Una pantalla nos separa

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“Tan sólo” una pequeña línea imaginaria que une tu móvil con el mío, tu ordenador con el mío, tu tablet con la mía.

Tan sólo una pantalla la que nos separa de la luz del sol, del cielo estrellado coronado por la Luna.

Mi luna. Nuestra luna.

Tan sólo una pantalla nos separa del cara a cara que tan nerviosas nos pone.

Una pantalla nos separa.

La tecnología llegó para quedarse.

Para hacernos las cosas más fáciles, nos dijeron. Pero, a veces, las vuelven imposibles depende para quién y para qué.

Como todo en esta vida, depende del uso que le demos nos servirá para bien o para mal.

Depende de si acompañamos en ese aprendizaje lograremos sacar la mejor rentabilidad y mejores personas.

Una pantalla nos une a pesar de los kilómetros de distancia que separa nuestros cuerpos.

Pero la tecnología (dejemos de llamarla “nueva”) nos facilita el contacto, el saber de la otra persona, el ver la cara, aunque sea a través de una pantalla.

Te puedes mostrar tal cual eres, sin tapujos, sin medias verdades, sin velos… O ser un alma atrapada en una continua mentira; un lobo con piel de cordero que acecha a su víctima para devorarla sin compasión cuando baje la guardia.

¿Qué elijes?

¿Cómo te comportas tras la pantalla?

Yo apuesto por el buen uso. Por sacarle el máximo rendimiento a esta tecnología que nos absorbe, sin olvidar, sin dejar de lado el viejo papel y boli para escribir una nota que llegará por correo postal más pronto que tarde.

No son cosas incompatibles.

Una pantalla puede unir fronteras, ideas, fuerzas, corazones y almas…

Una pantalla puede crear el deseo de conocer a alguien en persona, de volver a verla otra vez, de crear un vínculo más estrecho y cercano; pasar de lo virtual a lo analógico; de convertir lo moderno en vintage; de arriesgar.

Una pantalla nos separa, pero no impide largas conversaciones, confidencias, compartir ideas, buscar apoyo…

¿Serás capaz de romper esa barrera virtual, saltarla y lanzarte al vacío de la realidad de carne y hueso?

¿Podrás atravesar la pantalla y demostrar que aún tienes esas habilidades sociales que creías perdidas?

Sólo hay que confiar en lo que te dice el alma y comportarte en la vida real como lo haces en la vida virtual. Sin medias verdades. Transparente.

Lánzate al vacío con red. Compra ese billete y…

Deja a un lado la tecnología y vive en el mundo real, seguro que te sorprendes.

Los libros “Pulsaciones” y “Latidos” están escritos a cuatro manos por Javier Ruescas y Francesc Miralles.

Autor

Doctora en Derecho y Ciencias Sociales por la UNED, Licenciada en Derecho por la USAL, Máster en Derechos Humanos y Máster en Malos Tratos y Violencia de Género por la UNED. Técnica de proyectos en prevención y sensibilización en materia de igualdad, violencia de género y sexual.