Lo apuntábamos la semana pasada, el Salamanca UDS tenía dos partidos para coger fuerzas antes de su particular ‘Tourmalet’, es decir, antes de enfrentarse de forma consecutiva al intratable Astorga en el Helmántico y a la Arandina en Montecillo. Dos partidos que pueden marcar el devenir inmediato del conjunto charro en la Tercera RFEF, donde, como no puede ser menos, tiene marcado a fuego el objetivo del ascenso. Y no porque lo marque nadie, sino porque va intrínseco en el escudo y en la idiosincrasia de la entidad. Si has optado por vestir esa camiseta, si has apostado por lucir ese escudo y si juegas en el Helmántico en Tercera RFEF, no te queda más remedio que aspirar a subir, lo quieras o no, tengas los jugadores que tengas o vendas lo que quieras vender. Es algo que va en el lote. Es como cuando tienes un hijo, que sabes que ya, de por vida, tendrás que sacrificar algunas cosas por él, lo que sea necesario, pues esto es igual. Se puede debatir en el camino, si hay que ir por el más largo o por el más corto, si hay que apostar por el ‘jogo’ bonito o por el ‘feo-práctico’, pero el objetivo está marcado.
Parece claro que el Salamanca UDS ha apostado por el camino rápido, pero esto es fútbol y no una ciencia exacta. Hay otro equipo, el Astorga, que está ‘como una cosa boba’ y no hay quien le de alcance… de momento. Por eso es la hora de que los de María den un golpe en la mesa. Antes, tienen que haber cogido fuerzas. Lo hicieron en Soria, ante el Numancia B, y deben hacerlo dentro de dos semanas (este fin de semana para la competición) ante el Mirandés B. Cualquier resultado que no sea ganar a los burgaleses puede enrarecer el ambiente y cargar de una presión excesiva al equipo para los próximos compromisos.
Sin embargo, no hay por qué dudar si nos atenemos a los datos. El equipo charro ha comenzado la temporada como se esperaba, con siete victorias de nueve que, aunque no le alcanzan para ser líder, sí le sirven para estar a tiro del primer puesto cuando está a punto de completarse el primer tercio de una Liga que se va a pasar ‘volando’, ya lo verán. Por si esto fuera poco, los de María están intratables en el Helmántico (lo han ganado todo), han roto ya su maleficio fuera de casa (acumulan dos victorias seguidas como foráneos) y han sumado doce de doce en los últimos cuatro partidos. Otra cosa será la forma de ganar, que ha sido en todos ellos por la mínima, o en el juego. Eso lo dejamos para los técnicos. Sería muy fácil decir que los rivales no han sido gran cosa, pero el argumento tiene que ser el mismo siempre. Si esto es la Tercera y ‘nos vamos a encontrar rivales así’, hay que dar el mérito justo al equipo. Si los equipos rivales no parecen gran cosa, a lo mejor es porque el Salamanca UDS no les deja jugar mejor. Eso son cosas que deben analizar los técnicos y los expertos. Nuestra obligación es ser justos en el análisis y darle al equipo el mérito que tiene y, de momento, tiene y mucho.
En el debe del equipo está que ya acumula un importante ‘colchón’ de puntos respecto a los equipos de ‘no play-off’, con lo que el primer objetivo estaría encaminado. Ahora viene el siguiente, que es el del ascenso por la vía rápida, pero, para ello, queda todavía mucha temporada, más de dos tercios. Está claro que cualquier paso atrás puede parecer que se distancia en exceso, pero queda mucho y será en la recta final cuando se decida todo. Hay equipos que todavía tienen mucho que decir en la Liga y que, probablemente, a medida que pasen los partidos tiren hacia arriba y hay equipos que se desinflarán. Hombre. Tampoco esto que estoy afirmando es ciencia exacta, pero la tradición dice que todavía tiene que haber muchos cambios en la clasificación, así que es el momento de pensar en el siguiente examen. Los parones no siempre son buenos, así que esperemos que, en el caso del Salamanca UDS esperemos que sirva para recargar pilas, coger fuerzas, pulir detalles.
En el otro lado del Tormes, o de la Ría, Unionistas sigue ‘a pico y pala’. Lograba una gran victoria en Ferrol que les permite situarse en una cómoda posición en la tabla y en ese punto que se puede ver la botella medio llena o medio vacía. De momento han conseguido disipar las dudas iniciales y los fatalismos que procedían de diferentes lugares para hacer lo que han hecho siempre desde su fundación. Estar ahí y no dar ningún balón por perdido. Superar los baches y disfrutar los éxitos. Y queda el mercado invernal para corregir aquellas cosas que consideren oportunas. Probablemente ni fueran antes tan malos ni ahora sean los mejores, pero nadie les puede reprochar esa actitud de dar la cara siempre.
Guijuelo, por su parte, en espera de vivir este sábado un día histórico en la Copa ante el Deportivo, caía derrotado de forma clara en Zamora. Una mancha que no debe empañar su excepcional comienzo de temporada. De hecho, sigue en lo más alto. Una mancha que se borrará sumando más tres en el siguiente compromiso.