El análisis sobre el test de inteligencia emocional (Parte VI)

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Continuamos hoy con nuestro serial de inteligencia emocional, que retomamos a partir del El análisis sobre el test de inteligencia emocional” (Parte V) del pasado miércoles 31 de agosto y consecuentemente, abordamos hoy otras dos interesantes preguntas del test de inteligencia emocional que explicamos a continuación y que figuraban en la Parte I  Cómo sacar partido a un test de inteligencia emocional”:

Otro tipo de preguntas complementarias

1º) Mis emociones generalmente tienen:

  • un fuerte impacto en la forma en que me comporto.
  • poco o ningún impacto en la forma en que me comporto.

O sea que, si estructuramos en una sola pregunta puede ser: ¿cómo pueden las emociones influir en tu comportamiento?

Las emociones tienen una influencia sustancial en los procesos cognitivos de los seres humanos, incluida la percepción, la atención, el aprendizaje, la memoria, el razonamiento y la resolución de problemas. Especialmente es muy fuerte la influencia de las emociones cuanto estamos atentos (prestando atención), que nos lleva a su vez a modular la intensidad de la atención que estamos mostrando y nos motiva en cuanto a las acciones que emprendamos (nuestra reacción ante hechos, palabras, etc.), y por supuesto que condiciona nuestro comportamiento.

Es el caso cuando un jefe de equipo se dirige al grupo que coordina y explica las nuevas responsabilidades que tendrán que asumir en un proyecto que se pone en marcha. Sin duda, si en ese momento uno de los miembros del equipo no tiene confianza en que finalmente permaneceré en este grupo de trabajo y que pueda ser trasladado a otro sector de la empresa, o incluso, miedo a que rescindan su contrato, su nivel de atención estará muy restringido porque en el momento en que presta atención a lo que explica el jefe, se está llenando su mente de posibles situaciones que se le van a presentar (pensamientos negativos) que le están condicionando sus emociones. Es un caso típico en el que se manifiesta cierta tensión porque la persona en estas circunstancias tiene una inseguridad sobre su futuro, lo que le crea un estado de ansiedad que no es bueno justamente para poder prestar toda la atención que requiere el momento.

¿Cómo influyen tus emociones en tus acciones y decisiones?

La toma de decisiones emocionales puede afectar no solo el resultado de la decisión, sino también la velocidad a la que se toma. Los estados emocionales de enojo (y en general estados de ánimo negativos) pueden conducir a la impaciencia, con el agravante de que nos precipitemos al tomar la decisión, no contando con todos los datos.

Y esto es lo que hace tomar decisiones sin haber considerado todas las consecuencias (implicaciones tanto tuyas como la de otras personas de tu entorno). Lo que sí es cierto, es que, si eres una persona con gran confianza en ti mismo y en tu futuro, sea un motivo de precipitar con frecuencia la toma de decisiones porque te sientes seguro de lo que haces. En este tipo de situaciones está pesando tu experiencia y conocimiento del trabajo, circunstancias que se han dado en el pasado, etc. Pero igualmente, deberías siempre sopesar la toma de decisiones cuando una cuota importante de las mismas se basa en emociones y no tanto en elementos racionales como datos, información, opiniones de expertos, etc.

2º) Generalmente me guío por:

– mis metas y valores.

– otros objetivos y valores.

Afirmamos entonces que generalmente te guías por tus metas y valores. Vamos a aclarar qué entendemos por valores, un tema excesivamente tratado y no necesariamente bien explicado para que puedas comprender el papel que realmente juegos los principios y valores, no solo en la toma de decisiones, sino en toda tu vida.

Tanto en los momentos en los que tienes que hacer un análisis crítico de un problema sobrevenido que hay que resolver en el departamento porque corresponde a una de tus funciones, y te están pidiendo que quede resuelto esta cuestión antes del mediodía que es lo que se ha comprometido (la empresa) con el cliente.

Evidentemente en este tipo de decisiones hay una carga emocional, pero mínima, porque la cuota mayoritaria de decisión está condicionada por elementos tangibles como producto, servicio, servicio post-venta, atención al cliente, etc. Sin duda, que tener un límite de hora para resolver la situación genera tensión y puede ponerte nervioso. Aquí es en donde entran los factores emocionales, del cual como venimos explicando en este serial, tu estado de ánimo dependerá de cómo estás racionalizando la respuesta que debes dar (tu know-how sobre la materia) y la confianza que tienen en ti mismo por haber resuelto una infinidad de situaciones similares en el pasado.

O sea, que como se dice coloquialmente “tus ondas son positivas” porque responden a que no estás teniendo esos pensamientos negativos que te dicen “¿estaré en condiciones de terminar en hora y con todo bien resuelto?”.

Pero hasta aquí has actuado según conocimientos, experiencia, formación y capacidad resolutoria (el nivel de autonomía que te da la empresa) y gestionado bastante bien las emociones, por las razones ya señaladas.

Pero ¿cuál es el rol entonces de los valores? En primer lugar, debes tener bien claro qué son los valores. Pueden definirse como que son las cosas que tú crees que son importantes en tu vida, en la forma que te comportas, tu responsabilidad hacia tu familia y el trabajo, todas estas señas de identidad que determina el carácter de una persona. No solo en cuanto a la acepción del término “esta persona goza siempre de buen carácter”, sino que es mucho más profundo: es cómo eres percibido por los demás, más próximos a ti (familia y amigos) o los que corresponden a tu entorno laboral (compañeros, jefes, etc.).

Cómo te ven: si te están viendo como una persona seria, responsable, que siempre tiene buen humor, que se comunica bien con los demás (buenas relaciones interpersonales), y que además se te conoce como una persona de palabra, que no miente, que es de confianza. O sea, la personalidad que está siendo percibida por los demás y que la consideran (a ti) que es confiable, sensible, que se preocupa por el trabajo y los compañeros, que tiene un compromiso con la empresa, etc.

Estos valores en los que tú crees son los que deberían determinar tus prioridades y, en el fondo, son probablemente las medidas que uses para saber si tu vida está saliendo como quieres que salga.

Cuando las cosas que haces y la forma en que te comportas coinciden con tus valores, la vida suele ser buena. Te sientes satisfecho y contento. Pero cuando lo que haces y dices no se alinean con tus valores personales, por el motivo que sea, es cuando las cosas terminan haciéndote sentir mal, también pudiendo afectar a personas de tu entorno, lo que sin duda puede ser una verdadera fuente de infelicidad.

Por eso es tan importante hacer un esfuerzo consciente para identificar tus valores. Y los valores que tú tienes, que están en ese “mapa mental” que opera en tu cabeza, no solo deben existir, sino que tienen que ser reconocidos por ti en todo momento, para actuar en consecuencia. La vida puede ser mucho más fácil cuando reconoces tus valores y cuando haces planes y tomas decisiones que los respetan.

Es evidente que toda persona valora a su familia. Pero también es cierto que tiene que trabajar muchas horas por semana porque justamente asume siempre la responsabilidad y seriedad en su trabajo para dar lo mejor a esa familia que venera. También es verdad que cuando debes emplear tantas horas de trabajo fuera de casa, sumándole quizás viajes, te tiene que producir un conflicto personal (aunque no lo demuestres) por no poder estar dedicándole el tiempo que quisieras a los tuyos. Es un conflicto interno. Tienes que procurar superarlo pensando positivamente que el esfuerzo que están haciendo hoy será recompensado mañana, no solo por tu empresa, sino lo más importante para ti que lo haga tu familia. Esas cosas que no se dicen, pero se sienten.

Comprender tus valores de será de gran ayuda

En este tipo de situaciones, comprender tus valores realmente puede ayudarte. Cuando conoces tus propios valores, puedes usarlos para tomar decisiones sobre cómo vivir tu vida y puedes responder preguntas como estas:

– ¿Debo realmente seguir este ritmo de trabajo y por cuánto tiempo? O ¿quizás no sea prudente aceptar la promoción que me están ofreciendo porque alterará aún más, el poco tiempo que le dedico a la familia?

– A lo mejor debes plantearte si es tiempo de iniciar tu propio negocio, lo que te de esa libertad que te está faltando y que tus valores te están exigiendo.

Por tanto, debes tomarte el tiempo y muy seriamente para comprender las verdaderas prioridades en tu vida y podrás determinar la mejor dirección para ti y tus metas en la vida.

Y en el momento en el que te detienes a hacer una reflexión y quieres redefinir tus valores para que no haya nada que en tu vida se te escape, manteniendo los tuyos tradicionales (esos principios a los que te aferras) e incorporando nuevos que has ido descubriendo en los últimos tiempos, como que también son importantes para ti, es el momento en el que terminarás descubriendo lo que es verdaderamente importante para ti. Una buena manera de comenzar a hacer esto es mirar hacia atrás en tu vida, para identificar cuándo te has sentido realmente bien y seguro de que estabas tomando buenas decisiones.

Para ello hay que saber dar unos pasos que te aconsejo te serán de gran utilidad:

  1. a) Identificar los momentos en los que fuiste más feliz

Esto debe abarcar tanto el ámbito personal como laboral. Tienes que tener una serie de momentos inolvidables, llenos de alegrías que ocurrieron en tu vida profesional y en tu esfera privada. Debes poner en tu memoria (visualizarla en el presente) cosas que ocurrieron que fueron motivo de alegría y esperanza, que te reconfortaron el alma, que te sentiste más unido a tu gente, y al traerlos estos recuerdos al día de hoy, se refleja una sonrisa en tu cara, que solo tú sabes a qué se debe. Estás recordando y viendo hoy al mismo tiempo, imágenes de cosas y personas que contribuyeron a tu felicidad.

  1. b) Identificar los momentos en los que te sentiste más orgulloso

Debes recordar por qué estabas orgulloso. También si compartiste este orgullo con otras personas de tu entorno. Qué otros factores recuerdas que concurrieron para que tuvieses ese sentimiento de orgullo.

  1. c) Identificar los momentos en los que te has sentido más realizado y satisfecho

¿Cuáles fueron los deseos que no se cumplieron y cuáles sí? ¿Qué necesidades recuerdas que tuviste en ese momento de orgullo y satisfacción que fueron cumplidas? ¿Cómo y por qué la experiencia vivida dio sentido a tu vida?

  1. d) Determinara cuáles son tus valores principales teniendo en cuenta esas experiencias de satisfacción, orgullo y felicidad que tuviste en el pasado

Si quieres preguntarte a ti mismo ¿por qué cada experiencia es verdaderamente importante y memorable? solo encontrarás la respuesta a través de este proceso de identificación de tus valores, reacomodación de los mismos en función de experiencias del pasado e incorporando las del presente que requieren de un acomodamiento de tu mapa mental. En definitiva, a media que vayas aprendiendo cada vez más tus habilidades de meditación y reflexión, más fácil te será encontrar esos nuevos valores que debes incorporar a ese interior con el cual te comunicas, para que también se combinen con los tuyos (tus valores tradicionales).

  1. e) Prioriza tus valores principales

Este paso es probablemente el más difícil, porque tendrás que mirar muy dentro de ti. También es el paso más importante, porque, al tomar una decisión, tendrás que elegir entre las soluciones que puedan satisfacer diferentes valores. Aquí es cuando debes saber qué valor es más importante para ti.

Un buen ejercicio intelectual que puedes hacer es escribir en una lista los que a fecha de hoy consideras tus valores principales, aunque estén en una lista de manera desordenada y no siguiendo ningún orden de prevalencia. Pero lo importante es que los tienes inventariados, los que de verdad crees que son importantes en tu vida. Entonces, toma dos de ellos, por ejemplo, los dos primeros que pusiste en tu lista y pregúntate: “¿Si pudiera satisfacer solo uno de estos, ¿cuál elegiría?». Estás de esta manera sacando partido a tu visualización de los valores, desde ya a tus prioridades, porque tienes clara la importancia de cada uno en tu vida. De esta manera podrás tomar una decisión muy ajustada a tus principios y valores, pero fundamentalmente acompañada por emociones positivas (estado de ánimo favorable porque estás confiado y seguro de cómo estás procediendo).

  1. f) Consolidar tus valores de manera peramente

Ya que has sido capaz de seguir todos los pasos en cuanto a la identificación y posterior priorización de tus valores, es conveniente que te asegures en todas las acciones que hagas en tu vida de ahora en más, que siempre estés convencido y con la firme determinación de que esos valores elegidos deben mantenerse y aún ampliarse cuándo se justifique para que en todo momento encajen bien en tu vida, y que puedan mantener también una buena visión de ti mismo y del entorno. No perder nunca la perspectiva de tu vida.

Autor

Vicepresidente del FORO Ecofin y director de www.ecofin.es , CEO de www.demuestra.com, Presidente del Instituto Ecofin de Liderazgo, coordinador académico de la Red e Latam del grupo Media-TICS. Puedes enviarme comentarios y consultas a jzunni@telefonica.net