele la rodilla tomamos precaución para que ese dolor no siga eso debemos de hacer con nuestra mente. Tenemos que invertir tiempo, por eso es recomendable mantener ciertos pensamientos controlados o al menos que no nos afecten mas de lo necesario, creando así un limite para poder vivir en paz. Es por eso por lo que en este artículo hablaremos de la medicación y de dos técnicas sencillas para que cualquier persona que jamás ha realizado un ejercicio de estos sea capaz de relajarse y poder meditar sin necesidad de ayuda de profesionales. ¡Vamos allá!
La medicación es una forma de controlar nuestra mente para poder alejarnos de los pensamientos que nos hacen mal, que nos agobian o no nos ayudan nuestro día a día. La meditación lo que hace es entrenar nuestra mente. Seguramente has ido hablar de ella, y aunque parece algo sencillo no es nada fácil conseguir dejar la mente en blanco o al menos dejar de lado las preocupaciones, aunque sea solo por unos minutos.
Cuando nos referimos a controlar la mente no es que dejemos de pensar, sino que cambiaremos nuestra mente en su forma de pensar y así podremos relajarnos.
La primera técnica sobre todo para los principiantes es focalizarse en algo, puede ser un objeto o un elemento que tengamos por casa. Lo primero que debemos de hacer es buscar un lugar cómodo, con buena iluminación y no muy ruidoso esto te ayudara a poder concentrarte mejor. Una vez que estés en el lugar adecuado, coge un objeto no importante cual sea, déjalo en un punto intermedio ni muy lejos ni muy cerca. Comienza a enfocarte en el objeto, en su forma, el color, como huele, concéntrate únicamente en este objeto. Puede que de repente tu mente te juegue una mala pasada dejando de pensar en el objeto y te abordaran todo tipo de pensamiento. El primer día solo podrás concentrarte un periodo de tiempo corto, pero con el paso del tiempo ese tiempo ira incrementado y será mucho más fácil concentrarse.
Si ya has probado lo del objeto y quieres pasar a otro nivel puedes intentarlo con el control de tu respiración.
Al igual que con el objeto necesitas un lugar cómodo, luminoso y sin mucho ruido, este tipo de meditación puedes hacerlo con compañía. Esta manera de meditar en muy sencilla lo primero que debes de hacer es sentarte y relajarte, date un momento para estar cómodo puedes comenzar a respirar con los ojos abiertos. Espira por la nariz y expúlsalo por la boca, tienes que focalizarte en la respiración. Mira como tu pecho se hincha poco a poco, luego observa como tu cuerpo se relaja al expulsar el aire así veras como tu cuerpo se mueve y expande. Ahora cuando lleves varias respiraciones con los ojos abiertos lo que haremos será cerrar los ojos y comenzaremos a sentir como nuestro cuerpo descansa sobre el suelo. Intenta durante 20 segundos observar los sonidos que hay alrededor tuyo con el paso del tiempo notaras como tu cuerpo comienza a pesar y poco a poco se va relajando.
Espero que ambas técnicas te hayan servido de ayuda, ya que se ha demostrado que la meditación reduce el estrés, la depresión e incluso el dolor. Lo ideal sería que cada vez que te levantes estar un rato en silencio, meditar un poco cada día.
