Hay señales que nos indican que estamos tratando con una persona confiable. Y en lo que a ti concierne, cuánto tienes de seguridad sobre lo que las demás personas así te consideran: que eres de confiar.
Y si prestas atención a lo que te detallo a continuación, en los hechos te estarás haciendo un test a ti mismo/a, querido lector/a, sobre cómo te estás viendo tú y qué piensas sobre cómo te ven los demás en cuanto a tu merecida confianza. Esa que crees que los demás deben de tener en ti.
Por ello, te sugiero que te concentres unos minutos para ver si te convences a ti mismo/a que vas por el buen camino en tus relaciones interpersonales, tanto en tu ámbito laboral y profesional como en el personal.
Acciones que realizamos y palabras que decimos que nos delatan (nos premian o nos castigan) en cuanto a si puedes incluirte en la categoría de personas confiables:
1º) Demuestran ser coherentes, o podemos decirlo de otra manera: ven siempre una consistencia en sus actos y también en sus palabras.
Por regla general una persona confiable utilizará aproximadamente el mismo comportamiento y lenguaje en cualquier situación.
2º) Cumplen su palabra, aunque sientan la tentación de dar un paso atrás. Porque son personas de carácter.
3º) No son falsos ni se escudan detrás de una máscara.
Jamás pretenden ser frente a determinada persona o grupo lo que no son. No les interesa, más bien les asusta impresionar a los demás. Mantienen su autenticidad en todo momento.
4º) Son humildes y siempre se muestran compasivos
Estas virtudes de la humildad y la compasión son características de personas que no se sienten superiores a los demás. Se ven siempre en un estricto plano de igualdad. Les molesta la desigualdad entre compañeros de trabajo, por eso la defienden, porque en el fondo saben que todo trato desigual lleva a situaciones de injusticia hacia un ser humano.
5º) Les preocupa el entorno y los objetivos que se han fijado en su vida
No tienen la intención de pasar por encima de otras personas para alcanzar ninguna meta. Están en contra de esa forma de actuar de muchas personas y líderes, de que “el fin justifica los medios”.
6º) Respetan el ámbito privado y ese espacio muy personal que todos tenemos
Ni quieren imponer su voluntad a los demás, ni tampoco sienten la necesidad de controlar a las personas de su entorno, sea en el laboral o en el personal. Y esto se basa en su firme convicción de creer en la libertad de las personas, en lo que hacen y dicen. En lo que piensan y sienten.
7º) Siempre asumen un compromiso y no esperan algo a cambio de nada
En la vida, cada día tenemos que hacer sacrificios, no solo por nosotros y la familia, sino también por los demás. Son situaciones que se presentan a diario, por ejemplo, en la empresa en la que una persona desarrolla su carrera profesional, lo que le lleva a hacer pequeños sacrificios, porque reconoce que para ser confiable y que denote confianza su actitud con sus compañeros y jefes, debe demostrar que reconoce que para que esto sea posible también debe confiar en los demás. Que la confianza es un camino de doble dirección, y que lo que hoy hace por alguien, mañana lo estará recibiendo de igual forma o ampliado.
Están dispuestos a dar un poco para recibir algo a cambio más tarde. Y cuando solicitan algo, es matemático que saben perfectamente la importancia que tiene el valor de su petición, lo que representa para su equipo y su persona (no lo hacen solo basado en el interés personal) a sabiendas que los beneficios derivados de su forma de actuar tampoco serán inmediatos.
8º) Son personas que siempre están demostrando serenidad
Una calma típica de cuando nos sentimos relajados, con esa satisfacción del deber cumplido, sea un hecho o una palabra empeñada.
Su tranquilidad emana de la seguridad que tienen en sí mismas estas personas, por su autenticidad, porque no tienen que estar fingiendo. Porque cuando quieres demostrar lo que no eres, nuestra mente y también nuestra expresión corporal está haciendo un esfuerzo por fingir una situación o realidad que no es tal. Esto produce intranquilidad y ansiedad. Justamente, lo opuesto a lo que una persona confiable hace.
Además, nunca se guardan “una carta en la manga” porque no tienen nada que esconder. Aborrecen este tipo de actitudes. Son íntegros en los pequeños gestos y detalles al igual que en los actos más importantes en los que participan. Esa es la consistencia a la que aludíamos.
9º) No solo gestionan bien su tiempo, sino que respetan el de los demás
Saben el valor que tiene para cualquier persona que se le dé el lugar que le corresponde, empezando por ser puntuales en las citas, o la entrega de un trabajo, o algo que se le ha prometido a otra persona. No intentarán apresurarse ni alargar las cosas para su propio beneficio. Si algo odian, es la especulación. Les gustan las cosas concretas.
10º) Siempre son agradecidas
En los ámbitos laborales las personas confiables están dispuestas a admitir que no pueden hacerlo todo solas y valoran el trabajo en equipo. Están convencidas de que hay que compartir y colaborar. Dan crédito a quien lo merece, incluso si eso significa que ellos mismos no avanzan tan rápido ni brillan tanto.
En su esfera personal, agradecen cualquier pequeño gesto, no solo los regalos, que es lo que siempre agradece todo el mundo, sea o no una persona confiable. No les interesa tanto si hay algo material de por medio, como lo que representa un ascenso en el trabajo, o la mejora de su casa gracias al apoyo de un familiar. Más les importa el significado del gesto de apoyo que concretarlo en la práctica.
11º) Su capacidad de renunciamiento
Renuncian a todos los hechos, aunque les duela, porque por encima de todo les preocupa su prestigio y la verdad de sus actuaciones. Que se les siga valorando por su integridad, demostrada por una renuncia a tiempo, sin especulaciones, incluso con su propio perjuicio, antes que manchar su nombre y levantar voces críticas. La verdad y la transparencia son importantes para las personas confiables. No mentirán por omisión ni manipularán datos.