La verdad es que siempre soy crítico con esa llamada a la épica que siempre se hace cuando parece que llegan las últimas oportunidades, cuando se alcanza la línea que separa el éxito del fracaso. En realidad, separa la línea entre el hacer lo que corresponde y el fracaso. Pero parece que a este Salamanca UDS, no sé si fomentado desde dentro, le gusta apelar a la misma. No creo que eso signifique gran cosa. No creo que una afluencia determinada de público te asegure la victoria. De hecho, el año pasado lo vimos. Un Helmántico con más de quince mil espectadores y fue el Sant Andreu el que lograba el ascenso. El ‘centenariazo’ del Real Madrid. Hay mil ejemplos de ‘días de mucho, vísperas de nada’.
Yo soy más de hacer los deberes y de ir adelantando trabajo para el final. Tengo comprobado que, en la mayoría de los casos, si cada tarde dedicas un poco de tiempo para hacer los deberes y repasar la lección, ni necesitas hacerlos ‘a prisa y corriendo’ antes de ir al colegio, con los ojos ‘legañosos’ y sin atención; ni tienes que darte la ‘panzada’ a estudiar la noche antes del examen.
Lo malo es que no lo comprobé por mí mismo. Fui de los segundos, y es algo que siempre arrastré.
Por eso no entiendo cómo hay gente que defiende lo de vivir en el alambre. La mayor parte de las veces no da beneficio y el Salamanca UDS conoce bien las consecuencias. Luego se pueden analizar mil cosas, pero es un equipo que vive en el filo y que, desafortunadamente, en los últimos años se ha cortado bastantes veces.
Y, aunque haya hecho esta introducción, tampoco estoy apelando a ninguna épica. Apelo a hacer las cosas bien. A ser un equipo serio. Si ha sido serio en alguna fase de algún partido de pretemporada, pues a serlo durante casi todo el partido.
Y es que se juega mucho este miércoles en la final Regional de la Copa Federación ante el Numancia. Muchos quieren vender al conjunto soriano como si fuera el Milan de Arrigo Sacchi, pero no. Es un equipo que tuvo su momento y que ahora deambula por lo que siempre fue la Segunda B lejos de aquel ‘matagigantes’ de Lotina. En este caso está en Segunda RFEF, así que tampoco tiene por qué asustar a nadie. Bueno, si pensamos que el Guijuelo, de la misma categoría, ‘mojó la oreja’ a los blanquinegros hace unos días, pues podríamos dudar del Salamanca UDS. Pero es que, si dudamos ahora, mal empezamos. Además, si ahora comenzamos a decir, como ya hemos oído, que la Copa Federación no es una prioridad cuando desde el club se ha tachado como tal, estaríamos incurriendo, en mi opinión, en un grave error. Llevo toda la pretemporada exigiendo al Salamanca UDS. A los jugadores a que saquen toda la calidad que tienen, que en el caso de una decena de jugadores es mucha; y al club en completar una plantilla que apunta, pero que tiene carencias que, por desgracia, se irán viendo a lo largo de la temporada. Como se verán jugadores que acabarán siendo bultos sospechosos en el campo. Esos jugadores que “cumplen”, acaban no dando la talla en un equipo como el Salamanca UDS. Así ha sido siempre por mucho que nos fastidie. No basta con cumplir. No basta con hacer alguna aparición en ataque, no basta sólo con tener buena posición ofensiva en ocasiones. Los jugadores y el Salamanca UDS tiene la obligación de luchar por todo y no ser nunca inferior a nadie y, si en alguna ocasión cae derrotado, que no sea sin derramar ‘sangre, sudor y lágrimas’. Y los jugadores de más calidad deben tapar a los de menos para evitar que aparezcan ‘bultos sospechosos’.
Pero también es cierto que el de este miércoles no es un partido cualquiera. Es ‘el partido’ y aquí hay que ganar como sea. Es una finalísimo y aquí lo que importa es aprobar el examen. Llegar al cinco… aunque sea copiando alguna respuesta del compañero de pupitre de al lado.
Nos podemos poner ahora a hablar de otras cosas. Podemos ponernos todas las vendas que queramos antes del partido. Podemos pensar en todo lo que queramos. Pero al Salamanca UDS sólo le vale ganar mañana. Y si estuviera el mismísimo Milan de Arrigo Sacchi enfrente, les diría lo mismo. Exigencia y auto exigencia máxima siempre. Todo lo demás sería buscar excusas, y más si se hace a priori. Porque ya conocen esa frase de ‘excusatio non petita accusatio manifesta’. Ya habrá tiempo de analizar después. De momento, sólo hay una verdad y solo hay un camino, el de la victoria. Y todo lo que no sea ganar… Califíquenlo ustedes.
