¿Es normal disociar? La protección natural contra eventos muy estresantes

- en Salud
mental health

Disociar es una respuesta natural del cuerpo y la mente ante situaciones muy estresantes o traumáticas. Es un mecanismo de defensa psicológico que puede ayudar a proteger a una persona de la sobrecarga emocional o de la angustia que puede surgir de eventos traumáticos o extremadamente estresantes.

La disociación implica una desconexión temporal de la conciencia, la identidad, la memoria o la percepción de uno mismo o del entorno. Puede manifestarse de diferentes maneras, como sentirse desconectado del propio cuerpo, tener lapsos de memoria, tener una sensación de estar «fuera de uno mismo» o de observar la realidad desde una perspectiva externa, o experimentar una sensación de irrealidad o de estar en un sueño.

Es importante destacar que la disociación es una respuesta normal y adaptativa del organismo en situaciones de extrema tensión o trauma, y puede ser considerada como una estrategia de afrontamiento que ayuda a protegerse de la angustia emocional abrumadora. Sin embargo, también es importante entender que la disociación puede tener un impacto significativo en la vida cotidiana de una persona y puede ser un síntoma de un trastorno de estrés postraumático (TEPT) u otros trastornos psicológicos.

Formas más comunes de disociar

  1. Despersonalización: La despersonalización es una forma de disociación que implica una sensación de estar desconectado o separado de uno mismo o de su cuerpo. Puede manifestarse como una sensación de que el cuerpo no es propio, o que uno está viendo su cuerpo desde fuera, como si fuera un observador externo. La despersonalización puede ocurrir como una forma de protección cuando una persona experimenta una situación traumática o estresante que es demasiado abrumadora para su mente consciente. Al desconectarse temporalmente de la realidad, la persona puede evitar la angustia emocional y física asociada con la situación traumática.
  2. Desrealización: La desrealización es otra forma de disociación que implica una sensación de que el entorno o la realidad que rodea a una persona no es real o es extraña. Puede manifestarse como una sensación de estar en un sueño, en un mundo irreal o como si las cosas estuvieran distorsionadas o cambiadas. Al igual que la despersonalización, la desrealización puede ser una forma de protección contra eventos traumáticos o estresantes al crear una distancia emocional y mental entre la persona y su entorno, lo que puede ayudar a reducir la angustia y la sobrecarga emocional.
  3. Amnesia disociativa: La amnesia disociativa es la incapacidad de recordar información importante sobre uno mismo o sobre eventos traumáticos. Puede implicar la incapacidad de recordar eventos específicos, períodos de tiempo o detalles importantes de la vida de uno. La amnesia disociativa puede ocurrir como una forma de protección contra la angustia emocional y la sobrecarga cognitiva asociada con eventos traumáticos. La mente puede bloquear los recuerdos traumáticos como una forma de autoprotección, permitiendo que la persona funcione en el presente sin ser abrumada por los recuerdos traumáticos del pasado.
  4. Desconexión emocional: La disociación también puede implicar una desconexión emocional, donde una persona se siente desconectada de sus propias emociones o tiene dificultades para experimentar y expresar emociones. Esto puede ocurrir como una forma de protección contra la sobrecarga emocional asociada con eventos traumáticos. La desconexión emocional puede permitir a la persona mantener una cierta distancia emocional de situaciones traumáticas o estresantes, lo que puede ayudar a reducir la angustia y el malestar emocional.

Es importante destacar que si bien la disociación puede ser una respuesta normal y adaptativa del organismo en situaciones de estrés extremo o traumas, también puede convertirse en un síntoma de un trastorno de estrés postraumático (TEPT) u otros trastornos psicológicos. El TEPT es un trastorno mental que puede ocurrir después de haber experimentado o presenciado un evento traumático y se caracteriza por síntomas como la reexperimentación del evento traumático, evitación de situaciones relacionadas con el trauma, alteraciones en el estado de ánimo y la cognición, y síntomas de hiperactivación.

Es importante buscar ayuda profesional si la disociación se vuelve persistente, recurrente o interfiera en la capacidad de una persona para llevar una vida cotidiana funcional. Un profesional de la salud mental, como un psicólogo o un psiquiatra, puede evaluar y diagnosticar adecuadamente cualquier trastorno psicológico subyacente y ofrecer un tratamiento adecuado.

Entender la disociación como una protección natural contra eventos muy estresantes puede ayudar a las personas a normalizar su experiencia y comprender que es una forma de afrontamiento que su cuerpo y mente utilizan para protegerse en situaciones difíciles.

Pautas que pueden ayudar a aceptar y manejar la disociación

  1. Educarse sobre la disociación: Informarse sobre qué es la disociación, cómo puede manifestarse y cuáles son las causas y factores de riesgo asociados puede ayudar a comprenderla y normalizarla. El conocimiento sobre la disociación puede ayudar a las personas a entender que no están solas y que esta es una respuesta normal del organismo en situaciones de estrés extremo o traumas.
  2. Reconocer los síntomas de la disociación: Aprender a identificar los síntomas de la disociación puede ser útil para reconocer cuando está ocurriendo y poder tomar medidas para manejarla de manera efectiva. Algunos de los síntomas de la disociación pueden incluir sentirse desconectado del propio cuerpo, tener lapsos de memoria, sentirse irreal o como si estuviera en un sueño, o experimentar una desconexión emocional.
  3. Validar y aceptar los sentimientos y experiencias: Es importante que las personas se permitan sentir y experimentar lo que están sintiendo, sin juzgarse a sí mismas. Validar y aceptar los sentimientos y experiencias puede ayudar a reducir la angustia emocional asociada con la disociación y permitir que las personas se sientan más en control de su experiencia.
  4. Utilizar estrategias de autorregulación emocional: Desarrollar habilidades de autorregulación emocional puede ser útil para manejar la disociación. Esto puede incluir técnicas de relajación, respiración profunda, mindfulness, ejercicio físico, y otras estrategias que ayuden a las personas a calmarse y regular sus emociones en momentos de estrés o ansiedad.
  5. Buscar apoyo social: Contar con un sistema de apoyo social puede ser de gran ayuda para aceptar y manejar la disociación. Hablar con personas de confianza sobre las experiencias de disociación y recibir apoyo emocional puede ayudar a las personas a sentirse comprendidas y validadas. También se puede considerar la búsqueda de un terapeuta o consejero que tenga experiencia en el tratamiento de trastornos relacionados con la disociación.
  6. Practicar la autocompasión: Es importante ser amable y compasivo consigo mismo al enfrentar la disociación. La autocrítica y el autojuzgamiento pueden empeorar la angustia emocional y dificultar el proceso de aceptación. Practicar la autocompasión, aceptarse a uno mismo tal y como se es, con todas las experiencias y emociones que surjan, puede ayudar a desarrollar una actitud más comprensiva y tolerante hacia uno mismo.
  7. Aprender técnicas de manejo del estrés: El estrés puede desencadenar la disociación, por lo que aprender técnicas efectivas para manejar el estrés puede ser útil. Esto puede incluir el establecimiento de rutinas regulares, el manejo adecuado del tiempo, la práctica de la relajación y la atención plena, y el cuidado adecuado del cuerpo a través de una alimentación saludable, el ejercicio regular y el descanso adecuado.
  8. Desarrollar habilidades de comunicación: Comunicarse abierta y honestamente con las personas de confianza sobre la disociación puede ser beneficioso. Esto puede ayudar a las personas a obtener apoyo y comprensión de su entorno, y también puede ayudarles a explicar y manejar mejor las situaciones en las que la disociación pueda ser incómoda o desafiante.
  9. Integrar la disociación en la identidad: Aceptar que la disociación es una parte de la experiencia de una persona y que no define su valor o identidad como individuo puede ser un paso importante hacia la aceptación. Integrar la disociación en la identidad de una persona como una experiencia que ha moldeado su historia de vida, pero que no los define completamente, puede ayudar a aceptarla y manejarla de manera más efectiva.
  10. Seguir un enfoque holístico de la salud: Asegurarse de cuidar de manera integral el bienestar físico, mental y emocional puede ser de gran ayuda en el manejo de la disociación. Esto puede incluir el cuidado adecuado del cuerpo a través de una alimentación saludable, ejercicio regular y descanso adecuado, así como el cuidado de la salud mental a través de la terapia, la medicación si es necesario y otras estrategias de bienestar emocional.

Comprar un libro sobre la disociación

[amazon bestseller=»libro disociación»]

Autor

Equipo de redacción de NOTICIAS Salamanca. Tu diario online. Actualizado las 24 horas del día. Las últimas noticias y novedades de Salamanca y provincia.