Presentación de la revista Uteopía de Topas en el Centro Penitenciario de Salamanca. Un sueño hecho realidad, un trabajo, un esfuerzo, una ilusión. Una libertad anhelada, gritos silenciosos impresos en un papel.
El 10 de mayo tuve el honor de asistir a la presentación del primer número de una revista diferente, escrita por los chicos que están cumpliendo su penitencia en prisión, pude ver el brillo de las miradas de los internos del Centro Penitenciario de Topas, un lugar donde parece que los sueños no se cumplen, pero a veces hasta donde la oscuridad parece que no deja entrar un rayo de luz en sus vidas, los latidos de la fuerza de sus corazones unidos son más fuertes y hacen realidad esa libertad de su interior que anhelan.
No intento ensalzar el contenido de esta revista, ni endulzar la vida, pero os aseguro que es impresionante leer cada uno de sus artículos, entrevistas, poemas, noticias, etc. un trabajo que parece hecho por auténticos profesionales, su tacto y delicadeza al expresarse llega al corazón de los lectores, entre ellos a mí.
Mi presencia allí, era para aconsejarles, ayudarles y dedicarles algunas palabras, os aseguro que no pude por menos que sentirme orgullosa. Como les dije: el motivo es simple, hace unos meses compartí con los internos del Centro Penitenciario de Topas una mañana literaria, fue una experiencia maravillosa, mi misión allí era fomentar su interés hacia la lectura, sus beneficios y lo que podría llegar a curar su alma si plasmaban sus letras en un papel. No sé si este logro tan grande ha sido a raíz de mi anterior visita o la de otras compañeras escritoras, pero quiero pensar que un granito de arena sí he aportado.
Ha sido un día tan intenso y especial, que la verdad no solo brillaron sus ojos, sus miradas, sino también la mía, porque siento este sueño cumplido como mío, no es fácil recuperar una pizca de ilusión entre rejas y todo tiene que ser aprobado, lo difícil no es tener iniciativa, sino poder llevarla a cabo.
Humildad es la palabra correcta, no todo el mundo tendría la capacidad y la valentía de mostrar su rostro estando en prisión, pero ellos la han tenido y es algo que valoro y admiro.
Sé perfectamente que muchas personas no entenderán lo que expreso, porque estarán pensando «si están en prisión algo han hecho» algo que no puedo debatir, es la realidad. Pero, si tuvierais la oportunidad de pasar unas horas allí con ellos/as como yo, no veríais chicos/as que están cumpliendo una condena, veríais personas, arrepentimiento, lucha, si lucha por salir adelante, por reconducir su vida en libertad y obtendríais respuesta a muchas de vuestras preguntas e incluso cambiaría la percepción que tenéis sobre las personas que allí cumplen penitencia.
Nunca he sido una persona de juzgar a nadie, para eso están los jueces, jamás había estado en el interior de una prisión con sus internos. Os puedo decir que no me arrepiento ni un segundo de haber conocido esa parte de la vida, que no todo el mundo puede. A internos de los cuales algunos conozco su historia, relatos reales que han llegado a mi corazón y que pronto llegarán al vuestro.
Ahora me dirijo a los chicos/as del Centro Penitenciario de Topas, sé que me van a leer. El módulo de UTE es una oportunidad que no podéis desaprovechar, espero que la reflexión de nuestro proyecto juntos sea, que muchos de vosotros habéis aprendido a volar en libertad, porque eso solo significará una cosa y es que os habéis rehabilitado con las terapias.
El resto de los asistentes disfruto de las palabras de varios de los trabajadores, de música clásica y moderna. Sin embargo, yo disfruté de ver como luchan los internos por salir adelante, de sus logros, de verles crecer desde mi anterior visita allí y sé que podré disfrutar de un segundo número de la revista «Uteopía de Topas» me llevo conmigo el cariño con el que siempre me tratáis y deseo que podáis reinsertaros de nuevo en la sociedad.
Gracias a Carmen Cabrera (educadora en el Centro Penitenciario de Topas) por contar siempre conmigo, por tu cariño hacia mí y por tantos momentos inolvidables juntas y por invitarme a vivir este logro tan maravilloso tanto de los internos, como de los que a diario trabajáis terapias con ellos. Gracias a todos los internos por invitarme a participar en la presentación del primer número de la revista Uteopía de Topas, por regalarme un ejemplar de la primera publicación, por el precioso marcapáginas que también me regalasteis, hecho con vuestras manos y sobre todo gracias por el cariño con el que siempre me tratáis y vuestra admiración hacia mi persona.
«La vida nos sorprende, nos embauca con sus encantos, pero también nos enseña que para volar primero hay que aprender a aterrizar»