El Salamanca UDS pasa de la incertidumbre en Barcelona a la ‘fiebre’ del Helmántico

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A ver qué tal de inspirado estoy hoy, porque el artículo trae cola. Bueno, para colas las que se viven en las taquillas del Pasaje Coliseum para adquirir entradas para la vuelta de la última eliminatoria por el ascenso a “Segunda RFEF”. Señores, que este Salamanca UDS se juega subir a Segunda RFEF, a la cuarta categoría del fútbol nacional. Ni ustedes ni yo alcanzarían a imaginarse lo que podría ser jugarse un ascenso a Segunda o a Primera. En sólo una mañana se han despachado 3.000 entradas. Sí, como lo oyen, 3.000. Por supuesto que ayuda la promoción del club. Acertadísima. Igual que se dice una cosa, se dice la otra. Y esto, me da, es lo que muchos llevaban y llevan pidiendo desde hace mucho tiempo: que se mire por la afición, que es maravillosa. Lo es la del Salamanca y lo es la de todos los clubes, con sus garbanzos negros y sus tontos, porque sí, en todos los clubes hay tontos. Pero las aficiones son maravillosas. Son capaces de crear climas sólo ‘conseguibles’ a través del deporte, de lograr hermanamientos imposibles, de realizar proezas y hazañas dignas de héroes de la literatura griega, de recorrerse medio mundo para asistir a un partido de fútbol, de dejarse la voz en un grito de ánimo, de reír y de llorar al mismo tiempo, de mover el mundo, de llevar en volandas a cualquier equipo y, como se suele decir… “de resucitar a un muerto”, aunque aquí, por fortuna, esos muertos no lo son de verdad.

Así, más de 200 ‘locos’ se desplazaron el otro día a Barcelona para animar al Salamanca UDS que, en un partido malo y después de estar a merced del Sant Andreu durante toda la primera mitad, pudo darse cuenta de que no tiene que temer a su rival. Eso no quiere decir que deba confiarse, que sería el mayor enemigo y, ya aviso, noto cierto ‘tufillo’ en el ambiente como si ya se hubiera ascendido. Es lo que se llama ‘euforia’ y ya les he dicho muchas veces que intento huir de ella, pero no se puede evitar que la gente valore como muy positivo el resultado y que tenga esa sensación positiva. Ojalá el domingo, cuando termine el partido, encuentre su premio, pero primero, hay que jugarlo. Y estoy convencido que Jehu se está encargando de recordárselo a los jugadores. Que lo de las fotos, los pulgares, las sonrisas, se pueden tornar en “caras serias” al día después, que diría el otro.

Mi opinión está clara y así la he reflejado en artículos anteriores. De hecho, me preocupa hasta mi optimismo, poco habitual, pero creo que hay jugadores en el Salamanca UDS de un gran nivel y si coincide que todos están como tiene que estar, si tengo que apostar, apuesto por ellos. Pero el Sant Andreu no es poca cosa. Es un equipo que sabe lo que tiene que hacer y lo hace muy bien. Así que va a ser fundamental la concentración y la mentalidad. El que sea más fuerte en esas facetas tendrá mucho camino andado.

El otro aspecto, el de la afición, hace mucho tiempo que el Salamanca UDS y, sobre todo, el Helmántico, lo tienen ganado. Hace falta una pequeña chispa para que se produzca el incendio. Si hay 1.500 incondicionales, como hemos dicho muchas veces, hay varios miles que, por muchos que se quejen, están deseando el más mínimo aliciente para sumarse. Cuánta suerte tiene el propietario del club. Ni se lo imagina. Lo que es haber dado con esta afición. Una afición que, si el tiempo lo permite, va a dejar otra imagen histórica, y ya van unas cuantas. Ojalá, como digo siempre, sirva para abrir los ojos a quienes gobiernan ese club, para dejarse ayudar, para, verdaderamente, hacer un proyecto serio con el club y con la ciudad a la que representa. Que el club responda a la ilusión que le tienen miles de salmantinos y que otros, aunque no la muestren, la siguen teniendo en su corazoncito, porque esto, como suelo decir, va de otra cosa.

Creo que el día del Astorga se metieron 6.000 personas en el estadio. No me atrevo a hacer un cálculo, de verdad, pero estoy convencido de que esa cifra se quedará pequeña. Ojalá el tiempo acompañe y pueda verse un gran espectáculo. Y ojalá que ese partido sea el punto de inflexión, ascienda o no el Salamanca UDS, para un club que tiene un potencial enorme como ha demostrado en numerosas ocasiones en años anteriores y que, por unas cosas o por otras, no han sabido llevar por el camino adecuado. Y no quiero buscar con ello culpables, pero sí destacar el valor de una afición y señalar un sendero por el que los que rijan el club en los próximos años, sepan y deban transitar.

He vivido situaciones parecidas dentro del club y me parece increíble la respuesta de la gente. Decía al principio que el artículo podía traer cola. Sí. Pero porque no sé si será muy acertado o no calificar lo que tiene esta afición, aunque sea metafóricamente, como una auténtica enfermedad, una fiebre incurable.

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Equipo de redacción de NOTICIAS Salamanca. Tu diario online. Actualizado las 24 horas del día. Las últimas noticias y novedades de Salamanca y provincia.