El implante de marcapasos cayó un 35,2% durante la primera ola de la pandemia

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  • Entre las causas de esa reducción se encuentran el denominado “riesgo competitivo” entre las dos patologías y el miedo al contagio en los hospitales o las limitaciones a la movilidad

Del 21 al 25 de junio se celebra la reunión virtual de la Asociación del Ritmo Cardiaco y la Sección de Estimulación Cardiaca de la Sociedad Española de Cardiología (SEC). Entre otros temas, en la cita se hablará extensamente de cómo ha afectado la pandemia de la COVID-19 a la estimulación cardiaca en España y de los retos y cuestiones sin resolver en el manejo de los pacientes con taquicardia ventricular isquémica portadores de un desfibrilador automático implantable (DAI).

La Sección de Estimulación Cardiaca de la SEC presentará los datos de un registro que se realizó del 15 de marzo al 15 de mayo de 2020, en plena primera ola de la pandemia, que demuestra una reducción significativa en el implante de marcapasos durante esos meses, respecto al mismo periodo del año anterior. En concreto, se registró una caída del 35,2%.

Como explica el Dr. Ricardo Salgado Aranda, “los marcapasos son los dispositivos cardiacos que se implantan con mayor frecuencia en España, aproximadamente 40.000 al año. Y se utilizan para el tratamiento de las bradiarritmias, que son patologías frecuentes entre la población anciana”.

Las causas de esa reducción son varias. La primera es el denominado “riesgo competitivo” entre las dos patologías. “La población en la que la COVID-19 tuvo un mayor impacto es también la población que con mayor frecuencia padece patologías cardiacas que precisan implante de marcapasos. Es posible que la mayor mortalidad por COVID-19 en este grupo redujera de forma significativa el número de potenciales candidatos a marcapasos durante la primera ola de la pandemia”, explica el especialista en Cardiología. Otras de las razones pueden ser el miedo al contagio y las limitaciones a la movilidad, que pudieron influir negativamente en la búsqueda de asistencia sanitaria por parte de los pacientes que necesitaban un implante de marcapasos.

Respecto a los que ya tenían implantado un dispositivo de estimulación cardiaca, la monitorización remota o domiciliaria ha permitido, durante la pandemia, controlar a los los pacientes de forma satisfactoria. Existen varios estudios que confirman su utilidad en pacientes con dispositivos cardiacos. Un ejemplo es el trabajo RM-ALONE, del Dr. García Fernández y colaboradores, en el que se aleatorizó 445 pacientes a dos grupos: el primero solo con monitorización remota y el segundo con monitorización remota y visitas presenciales. “No hubo diferencias en los dos grupos en cuanto al número de eventos adversos, pero el sistema de monitorización remota exclusiva resultó ser más eficiente con una reducción significativa del tiempo del personal sanitario empleado por paciente y seguimiento”, indica el Dr. Salgado Aranda. El cardiólogo añade que “el uso de la telemedicina presenta importantes ventajas que ya eran evidentes antes de la pandemia y, probablemente, lo vivido en los últimos meses sea el impulso definitivo para trabajar en esta línea”.

 

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Equipo de redacción de NOTICIAS Salamanca. Tu diario online. Actualizado las 24 horas del día. Las últimas noticias y novedades de Salamanca y provincia.