Un Salamanca UDS que ni tan bien ni tan mal

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Siempre digo que no me gusta hacer análisis en caliente, lo que no quiere decir que luego, por hacerlos en frío, vayan a ser más acertados, porque son muchas las piezas de este puzzle del Salamanca UDS. Se pueden valorar unas cosas y te da signo positivo y se pueden valorar otras y que sea un auténtico desastre. Pienso que ni una cosa ni la otra, pero que hay una situación que a los aficionados les cuesta asumir y es el de que el club tiene un propietario que hace y deshace a su antojo y que es quien toma las decisiones, por mucho que la ilusión por la presencia de otras personas en la gestión pudiera levantar expectativas que, al final, nunca se cumplen, al menos en los últimos años.

Pero una vez asumiendo esa variable y teniendo en cuenta esa subjetividad que conlleva la forma de tomar las decisiones, el asunto mollar está en quién rodea al propietario del Salamanca UDS. No tengo la impresión de que don Manuel Lovato sea una persona influenciable, más al contrario, pienso que suele tener sus propias ideas y que estas son inamovibles a la hora de ejecutar. Me da que es una persona que escucha y aprende, pero que hace lo que le place y lo que, desde un principio tenía pensado hacer. Es más, pienso que le influyen más opiniones fuera del entorno fútbol que las del propio deporte o club. Incluso me da también que hay ocasiones y opiniones que no acepta y que, incluso, le molestan.

Y esa es una realidad con la que la afición tiene que convivir. Está bien pensar en cómo cada uno haría las cosas y está bien pensar lo que es normal y no es normal, pero empecinarse en que desde el club se haga lo que esa afición piensa es una quimera y, a estas alturas del cuento, debería ser algo claro. Como a mí me enseñaron, “hacer más y hablar menos”. Aquí en ocasiones se dice mucho, pero luego se hace o se trata con lo contrario.

Y con este dibujo hay que convivir y vivir cada domingo en el Helmántico. Dejarlo todo (o no), disfrutar (o sufrir), pero siendo sabedores de la situación y tratando de ser siempre justos.

Este año, los ‘supuestos’ cambios en la gestión que luego no fueron tales, desataron la ilusión en los miles de aficionados del club blanquinegro. Por primera vez en los cuatro o cinco últimos años parecía haber motivos para pensar que iba a haber cambios en la gestión que luego, en realidad no se han producido. Al final, los ‘nuevos’ han ido desfilando del quehacer diario del club. Eso sí, abrieron las puertas de algunas empresas a la entidad que, de otra forma, no habría tenido abiertas (luego ya cada uno valorará sus movimientos) pues el entramado empresarial salmantino estaba prácticamente cerrado para el club, y, durante un tiempo, mantuvieron viva la llama de una gestión, por así decirlo, más profesional. Al final, parece que todo sigue más o menos igual que antes y sobre los mismos hombros que estaban. Luego cada cual que valore o juzgue que aquí, tampoco estamos para eso.

Y dicho esto y, a pesar de que en próximos días haremos el balance final, sobre todo en lo deportivo, este año el club abandonaba la Tercera División Nacional (Regional) y camina en puestos de ‘play-off’ a Primera RFEF. Nos puede gustar o no el estado del camino, pero los objetivos se están consiguiendo. Por eso lo del análisis en frío. Porque, aunque no esté en su mano, estoy seguro que todos los aficionados piensan que, con tres o cuatro cambios en lo deportivo, el equipo estaría en disposición de asaltar el ascenso. Por cierto, inmersos en la Octava de Navidad, aprovechamos la ocasión para desearle una Feliz Navidad a todos.

Autor

Periodista y comunicador. Licenciado por la Universidad Pontificia de Salamanca.