EL FARO DE ALEJANDRÍA: Debes saber qué tienen en común las personas que no son de confianza

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¿Qué es lo que debes observar de esas personas en las que no confías demasiado? Tendrás que estar alerta a que él o ella te muestre ciertos signos que son inequívocos, sin que se dé cuenta que te has percatado, y que serán las primeras señales de su falta de integridad. Porque cuando a una persona le falta integridad y está siempre queriendo controlar y dominar todas las conversaciones, te aseguro que no son dignas de confianza.

Empecemos por el principio: ¿qué sucede cuando tratas con alguien que no es confiable? Te vendría muy bien conocer cuáles son algunos hábitos que las personas que no son de confianza tienen en común. Y esto es lo que te facilitará comunicarte…o sea, saber cómo establecer una comunicación con ellas.

¿Qué es la falta de integridad?

Te lo explico haciéndonos otra pregunta ¿Qué es una persona no íntegra? Parece la misma pregunta, pero no lo es, ya que cuando la referenciamos en los actos y conducta de una persona, estamos viendo no la integridad en abstracto como virtud (que sí lo es), sino las cualidades personales (las que tiene o de las que carece) de la persona sobre la cual estamos con bastantes dudas sobre su comportamiento.

Nos referimos a cuál es la total o amplia gama de aptitudes que entendemos debería poseer pero que no vemos en él/ella que posea. Porque sabemos que no hace siempre lo que es correcto hacer, especialmente en esta relación interpersonal, que no hace ni se preocupa por hacer todo aquello que consideramos bien para nosotros. Y que, además, no afecte los intereses de las demás personas que conforman ese entorno, por ejemplo, de equipo de trabajo, en el cual él/ella, los demás y tú están compartiendo muchas horas diarias.

Los pequeños detalles cuentan

Uno de los principales hábitos comunes entre las personas que no son de confianza es que no cumplen con su palabra, siendo muy proclives a romper lo prometido a pesar de haberlo “jurado” (prometido vehementemente) y habernos dicho que era su palabra y que se comprometían con ella. Incluso son también un poco de poner paños calientes, cuando en estos instantes en los que sus palabras suenan como trompetas prometiendo que van a cumplir lo que se han comprometido, una vez que la incumplen (la palabra y la promesa), se escudan en decir que lo sienten, pero lo más grave es que no cambian su comportamiento.

De ahí la importancia de que observes con detenimiento esas primeras impresiones que tienes, por ejemplo, de un nuevo compañero de trabajo, empezando por ver cómo es su lenguaje corporal y la manera en que ves que se está conduciendo, no solo contigo y tus compañeros: cómo lo está haciendo en su vida, ya que de esas primeras maneras que asume en la relación, se puede traslucir su forma de conducirse en la vida. Es como una radiografía viva.

Él o ella no se darán cuenta de que le estás estudiando, pero tú estás vigilante ante sus movimientos, sus promesas de cumplir horarios que son esenciales para el trabajo de equipo, etc.

Se le acopla a su falta de integridad también una falta de escrúpulos, por ejemplo, al traicionar la palabra dada cuando se les ha encomendado no decir nada sobre determinado trabajo o un comentario sobre otra persona, y expresamente le dices algo en confianza y lo compartes con los demás y termina haciendo todo lo contrario.

No confían en los demás

Las personas poco confiables no confían en los demás. Pero es que 2 + 2 es cuatro y no hay otra solución. Qué sentido tiene pedirle (peras al olmo) cuando a alguien que no tiene reparos en romper su palabra y destruir la confianza, al ser deshonesta y no tener integridad, jamás puede pensar que el resto (la gran mayoría de personas) son honestas e íntegras. Por eso le da igual romper su palabra, incumplir un horario, generar usinas del rumor y lo más grave de todo: echar siempre la culpa a los demás.

También cuando estas personas se ven un poco acorraladas porque sospechan que te has dado cuenta de sus puntos débiles, se hacen a su vez más peligrosas (no en el sentido físico de una agresión), sino que mucho peor va a ser su comportamiento.

Pueden entonces pensar que tú le estás traicionando, por lo que no escatimarán en echarte la culpa por algo y hacerte responsable, sin fundamento alguno y entrando en lo que coloquialmente llamamos “habladurías”. Porque su común denominador es que siempre terminan acusando a personas inocentes de los mismos comportamientos que ellas exhiben.

Si sabes detectarlos a tiempo evitarás problemas personales y laborales

Estas personas que tienen un “currículum vitae” de poca confiabilidad (no el que vemos sobre su experiencia y formación) siempre terminan demostrándolo a pesar de sus esfuerzos por mostrarse afables, flexibles y honestas. Ese historial antes o después surgirá a partir de esos pequeños detalles, como el incumplimiento sistemático a la palabra dada, el ser el centro imprescindible de las conversaciones y encuentros, el inventarse relatos y/o hacer fabulaciones que no pueden ser sostenidas, etc.

Por tanto, este historial de ser personas poco confiables van a tratar de taparlo como sea, por ejemplo, ante una rabieta que te cojas por haberte dejado sin la colaboración prometida para la entrega de un trabajo del equipo, entonces, su actitud típica será, en el mismo momento en el que le vas a reprimir su actitud, es el que utilizará para querer salirse con la suya, y justo cuando estás a punto de machacarla, hace como si fuera un prestidigitador un pase mágico queriendo que vuelvas a confiar en ella y decirte que lo siente mucho, que no volverá a ocurrir y te sembrará los oídos y todos tus sentidos con una cantidad de excusas y justificaciones que la eximen de responsabilidad. ¿Y qué es lo que les pasa a las buenas personas como tú? Que, en términos generales y en aras de no generar conflictos en el equipo, lo que hacen las buenas personas es terminar creyéndolas a pesar de su historial de falta de confianza.

Rompen las reglas y superan los límites

Al principio te pueden parecer no solo buenas personas, sino incluso ciudadanos ideales, que tienen esa imagen pública que es la ideal para mostrar al mundo. Que dicen lo que hay que cumplir y hacer para merecer estar recibiendo los beneficios que recibimos de la sociedad. ¡Pero cuidado! Son así y ¿se muestran también con ese celo de escrupulosidad ciudadana en sus círculos más íntimos? Aunque pueden parecer buenos ciudadanos honrados para el mundo exterior, muestran su verdadera naturaleza cuando están con amigos íntimos y familiares o con personas con menos poder, o también en el momento que se dan cuenta que están siendo observados en cuanto a su comportamiento.

Si por asomo llegan a pensar que se está cuestionando su integridad, las reacciones que pueden tener pueden ser muy desagradables. Aquí es donde aparece el “ventilador” para tirar basura (dicho finamente) hacia los demás, tengan o no tengan culpa. Que en el 99% de los casos dicha culpa no existe y solo está en su cabeza, en su habitual actitud para pasar la pelota de la responsabilidad a los demás, o para distraer la atención que estábamos centrando sobre él/ella y que ese desvío le traslade la supuesta culpa y/o responsabilidad a otro.

No toman en cuenta tus sentimientos

¿Alguna vez has tratado de explicar que algo te hizo sentir incómodo, pero a la otra persona no parece importarle? A este tipo de personas no les importa ese sentimiento de incomodidad que te aflore en ese momento. Por tanto, a pesar de que algo te incomoda, siguen adelante. Una absoluta falta de sensibilidad y por supuesto, de empatía. Ese valor de la inteligencia emocional que nos hace escuchar activamente a los demás y querer conocer lo que tienen que decir, sus sentimientos, eso que decimos siempre de que “el otro también existe”. Y te aseguro una cosa: cuando no hay empatía, eso puede ser una señal de alerta clara que te estás enfrentando o compartiendo tus días en el trabajo con una persona que no es íntegra ni honesta y menos confiable.

Porque cuando el dolor o el sufrimiento ajeno no le preocupa a una persona, es síntoma evidente que padece una alteración en sus sentimientos, en primer lugar, por un ego agigantado, y después, por una serie de complejos o traumas que puede venir arrastrando desde la infancia. Pero esto no es cuestión de que tengas que tener un psicólogo en el bolsillo en tu trabajo, o cuando eres jefe y tienes en tu equipo una persona de estas características. Lo que te estoy diciendo, es cómo anticiparte y evitar caer en el error más común que es dar confianza a quién no es confiable y creer en la integridad de personas que finalmente no lo son.

No tienen límite para invadir espacios personales

Esto es grave, porque además de no tener empatía, sin que te des cuenta al inicio de la relación, son personas expertas en invadir ese espacio privativo y personal que es de nuestra propiedad exclusiva. Pueden llegar a ti de una manera demasiado familiar, incluso cuando acaban de conocerte, pudiendo ignorar que están en tu zona de confort más íntima y se hacen los tontos, te brindan una sonrisa, como si esa privacidad no fuera con ellos, cuando en realidad sí les va, porque quieren conocerte en profundidad, aspectos íntimos que jamás revelas a nadie, incluyendo a compañeros o amigos de muchos años.

Si muestras sorpresa o también molestia, recibirás (lo habitual en ellos) una gran sonrisa y seguro una palmadita en la espalda, pero ten cuidado, porque este comportamiento en uno de los más peligrosos para tu intimidad, cuestión que no puedes dejar invadir a personas en las que no confías pero que al inicio estás con dudas de cómo se comportarán, por ello, estos datos te servirán para estar atento/a.

Falta coherencia en sus emociones y acciones

Son personas que tienen reacciones imprevisibles. Porque una persona no confiable se apoya en su falta de integridad, tiende a ser inconsistentes en sus emociones y acciones, junto con una falta de previsibilidad.

Tienen un comportamiento ideal y exagerado

Debes también estar atento/a, a los regalos que te harán, a veces un poco exagerados. Es más, te sentirás con un grado de incomodidad porque no los esperabas. Y esto tiene el inconveniente que no puedes dejar de responder ante esta actitud, por una cuestión de educación, vas a ser agradecido/a, aunque tal agradecimiento te esté descolocando, porque ni lo esperabas ni lo querías.

Son personas que cuesta entender

Me refiero a su nivel de conversación, ya que dan rodeos en vez de ir al meollo de lo que tienen que decir. Es frecuente que sean desordenados en su exposición, incluso con un grado de confusión que cuesta discernir lo que finalmente quieren expresar. No son claras por definición.

¿Qué debes hacer cuando hablas con alguien que no es de confianza?

Una vez que identificas a alguien que parece no ser confiable, ¿qué debes hacer? Afortunadamente, el lenguaje corporal es un buen indicador, pero hay otras cosas que puedes hacer:

– Mide tu nivel de seguridad

Es importante fijar cuál es tú nivel de seguridad, esto significa si al estar próximo a estas personas te sientes seguro/a o no. En el caso de que te sientes incómodo/a, simplemente – como se dice coloquialmente- “debes tomar distancia de este tipo de personas”, pero no por alejarte de ellas debes sentirte mal o con un cargo de consciencia. ¡No lo hagas porque ellas no la tienen respecto de ti!

– Hacerles preguntas para medir sus respuestas

Un buen ejercicio de prueba es hacerle preguntas para ver qué tipo de respuestas te dan, no solo el fondo, sino las formas. Y te aseguro que en esto las formas sí que importan. Por ejemplo, si le formulas una pregunta negativa, caso de que te diga cuáles fueron las cosas que le molestaron de su anterior trabajo y/o jefe que le llevaron a hacer un cambio, él/ella no esperaba esta pregunta sobre aspectos que tengas que describir desde la negatividad. Las personas que son mentirosas gran parte de su tiempo, tienen la tendencia también a exagerar las respuestas, en el sentido de que se prolongan más de la cuenta dando incluso detalles que ni se los has pedido ni importan para la respuesta concreta que se espera de ellos. De cómo gestionen la respuesta a esta o estas preguntas negativas te dará una buena pista sobre si la relación con esa persona, si bien no es tóxica todavía, tiene una alta probabilidad de serla.

Confía en tu instinto

Cuando una persona te repite con frecuencia que “yo son sincera” o “que yo soy honesta”, lo primero que debes hacer es desconfiar de ella. Casi seguro (alta probabilidad) de que te esté mintiendo o queriendo engañar. Las personas que no son de confianza confían en que escuches sus palabras en lugar de sus señales de comportamiento. Y si te digo que cuando las personas mienten cambia su tono de voz, la expresión de su cara no es la de siempre porque está forzando una imagen que quiere dar, entonces, tienes elementos para valorar la situación.

Tener un plan de respaldo

Al tratar con una persona que no es de confianza, debes ser amable y agradable, eso no cuesta nada, especialmente si eres una persona muy educada. Pero es conveniente de que tengas tu propio plan de respaldo. Si te han prometido que se ocuparán de traer unas pastas para la reunión que van a celebrar el cumpleaños de un miembro del equipo, más vale que con otro u otros miembros prevean contar con pastas como previsión a su incumplimiento.

Si quieres compartir conmigo tus ideas y reflexiones, puedes escribirme a jzunni@telefonica.net y me comprometo a responder a tus comentarios, exponiéndolos desde este espacio privilegiado que dispongo en “El Faro de Alejandría”.

Autor

Vicepresidente del FORO Ecofin y director de www.ecofin.es , CEO de www.demuestra.com, Presidente del Instituto Ecofin de Liderazgo, coordinador académico de la Red e Latam del grupo Media-TICS. Puedes enviarme comentarios y consultas a jzunni@telefonica.net