Impregnada en mis recuerdos, paseo por la senda de mis pensamientos, donde encuentro alegrías pero también obstáculos. Por eso hoy os hablaré de lo que significa para mí la vida y los reveses de esta.
¿Qué es la vida?
Interiormente, me he hecho tantas veces esta pregunta, que al final del día acabo hallando la respuesta. Para mí la vida es algo tan simple como una silenciosa mirada, que nos recuerda sin decir nada algunos valores de esta. Pienso que uno de los valores más importantes para la mayoría de nosotros es la familia. Esa unión especial que nos hace invencibles, cada miembro con sus virtudes y defectos. Pero con una conexión inigualable, única, diferente, llevándonos a todos por el mismo camino, a un principio, sin fin, al amor que sentimos por nuestros seres queridos.
Hay un gesto que a mí me llena de fortaleza, algo visible e invisible para quienes ven pero no observan. Algo tan humilde como una bonita sonrisa o la mirada cómplice de mis amigos a quienes muchos llamo familia.
La vida está llena de quizás, de imprevistos, de penas y alegrías. Un sendero a veces empedrado, que se allanaría con un sincero: Te quiero.
Envuelta en mis silencios, siento que la vida es: Solo lo que nosotros queramos que sea.
Muchas veces nos apoyamos en el destino, usamos una excusa ilógica e inexplicable, dejando que nuestros miedos caminen por un futuro imaginario que nosotros mismos hemos creado. Tiritamos sin motivo, sin molestarnos en buscar el verdadero significado de la vida. Cometemos el error de aislar lo verdaderamente importante, de omitir nuestros sentimientos, metas e ilusiones, actuando como robots programados, con una agenda diaria, monótona. Volviendo quebradizo a nuestro corazón que espera en silencio recuperar sus latidos, unos latidos que solo nosotros podemos reanimar abriendo el baúl de nuestros recuerdos. Retrocediendo a nuestra infancia, donde la inocencia de la niñez transmitía vida a través de nuestra mirada.
¿Por qué dejamos que nos dominen nuestros miedos? ¿Por qué no los combatimos?
Seguramente porque no nos hemos parado a pensar en que la vida no es un laberinto. Sí, es complicada, no lo niego, pero es tan bonita que lo difícil es fácil, lo imposible es posible y la vida siempre será vida.
Hace treinta y dos años, mi vida daría un revés inesperado.
Ya no vería las nubes tan cerca,
Ya no era tan fácil sentir las caricias del cielo.
Sin saberlo tendría que aprender a caminar de otra manera. No es un chiste de un monólogo, no son bromas positivas que acompañan a mi sonrisa. Quiero hablaros de este revés porque no tendría lógica escribir, de reveses, de lucha, de vida, sin haberlo experimentado en primera persona.
Era una mañana como otra cualquiera e incluso soleada. Sin embargo, no iba a ser mi mañana, nublando una información inesperada gran parte de mi vida.
Aquel amanecer, donde mis ojos brillaban llenos de vida, se convirtió en un día de lluvia, hasta las lágrimas de las nubes nos acompañaron. Pese a eso, el ambiente no se mostraba entristecido. Pero ese día en que la vida me enseño que no volvería a caminar, que el destino había decidido que mi vida transcurriera en una silla de ruedas, entendí el verdadero significado de los reveses de la vida.
Mi alma de niña se convirtió en mujer inesperadamente. Fue entonces cuando sentí en mis adentros que amaba vivir. Sin importarme que mi situación actual hubiera cambiado. Entendí que el miedo a lo desconocido había ensalzado en mí una fuerza que desconocía, agarrándome con fortaleza a la vida.
Aprendí que para volar no hay que caminar.
Conseguí valorar cosas que desconocía.
Descubrí que quería vivir.
Resaltando el valor de una sonrisa, la suavidad de un beso, el sentimiento de una caricia, sumergida en un mundo paralelo, me di cuenta de que eso era la vida.
Hoy en día me siento afortunada, porque quizás si no hubiera tenido que aprender a convivir con una enfermedad rara, con la nueva vida que me deparaba «mi destino» no hubiera entendido tan pronto el verdadero significado de la vida.
Para mí la vida son:
Multitud de emociones escondidas, sonrisas incomprendidas, silencios a veces necesarios, latidos que nuestras lágrimas resaltan emocionados, amor que a veces no entendemos, pero anhelamos, cariño que en ocasiones no esperábamos, familia, amistad y un sinfín de sentimientos.
Estos son mis eslabones particulares, qué unidos llenarán mi vida de sensaciones inolvidables. Cada uno de nosotros encontrará el significado de su vida en sus vivencias, siempre y cuando escuchemos la voz interior del alma, no hay nadie más sabia que ella.
No soy psicóloga ni pretendo serlo, aunque ojalá con mis palabras, consiga transmitiros que aunque la vida no es de color de rosa, es hermosa.
Dejad que vuestros pies cansados caminen, escuchad los latidos de vuestro corazón recuperando el aliento necesario para vivir y sentir la vida.
¿Qué es la vida
No lo sé, pero quiero vivirla.
Se agradece poder leer estas palabras que sabedores de la crudeza de la vida, pinta de colores nuestras esperanzas y anima a componer una melodía de vida con esperanza, más alegre y esperanzadora.
Gracias.
¡ Muchas gracias! Mi mayor regalo es poder llegar al corazón de todos vosotros.