Salamanca vive este sábado un gran día de fútbol. De esos en los que, quien más, quien menos tienen cierta expectación. El motivo no es otro que el derbi entre la Unión Deportiva Santa Marta y el Salamanca UDS, los dos representantes charros en Tercera RFEF. La verdad es que se podría hablar de un derbi de última categoría, pero es que un derbi siempre tiene algo que convierte al encuentro en especial y, en esta ocasión, lo demuestra el hecho de que las aproximadamente 600 entradas que estaban a la venta se agotaron en poco más de un par de días, o lo que es lo mismo, que el San Casto vestirá sus mejores galas porque a la ‘avalancha’ blanquinegra se unen sus siempre fieles aficionados.
Pero si colorida va a estar la grada, también lo estará el césped, con dos equipos que llegan imbatidos. El Salamanca UDS como líder, único equipo que ha sido capaz de ganar los dos encuentros disputados. El Santa Marta, como siempre, tirando de oficio, suma dos empates.
En el recuerdo reciente está el amistoso de pretemporada en el que los tormesinos ‘mojaban’ la oreja a los de María. Sí, claro, ya sé que esto es otra historia, pero el plus de motivación que eso puede dar a los locales puede ser importante, si bien, por el otro lado, el Salamanca UDS tendrá cierta ansia de revancha, no más importante que los tres puntos que hay en juego y la opción de seguir con un gran arranque de temporada.
Será el choque de dos equipos que representan dos conceptos totalmente distintos, tal y como ya apuntábamos con motivo del choque de pretemporada. Los locales son el paradigma de un equipo de cantera. Son muchos años ya los que el club se retroalimenta. Desde que hace más de veinte años dieran el salto a Tercera por primera vez en su historia, el club ha experimentado un importante crecimiento. Durante años, incluso, fue todo un referente a nivel regional. No quiere ello decir que estén mucho más abajo, pues la línea es bastante estrecha, pero es cierto que tuvo temporadas en las que estuvo en lo más alto del fútbol regional. En Tercera es un equipo totalmente consolidado. Siempre han asumido su lugar. De hecho, cuando han tenido que bajar a Regional, lo han sabido entender siempre como un proceso a futuro. En los últimos años, la presencia de jugadores jóvenes y formados en la cantera se ha convertido en una seña de identidad. Quizá eso hace que le cueste más adaptarse a la categoría, pero también da mayor mérito a sus resultados. Cuenta, además, con jugadores de gran calidad, llamados a seguir creciendo.
Frente a ellos se encuentra el Salamanca UDS, un equipo construido a base de jugadores profesionales. De hecho, apenas tres continúan de la pasada temporada. El resto son futbolistas jóvenes en su mayoría, pero con amplia experiencia en categorías superiores. Si el objetivo tormesino es la permanencia, el de los blanquinegros no es otro que el ascenso. Después de tres temporadas caóticas y dos bajando de categoría, sus responsables han decidido volver a los comienzos y apostar por un técnico que conoce tanto la idiosincrasia de la afición (el gran valor del club) como la categoría, María Hernández. Curioso porque en su anterior etapa salió de una forma bastante extraña, pues lo destituyeron cuando el equipo iba líder, sólo había perdido un partido y era el máximo goleador y el menos goleado. Sin embargo, el fútbol da muchas vueltas y, al final, han apostado de nuevo por él.
De momento, no pueden ir mejor las cosas al conjunto charro, que ha sumado dos victorias en otros tantos encuentros y es líder en solitario de la categoría, confirmando todos los pronósticos y dando una alegría a una afición que esperan recuperar. De momento, 2000 abonados parecen haberse enganchado y, de seguir la tónica de resultados, es probable que esa cifra creciendo.
Sin embargo, cada partido es un mundo y las espadas estarán en todo lo alto hasta que el sábado, a partir de las 17 horas uno de los dos equipos sea capaz de doblegar a su rival. Lo que parece claro es que ya hay un ganador, el fútbol. Esperamos que Salamanca disfrute de él.
