No llores más mi pequeña rosa,
baila al son de tus cabellos.
Lágrimas cristalinas mojan tu alma,
tus senos mudos y bellos.
Suave tez cálida en el viento,
hoy dejaste de llorar.
En brazos de un desconocido,
decidiste volver a amar.
No llores más mi pequeña rosa,
te susurro él al despertar.
Le miraste en silencio,
te besó y evitó verte llorar.
¿Por qué te cuidaba ese hombre?
preguntaba tu interior.
Tu cuerpo esbelto desnudaba,
haciéndote fiel el amor.
No llores más mi pequeña rosa,
no me conoces, pero te voy a amar.
Tus lágrimas resbalan airosas,
tu alma voy a acariciar.