- Un estudio llevado a cabo en el Hospital Universitario Severo Ochoa de Leganés (Madrid) y presentado en el Congreso de la Salud Cardiovascular SEC24 concluye que la mala calidad del sueño es muy frecuente en los pacientes hospitalizados en cardiología
- El análisis identifica que los pacientes con mala calidad del sueño padecen más ansiedad y depresión, presentan un menor nivel de ingresos económicos y toman más cantidad de fármacos, permaneciendo hospitalizados tres días más que aquellos con una calidad del sueño normal
- La identificación de estos factores es un gran avance, ya que permite iniciar un tratamiento multifactorial, que incluya a psicólogos y asistentes sociales
La mala calidad el sueño es muy frecuente en los pacientes hospitalizados por alguna enfermedad cardiovascular: afecta al 77% ellos, según se desprende de un estudio presentado en el Congreso SEC24 de la Salud Cardiovascular, que organiza la Sociedad Española de Cardiología (SEC) en el Palacio Euskalduna Bilbao del 24 al 26 de octubre.
Se conoce que la falta de sueño aumenta algunos factores de riesgo cardiovascular como los niveles de glucosa, la presión arterial, la inflamación y la obesidad. De hecho, estudios previos han demostrado que las personas que duermen menos de seis horas al día, o que tienen mala calidad del sueño, tienen un riesgo aumentado de aterosclerosis (acumulación de grasas, colesterol y otras sustancias dentro de las arterias y en sus paredes).
El objetivo del trabajo, llevado a cabo en el Hospital Universitario Severo Ochoa de Leganés (Madrid), fue conocer con cuánta frecuencia hay alteración del sueño en los pacientes hospitalizados por enfermedad cardiovascular y qué factores ayudan a identificarlos para poder así tratarlos.
Tal y como explica el Dr. Raúl Gascueña, primer firmante del trabajo, de entre todos los distintos aspectos de la calidad del sueño analizados, el más afectado es la eficiencia del sueño. “Decimos que la eficiencia del sueño es baja cuando pasamos mucho tiempo en la cama sin poder dormir”, apunta.
Factores de alerta: ansiedad y depresión
El especialista en cardiología detalla que no se han encontrado diferencias por edad, sexo, nivel educativo y estado civil. Sin embargo, si han visto que los pacientes con peor calidad de sueño se sienten peor física y mentalmente, presentan más ansiedad y depresión, toman con más frecuencia tratamiento antidepresivo y más cantidad de fármacos distintos, y tienen un menor nivel de ingresos económicos con un hogar menos equipado.
“Parte de estos factores pueden influir unos en otros. Cuando estudiamos cuáles son más importantes a la hora de determinar la mala calidad del sueño, vemos que la ansiedad y el tratamiento antidepresivo son los parámetros implicados, una vez ajustados por el resto de posibles factores estudiados”, añade el Dr. Gascueña.
El nivel socioeconómico bajo es un factor de riesgo cardiovascular y se relaciona con mayor ansiedad y depresión. “Un nivel bajo de ingresos produce mayor ansiedad y preocupación, y en nuestros pacientes aumenta en un 60% el riesgo de tener una mala calidad del sueño. Además, un hogar incómodo dificulta el descanso nocturno y es cinco veces más frecuente en aquellos pacientes con mala calidad del sueño”, detalla el especialista en cardiología.
Por otro lado, los pacientes con enfermedad cardiovascular toman gran cantidad de fármacos. En este sentido, el estudio ha encontrado que existe una correlación entre la calidad del sueño y el número de fármacos: a peor calidad del sueño, mayor número de fármacos diarios toma el paciente. De media, 11 fármacos en los pacientes con mala calidad del sueño respecto a 8 en el resto.
Por último, el análisis también observa una relación entre la calidad del sueño y los días de ingreso. A peor calidad del sueño, mayor es la duración del ingreso: 3 días más de media que en los pacientes con una calidad del sueño normal.
“La identificación de todos estos factores resulta de gran utilidad ya que permite iniciar un tratamiento multifactorial, no solo indicando fármacos que ayuden a dormir, sino también implicando a psicólogos que enseñen técnicas de relajación y a asistentes sociales para intentar mejorar la falta de equipamiento en el hogar en algunos pacientes mayores o con problemas de movilidad”, concluye el Dr. Gascueña.